¡Ay, Dios mío, qué atracao nos queda la cosa! Resulta que la Fuerza Pública se topó con un verdadero tinglado en Moravia de Cutris, una casita abandonada convertida en un laboratorio de minería ilegal. Dos nicas, ahí metíos hasta el cuello, agarrados de sorpresa cuando llegaron los uniformados. ¡Qué torta!
Parece que este brete llevaba tiempo funcionando, porque la vivienda estaba debidamente equipada para procesar mineral a escala semindustrial. No es como la típica pala y pico, chunches, esto era otro rollo. Te imaginas la maraña que debía haber detrás de esto: gente moviéndose, permisos falsos, quién sabe cuántos sobornos... ¡Un maje pa’ investigar!
Según fuentes internas de la Fuerza Pública, los sujetos, de nacionalidad nicaragüense y en condición migratoria irregular, intentaron huir cuando escucharon que llegaban los oficiales. Algunos lograron escabullirse hacia la montaña, pero dos estaban atrapaos dentro de la casa, trabajando a marchas forzadas.
Lo que decomisaron los muchachos de la Fuerza es impresionante: una máquina tipo tómbola conectada a un motorazo, la cual usaban para separar el oro y otros minerales de la tierra y las rocas. Además, encontraron montones de sacos llenos de sedimento, una sopladora potente, baldes plásticos, una catíadora y hasta cuatro varas de metal que seguramente eran producto de la extracción.
Este hallazgo pone en evidencia la creciente sofisticación de las operaciones ilegales en nuestra frontera norte. Ya no es solo gente excavando a mano; ahora tienen maquinaria pesada y procesos químicos básicos para refinar el material. ¡Esto sí que es un problema serio, mi pana!
Las autoridades ya pusieron al tanto al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes se encargarán de seguirle la pista a esta red. Lo que preocupa es cómo pudieron operar tan a lo grande sin que nadie se diera cuenta. ¿Habrá cómplices en la comunidad? ¿Estaban pagando a alguien para hacer la vista gorda?
Por supuesto, estos dos nicas ya están a disposición de la Policía de Migración, así que probablemente serán deportados. Pero eso no resuelve el problema de fondo: hay que fortalecer el control en nuestras fronteras y combatir la corrupción que permite que estas cosas sucedan. ¡Y rápido, que la cosa se va de madre!
En fin, este caso nos deja pensando: ¿Qué medidas deberían tomar el gobierno para evitar que este tipo de actividades ilícitas continúen afectando nuestro país y explotando nuestros recursos naturales de forma irresponsable?
Parece que este brete llevaba tiempo funcionando, porque la vivienda estaba debidamente equipada para procesar mineral a escala semindustrial. No es como la típica pala y pico, chunches, esto era otro rollo. Te imaginas la maraña que debía haber detrás de esto: gente moviéndose, permisos falsos, quién sabe cuántos sobornos... ¡Un maje pa’ investigar!
Según fuentes internas de la Fuerza Pública, los sujetos, de nacionalidad nicaragüense y en condición migratoria irregular, intentaron huir cuando escucharon que llegaban los oficiales. Algunos lograron escabullirse hacia la montaña, pero dos estaban atrapaos dentro de la casa, trabajando a marchas forzadas.
Lo que decomisaron los muchachos de la Fuerza es impresionante: una máquina tipo tómbola conectada a un motorazo, la cual usaban para separar el oro y otros minerales de la tierra y las rocas. Además, encontraron montones de sacos llenos de sedimento, una sopladora potente, baldes plásticos, una catíadora y hasta cuatro varas de metal que seguramente eran producto de la extracción.
Este hallazgo pone en evidencia la creciente sofisticación de las operaciones ilegales en nuestra frontera norte. Ya no es solo gente excavando a mano; ahora tienen maquinaria pesada y procesos químicos básicos para refinar el material. ¡Esto sí que es un problema serio, mi pana!
Las autoridades ya pusieron al tanto al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes se encargarán de seguirle la pista a esta red. Lo que preocupa es cómo pudieron operar tan a lo grande sin que nadie se diera cuenta. ¿Habrá cómplices en la comunidad? ¿Estaban pagando a alguien para hacer la vista gorda?
Por supuesto, estos dos nicas ya están a disposición de la Policía de Migración, así que probablemente serán deportados. Pero eso no resuelve el problema de fondo: hay que fortalecer el control en nuestras fronteras y combatir la corrupción que permite que estas cosas sucedan. ¡Y rápido, que la cosa se va de madre!
En fin, este caso nos deja pensando: ¿Qué medidas deberían tomar el gobierno para evitar que este tipo de actividades ilícitas continúen afectando nuestro país y explotando nuestros recursos naturales de forma irresponsable?
