Maldita costumbre de mirar mi teléfono, de esperar tus mensajes.... cada llamada es un salto de mi corazón y cada una es una desilusión. Vivir, qué es vivir asi? Mentirle a mis amigos queriendo decirles la verdad. Sentir esa necesidad de gritar al mundo mi dolor y tener que callar, no lo puedo evitar, mi tristeza brota por mis ojos, mis poros destilan ese olor terrible de la soledad.
Es mi primer día sin ti, absolutamente si ti. No tengo fuerzas, ya no; se me acaban... te llevaste mis ganas de reir, te supliqué que no me dejaras aunque sabía que no te quedarías. Jamás te ibas a quedar porque quieres ser feliz y yo soy según tu lo que detiene tu búsqueda.
Si tan solo pudiera tener el consuelo que de vez en cuando me saludaras, me escribieras o me llamaras, dos segundos serían una eternidad de felicidad para oir tu voz y llevar algo de alivio a mi celda, esta celda hecha con paredes de recuerdos y barrotes de distancia.
Por casi tres años día a día te conté mis penas y mis alegrías, escuché las tuyas y me sentía unido a ti, ahora ya no tengo a quién decirle mi vida ya no tengo con quién compartir todo lo que compartia, ya no estoy unido...
