¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que en el Micitt andan diciendo que Costa Rica no necesita una ley para regular la inteligencia artificial. Sí, así como lo leen. Pese a que dos partidos políticos ya presentaron proyectos para darle candela al asunto, la cartera de ciencia insiste en que no es pa’ tanto y que mejor nos concentremos en otras cositas.
La onda es que esto viene a raíz de estudios que muestran que el 87% de los ticos piensa que la IA sí debería tener reglas claras. ¿Se imaginan? Casi todos los que preguntaron quieren control sobre estas máquinas inteligentes. Parece que la gente anda preocupada por cómo la IA va a afectar sus vidas, si es que van a robarles el trabajo, manipularlos con noticias falsas o espionear sus datos personales. Uno entiende el miedo, ¿verdad?
Pero según el Micitt, legislar ahora sería como ponerle freno a un tren bala. Argumentan que la IA está cambiando tan rápido que cualquier ley que saquemos hoy estaría obsoleta mañana. Además, dicen que nos pondríamos atrás en la carrera tecnológica y perderíamos la oportunidad de convertirnos en líderes en innovación. Un poco contradictorio, porque luego hablan de 'condiciones habilitantes' y cosas así…
Sin embargo, abogadas y abogados especializados en derecho digital no están muy convencidos con la respuesta del gobierno. Juan Durango, un reconocido especialista, nos dijo que Costa Rica ya va perdiendo terreno con otros países que sí están tomando cartas en el asunto. Según él, si seguimos así, terminaremos cayendo en una especie de ‘zona gris legal’ donde cualquiera puede hacer lo que quiera con la IA, sin importar las consecuencias.
Mauricio Garro, otro experto en la materia y ex director de Prodhab, añadió que esta falta de regulación afecta directamente nuestra competitividad en la economía digital. Dice que mientras otros países avanzan a paso firme, nosotros nos quedamos estancados, dejando a los ciudadanos vulnerables a abusos y manipulaciones. ¡Qué pena, verdad? Ser los reyes de la pereza tecnológica, eso no mola.
Y como si fuera poco, apareció un nuevo proyecto de ley, impulsado por la diputada Vanessa Castro, que busca regular específicamente el uso de la IA en las elecciones del 2026. La idea es evitar que la inteligencia artificial se use para crear noticias falsas o manipular a los votantes. Pero parece que el Micitt tampoco está muy contento con este proyecto, argumentando que carece de definiciones claras y que le da demasiado poder al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
El TSE, por cierto, ya está pensando en cómo lidiar con esta amenaza. Dicen que uno de los mayores desafíos para las elecciones del 2026 será justamente combatir el uso desleal de la IA en la propaganda política. ¡Imagínense la bronca! Los candidatos podrían empezar a clonar voces y rostros para engañar al público. ¡Una verdadera torta!
Entonces, aquí tenemos la cosa: el gobierno dice que no necesitamos ley, los expertos dicen que sí, y los partidos políticos están tratando de sacar provecho político del tema. ¿Será que realmente Costa Rica está lista para enfrentarse a los desafíos de la inteligencia artificial? ¿O deberíamos apresurarnos a crear unas reglas claras antes de que sea demasiado tarde? Díganos qué opina usted, ¡queremos saber su punto de vista!
La onda es que esto viene a raíz de estudios que muestran que el 87% de los ticos piensa que la IA sí debería tener reglas claras. ¿Se imaginan? Casi todos los que preguntaron quieren control sobre estas máquinas inteligentes. Parece que la gente anda preocupada por cómo la IA va a afectar sus vidas, si es que van a robarles el trabajo, manipularlos con noticias falsas o espionear sus datos personales. Uno entiende el miedo, ¿verdad?
Pero según el Micitt, legislar ahora sería como ponerle freno a un tren bala. Argumentan que la IA está cambiando tan rápido que cualquier ley que saquemos hoy estaría obsoleta mañana. Además, dicen que nos pondríamos atrás en la carrera tecnológica y perderíamos la oportunidad de convertirnos en líderes en innovación. Un poco contradictorio, porque luego hablan de 'condiciones habilitantes' y cosas así…
Sin embargo, abogadas y abogados especializados en derecho digital no están muy convencidos con la respuesta del gobierno. Juan Durango, un reconocido especialista, nos dijo que Costa Rica ya va perdiendo terreno con otros países que sí están tomando cartas en el asunto. Según él, si seguimos así, terminaremos cayendo en una especie de ‘zona gris legal’ donde cualquiera puede hacer lo que quiera con la IA, sin importar las consecuencias.
Mauricio Garro, otro experto en la materia y ex director de Prodhab, añadió que esta falta de regulación afecta directamente nuestra competitividad en la economía digital. Dice que mientras otros países avanzan a paso firme, nosotros nos quedamos estancados, dejando a los ciudadanos vulnerables a abusos y manipulaciones. ¡Qué pena, verdad? Ser los reyes de la pereza tecnológica, eso no mola.
Y como si fuera poco, apareció un nuevo proyecto de ley, impulsado por la diputada Vanessa Castro, que busca regular específicamente el uso de la IA en las elecciones del 2026. La idea es evitar que la inteligencia artificial se use para crear noticias falsas o manipular a los votantes. Pero parece que el Micitt tampoco está muy contento con este proyecto, argumentando que carece de definiciones claras y que le da demasiado poder al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
El TSE, por cierto, ya está pensando en cómo lidiar con esta amenaza. Dicen que uno de los mayores desafíos para las elecciones del 2026 será justamente combatir el uso desleal de la IA en la propaganda política. ¡Imagínense la bronca! Los candidatos podrían empezar a clonar voces y rostros para engañar al público. ¡Una verdadera torta!
Entonces, aquí tenemos la cosa: el gobierno dice que no necesitamos ley, los expertos dicen que sí, y los partidos políticos están tratando de sacar provecho político del tema. ¿Será que realmente Costa Rica está lista para enfrentarse a los desafíos de la inteligencia artificial? ¿O deberíamos apresurarnos a crear unas reglas claras antes de que sea demasiado tarde? Díganos qué opina usted, ¡queremos saber su punto de vista!
