¡Aguante! Aquí les va la nota que nos llegó directo del corazón cafetero. Más de ciento cuarenta mujeres productoras de café de todos los rincones del país se dieron cita en el ICAFE la semana pasada, en un evento histórico que demuestra que el futuro del grano nacional está, literalmente, en manos femeninas. Un brete así no se veía por estos lados, diay.
El Primer Encuentro Nacional de Mujeres del Sector Cafetalero fue mucho más que una reunión; fue un espacio de intercambio, aprendizaje y, sobre todo, de sororidad. Imagínatelo: mujeres provenientes de Guanacaste hasta Turrialba, compartiendo experiencias, conocimientos y sueños sobre cómo llevar el café de Costa Rica a otro nivel. Se respiraba un aire diferente, un espíritu de colaboración que te levantaba el ánimo, vamos.
Desde hace rato sabemos que las mujeres han sido la columna vertebral del sector cafetero. Muchas veces invisibles, trabajando incansablemente en fincas familiares, aportando su dedicación y conocimiento ancestral. Pero este encuentro demostró que ya no quieren estar en segundo plano, sino tomar las riendas y liderar el camino hacia un café más sostenible, equitativo y de calidad superior. ¡Y con razón!
Carmen Aguirre, productora de café de Turrialba y figura clave en el movimiento de mujeres cafetaleras, expresó unas palabras que tocaron la fibra sensible de muchas presentes. “Nací entre cafetales, el café es mi raíz y mi familia… hoy, después de tanto tiempo aprendiendo y luchando, ver mis fincas prosperar me confirma que este camino vale la pena”. Su testimonio, cargado de emoción y orgullo, resonó en todo el lugar. ¡Una verdadera carga de inspiración!
Además del compartir de experiencias, el encuentro también ofreció talleres prácticos sobre temas cruciales para el negocio del café: manejo de fincas orgánicas, acceso a financiamiento, marketing digital y comercialización directa. Aprendieron herramientas valiosas que sin duda les ayudarán a mejorar sus ingresos y a consolidar sus negocios. ¡Qué chiva poder ofrecerles estas oportunidades!
Como si fuera poco, durante la jornada se reconoció públicamente el esfuerzo y la dedicación de varias productoras destacadas. Carmen Aguirre, precisamente, fue galardonada con un premio de dos mil dólares para seguir fortaleciendo su labor. Una muestra más de que el talento y el trabajo duro siempre dan frutos. ¡Un reconocimiento bien merecido, mae!
Lo más importante de este encuentro, sin embargo, fue el mensaje que quedó grabado en la mente de todas las asistentes: cuando las mujeres cafetaleras se unen, se apoyan mutuamente y trabajan juntas, el futuro del café costarricense se fortalece desde sus raíces. Ese compañerismo, esa energía positiva, es lo que realmente marca la diferencia. Se siente la fuerza de las mujeres, ¡qué nivel!
Este primer encuentro fue solo el inicio de un proceso transformador. Ahora la pregunta es: ¿Cómo podemos, como sociedad, asegurarnos de que estas mujeres reciban el apoyo y el reconocimiento que merecen para continuar impulsando el desarrollo sostenible del sector cafetero? ¿Cuáles otras iniciativas creen ustedes que serían necesarias para empoderar aún más a las mujeres en la cadena de valor del café?
El Primer Encuentro Nacional de Mujeres del Sector Cafetalero fue mucho más que una reunión; fue un espacio de intercambio, aprendizaje y, sobre todo, de sororidad. Imagínatelo: mujeres provenientes de Guanacaste hasta Turrialba, compartiendo experiencias, conocimientos y sueños sobre cómo llevar el café de Costa Rica a otro nivel. Se respiraba un aire diferente, un espíritu de colaboración que te levantaba el ánimo, vamos.
Desde hace rato sabemos que las mujeres han sido la columna vertebral del sector cafetero. Muchas veces invisibles, trabajando incansablemente en fincas familiares, aportando su dedicación y conocimiento ancestral. Pero este encuentro demostró que ya no quieren estar en segundo plano, sino tomar las riendas y liderar el camino hacia un café más sostenible, equitativo y de calidad superior. ¡Y con razón!
Carmen Aguirre, productora de café de Turrialba y figura clave en el movimiento de mujeres cafetaleras, expresó unas palabras que tocaron la fibra sensible de muchas presentes. “Nací entre cafetales, el café es mi raíz y mi familia… hoy, después de tanto tiempo aprendiendo y luchando, ver mis fincas prosperar me confirma que este camino vale la pena”. Su testimonio, cargado de emoción y orgullo, resonó en todo el lugar. ¡Una verdadera carga de inspiración!
Además del compartir de experiencias, el encuentro también ofreció talleres prácticos sobre temas cruciales para el negocio del café: manejo de fincas orgánicas, acceso a financiamiento, marketing digital y comercialización directa. Aprendieron herramientas valiosas que sin duda les ayudarán a mejorar sus ingresos y a consolidar sus negocios. ¡Qué chiva poder ofrecerles estas oportunidades!
Como si fuera poco, durante la jornada se reconoció públicamente el esfuerzo y la dedicación de varias productoras destacadas. Carmen Aguirre, precisamente, fue galardonada con un premio de dos mil dólares para seguir fortaleciendo su labor. Una muestra más de que el talento y el trabajo duro siempre dan frutos. ¡Un reconocimiento bien merecido, mae!
Lo más importante de este encuentro, sin embargo, fue el mensaje que quedó grabado en la mente de todas las asistentes: cuando las mujeres cafetaleras se unen, se apoyan mutuamente y trabajan juntas, el futuro del café costarricense se fortalece desde sus raíces. Ese compañerismo, esa energía positiva, es lo que realmente marca la diferencia. Se siente la fuerza de las mujeres, ¡qué nivel!
Este primer encuentro fue solo el inicio de un proceso transformador. Ahora la pregunta es: ¿Cómo podemos, como sociedad, asegurarnos de que estas mujeres reciban el apoyo y el reconocimiento que merecen para continuar impulsando el desarrollo sostenible del sector cafetero? ¿Cuáles otras iniciativas creen ustedes que serían necesarias para empoderar aún más a las mujeres en la cadena de valor del café?