¡Ay, Dios mío! La cosa está feísima por acá. Melissa, que parecía que se iba a ir tranquila, nos está sacudiendo con sus aguaceros e inundaciones. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ya reportó 62 incidentes distribuidos por todo el país, pero los cantones de Puerto Jiménez y Osa son los que más pena dan, pura agua por todos lados.
Según las autoridades, los ríos Rincón y Oro en Puerto Jiménez se desbordaron como locos, arrastrando todo a su paso. Imagínate, comunidades enteras como La Palma, Amapola y Puerto Escondido tuvieron que agarrar sus cositas y buscar refugio. Se tuvo que habilitar un albergue temporal ahí mismo en La Palma, donde ahora hay unas cuatro personas buscando resguardo y atención. Pobre diay, qué sal!
Y eso no es todo, porque en Osa también la cosa está turbia. Ríos como San Juan, Sábalo y Chocuaco se pasaron de la cuenta, inundando casas y dejando familias desesperadas. Rancho Quemado de Drake ha sido duramente afectado, los vecinos cuentan que el agua entró a las casas hasta las rodillas. Menos mal que los equipos de emergencia andan moviéndose rápido, tratando de ayudar a la gente y llevarles lo básico.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) no se anda con rodeos: Melissa todavía tiene ganas de jugar con nosotros y seguirá mandándonos aguaceros fuertes hasta el martes o miércoles. Esto es gracias a que la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) se quedó estacionada sobre Costa Rica, alimentando esas nubes cargadísimas. Así que, fíjate, parece que la temporada de lluvias aún no quiere decir basta.
La CNE ya puso las alertas encima: alerta naranja para la Vertiente del Pacífico (donde más lío estamos teniendo), alerta amarilla para la Región Central y Zona Norte, y alerta verde para la región Caribe. Dicen que podríamos tener más problemas, más inundaciones, incluso deslizamientos de tierra. Entonces, pa’ que le entramos… ¡Manténganse tranquilos pero bien atentos!
Desde la CNE piden a la población no bajar la guardia ni un poquito. “La precaución nunca viene mal”, dicen ellos. Que estemos pendientes de las noticias oficiales, que revisemos nuestros techos y paredes, que limpiemos zanjas y canales de drenaje, vamos, que hagamos lo que podamos para protegernos de la furia de Melissa. Porque, díganle a mis vecinos, ¡esta no va suave!”
Ahora, hablando claro, esto me hace pensar mucho en cómo hemos urbanizado nuestras zonas costeras. Antes esos ríos tenían espacio para crecer, para deshacerse del agua de lluvia sin causar tanto daño. Pero ahora, con todas estas construcciones encima, los ríos se sienten atrapados y reaccionan desbordándose. ¿Será que necesitamos replantearnos la forma en que construimos y vivimos cerca de los ríos, pensando más en la naturaleza y menos solo en hacer negocio?
Y vos, mi pana, ¿qué piensas tú? ¿Crees que el gobierno debería invertir más en sistemas de drenaje y prevención de riesgos, o crees que la responsabilidad es solo de cada uno de nosotros tomar precauciones individuales? ¡Déjanos tu opinión en el foro, quiero saber qué te preocupa de toda esta situación y qué soluciones se te ocurren para enfrentar estos desafíos climáticos que nos están tocando vivir!
Según las autoridades, los ríos Rincón y Oro en Puerto Jiménez se desbordaron como locos, arrastrando todo a su paso. Imagínate, comunidades enteras como La Palma, Amapola y Puerto Escondido tuvieron que agarrar sus cositas y buscar refugio. Se tuvo que habilitar un albergue temporal ahí mismo en La Palma, donde ahora hay unas cuatro personas buscando resguardo y atención. Pobre diay, qué sal!
Y eso no es todo, porque en Osa también la cosa está turbia. Ríos como San Juan, Sábalo y Chocuaco se pasaron de la cuenta, inundando casas y dejando familias desesperadas. Rancho Quemado de Drake ha sido duramente afectado, los vecinos cuentan que el agua entró a las casas hasta las rodillas. Menos mal que los equipos de emergencia andan moviéndose rápido, tratando de ayudar a la gente y llevarles lo básico.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) no se anda con rodeos: Melissa todavía tiene ganas de jugar con nosotros y seguirá mandándonos aguaceros fuertes hasta el martes o miércoles. Esto es gracias a que la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) se quedó estacionada sobre Costa Rica, alimentando esas nubes cargadísimas. Así que, fíjate, parece que la temporada de lluvias aún no quiere decir basta.
La CNE ya puso las alertas encima: alerta naranja para la Vertiente del Pacífico (donde más lío estamos teniendo), alerta amarilla para la Región Central y Zona Norte, y alerta verde para la región Caribe. Dicen que podríamos tener más problemas, más inundaciones, incluso deslizamientos de tierra. Entonces, pa’ que le entramos… ¡Manténganse tranquilos pero bien atentos!
Desde la CNE piden a la población no bajar la guardia ni un poquito. “La precaución nunca viene mal”, dicen ellos. Que estemos pendientes de las noticias oficiales, que revisemos nuestros techos y paredes, que limpiemos zanjas y canales de drenaje, vamos, que hagamos lo que podamos para protegernos de la furia de Melissa. Porque, díganle a mis vecinos, ¡esta no va suave!”
Ahora, hablando claro, esto me hace pensar mucho en cómo hemos urbanizado nuestras zonas costeras. Antes esos ríos tenían espacio para crecer, para deshacerse del agua de lluvia sin causar tanto daño. Pero ahora, con todas estas construcciones encima, los ríos se sienten atrapados y reaccionan desbordándose. ¿Será que necesitamos replantearnos la forma en que construimos y vivimos cerca de los ríos, pensando más en la naturaleza y menos solo en hacer negocio?
Y vos, mi pana, ¿qué piensas tú? ¿Crees que el gobierno debería invertir más en sistemas de drenaje y prevención de riesgos, o crees que la responsabilidad es solo de cada uno de nosotros tomar precauciones individuales? ¡Déjanos tu opinión en el foro, quiero saber qué te preocupa de toda esta situación y qué soluciones se te ocurren para enfrentar estos desafíos climáticos que nos están tocando vivir!