¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad? Siempre nos creíamos el paraíso ecológico, el ejemplo mundial… pero parece que hasta nuestro edén tiene sus demonios. Un nuevo informe, ahí les va, pinta un panorama bien feo sobre cómo el crimen organizado y la corrupción están metiendo pata en nuestros recursos naturales, y no precisamente pa’ sembrar flores.
El Índice Global de Crimen Organizado 2025 revela que Costa Rica ya no es inmune a este tipo de problemáticas. Según el reporte, la tala ilegal, especialmente de maderas preciosas como el cocobolo y el chilamate –esas que salen una fortuna– están disparándose, y gran parte de ese material termina en China. Lo peor es que tenemos funcionarios que están jugando con nosotros, facilitando este negocio sucio a cambio de unos cuantos billetes verdes. ¡Qué torta!
Y no nomás la madera, pues. También le están dando candela a nuestra fauna. Las ranas de cristal, las mariposas, hasta las aves, están desapareciendo rumbo a América del Norte y Europa, convertidas en mascotas exóticas para gente que no sabe apreciar la riqueza que tenemos acá. Ni hablar de las tortugas marinas y los tiburones martillo, que también andan en la mira de los traficantes. Parece mentira, pero la tecnología y las redes del narcotráfico están haciendo que esto sea cada vez más fácil de ejecutar y mucho más difícil de combatir.
Pero si creen que eso es todo, ¡pues no se agüiten! El caso de Crucitas es otro capítulo tristísimo de esta novela. Ahí, en la Zona Norte, llegaban coligalleros, muchos nicaragüenses, pa' reventarle los minerales al país, sin ningún tipo de regulación ni cuidado. Contaminación everywhere, con mercurio y todo el paquete. ¡Una verdadera pena ver cómo están destruyendo la tierra de nuestros ancestros!
Otro ejemplo flagrante de esta problemática es lo ocurrido en Isla Chira, en Puntarenas. El Cártel del Caribe Sur, liderado por esos personajes de alias Shock y Noni, literalmente hicieron de tripas corazón talando árboles y afectando los ecosistemas marinos para construir un canal que les permitiera ingresar embarcaciones llenas de droga. ¡Imagínense la magnitud del daño! Gracias a videos aéreos compartidos por el OIJ pudimos ver de primera mano la devastación.
Ahora, vamos al meollo del asunto: los políticos. Resulta que el nombre de Pacheco Dent, un empresario con vínculos turbios, aparece en medio de una investigación por presuntos delitos ambientales en Gandoca-Manzanillo. Se le acusa de prevaricato, tráfico de influencias, e incluso de falsificación de documentos. Pero ahí viene lo jugoso: ¡también están imputados el presidente de la República, Rodrigo Chaves, y el ministro de Ambiente, Franz Tattenbach! Al parecer, hubo varias visitas de Pacheco Dent a Casa Presidencial, donde se gestionaron permisos de tala. ¡Qué sal!
La Fiscalía General de la República está llevando paralelamente otra investigación por tráfico de influencias, y las evidencias no son menores. Estamos hablando de un caso que sacude los cimientos del poder ejecutivo, y que pone en entredicho la integridad de nuestras instituciones. Esto demuestra que la corrupción puede llegar hasta niveles inimaginables, y que estamos perdiendo el control de nuestro propio destino. Por momentos, uno siente que esto se fue al traste, ¿no?
Este panorama es desalentador, sí, pero no podemos perder la esperanza. Necesitamos fortalecer nuestras leyes, mejorar la fiscalización, y exigir transparencia a nuestros gobernantes. Además, necesitamos crear conciencia entre la población sobre la importancia de proteger nuestro patrimonio natural. Ahora dime, ¿crees que es realista esperar que el gobierno tome medidas drásticas para frenar esta ola de destrucción ambiental, o estamos condenados a ver cómo el crimen organizado se lleva nuestro país por delante?
El Índice Global de Crimen Organizado 2025 revela que Costa Rica ya no es inmune a este tipo de problemáticas. Según el reporte, la tala ilegal, especialmente de maderas preciosas como el cocobolo y el chilamate –esas que salen una fortuna– están disparándose, y gran parte de ese material termina en China. Lo peor es que tenemos funcionarios que están jugando con nosotros, facilitando este negocio sucio a cambio de unos cuantos billetes verdes. ¡Qué torta!
Y no nomás la madera, pues. También le están dando candela a nuestra fauna. Las ranas de cristal, las mariposas, hasta las aves, están desapareciendo rumbo a América del Norte y Europa, convertidas en mascotas exóticas para gente que no sabe apreciar la riqueza que tenemos acá. Ni hablar de las tortugas marinas y los tiburones martillo, que también andan en la mira de los traficantes. Parece mentira, pero la tecnología y las redes del narcotráfico están haciendo que esto sea cada vez más fácil de ejecutar y mucho más difícil de combatir.
Pero si creen que eso es todo, ¡pues no se agüiten! El caso de Crucitas es otro capítulo tristísimo de esta novela. Ahí, en la Zona Norte, llegaban coligalleros, muchos nicaragüenses, pa' reventarle los minerales al país, sin ningún tipo de regulación ni cuidado. Contaminación everywhere, con mercurio y todo el paquete. ¡Una verdadera pena ver cómo están destruyendo la tierra de nuestros ancestros!
Otro ejemplo flagrante de esta problemática es lo ocurrido en Isla Chira, en Puntarenas. El Cártel del Caribe Sur, liderado por esos personajes de alias Shock y Noni, literalmente hicieron de tripas corazón talando árboles y afectando los ecosistemas marinos para construir un canal que les permitiera ingresar embarcaciones llenas de droga. ¡Imagínense la magnitud del daño! Gracias a videos aéreos compartidos por el OIJ pudimos ver de primera mano la devastación.
Ahora, vamos al meollo del asunto: los políticos. Resulta que el nombre de Pacheco Dent, un empresario con vínculos turbios, aparece en medio de una investigación por presuntos delitos ambientales en Gandoca-Manzanillo. Se le acusa de prevaricato, tráfico de influencias, e incluso de falsificación de documentos. Pero ahí viene lo jugoso: ¡también están imputados el presidente de la República, Rodrigo Chaves, y el ministro de Ambiente, Franz Tattenbach! Al parecer, hubo varias visitas de Pacheco Dent a Casa Presidencial, donde se gestionaron permisos de tala. ¡Qué sal!
La Fiscalía General de la República está llevando paralelamente otra investigación por tráfico de influencias, y las evidencias no son menores. Estamos hablando de un caso que sacude los cimientos del poder ejecutivo, y que pone en entredicho la integridad de nuestras instituciones. Esto demuestra que la corrupción puede llegar hasta niveles inimaginables, y que estamos perdiendo el control de nuestro propio destino. Por momentos, uno siente que esto se fue al traste, ¿no?
Este panorama es desalentador, sí, pero no podemos perder la esperanza. Necesitamos fortalecer nuestras leyes, mejorar la fiscalización, y exigir transparencia a nuestros gobernantes. Además, necesitamos crear conciencia entre la población sobre la importancia de proteger nuestro patrimonio natural. Ahora dime, ¿crees que es realista esperar que el gobierno tome medidas drásticas para frenar esta ola de destrucción ambiental, o estamos condenados a ver cómo el crimen organizado se lleva nuestro país por delante?