¡Ay, Dios mío, qué vaina! La vida te da sorpresas, y vaya que esta nos llegó con remate. Resulta que una notaria de Pérez Zeledón, Karol Barrantes Fallas, anda metida de pana en los casos de lavado de dinero más grandes que hemos visto en los últimos años, Fénix y Pana. Y eso, mis panas, no es cualquier cosita.
Para refrescarle la memoria a algunos, el caso Fénix es el que investiga a Giovanni Segura, alias Narizón, y su banda, quienes se dedicaban a lavar billetes provenientes de conexiones con narcos colombianos y mexicanos. Ahí, Barrantes Fallas aparece como cómplice de Segura en unos trámites notariales sospechosos, metiéndose en asuntos donde el olor a ilegalidad era más intenso que el de un gallo peleando en feria.
Pero eso no es todo, pa’ que se den una idea. En el caso Pana, que tiene a José Abdiel Sánchez González, alias Pana, y a su esposa Daniela Mora Méndez en la mira de la fiscalía, Barrantes también sale en la foto. Parece que andaba juntándose con la Mora, quien es señalada como una de las cabecillas de la organización dedicada al tráfico de drogas y al lavado de dinero. Qué brete, ¡pura bronca!
Y ojo, que esto no es solo una jugada cualquiera. La investigación del OIJ revela que Karol Barrantes tenía un papel importante dentro del círculo de confianza de Narizón. Su hermano, Geovanni Sibaja Fallas, socio fundador del bufete Sibaja Fallas, ya ni hablar, acabó asesinado en medio de toda esta movida, un hecho que complica aún más el panorama y nos hace preguntarnos qué tanto alcance tiene esta red criminal. El pobre hombre recibió balazos, ¡qué sal!
Además, el mismo bufete Sibaja Fallas y Asociados fue allanado, encontrando protocolos de la notaria Barrantes y documentos comprometedores que apuntan a que ahí se hacían la mayoría de los tramites turbios del grupo. Parece que estaban haciendo cosas a escondidas, pensando que nadie los iba a agarrar, pero bueno, ¡la poli siempre anda atenta!
Lo más curioso es cómo Barrantes se relaciona con Daniela Mora en la creación de empresas fantasmas, como La Camioneta Gris Dos Mil Veintidós S.R.L., donde ella misma apareció como gerente, demostrando una participación activa en la fachada empresarial utilizada para lavar esos dineros sucios. Y para colmo, ya tenía antecedentes por legitimación de capitales, ¡ese mae se creía intocable! Pero claro, nada es eterno, diay.
No solamente eso, sino que la investigación también apunta a que Barrantes ayudaba a Pana a ocultar sus bienes y fondos, evitando justificar el origen de los dineros que circulaban en esas transacciones. Además, se detectó la Sociedad de Responsabilidad Limitada 3-102-787488, manejada por Pedro José Vega Araya, quien también tiene antecedentes por lavado de capitales y conexiones con organizaciones dedicadas al narcotráfico. ¡Qué torta, pura telaraña de corrupción y crimen organizado!
Con todo este embrollo legal sacudiendo a Pérez Zeledón, me pregunto… ¿Cómo podemos fortalecer nuestros sistemas para evitar que profesionales como notarios sean utilizados para legitimar actividades ilegales y proteger así a nuestra economía y a nuestras comunidades?
Para refrescarle la memoria a algunos, el caso Fénix es el que investiga a Giovanni Segura, alias Narizón, y su banda, quienes se dedicaban a lavar billetes provenientes de conexiones con narcos colombianos y mexicanos. Ahí, Barrantes Fallas aparece como cómplice de Segura en unos trámites notariales sospechosos, metiéndose en asuntos donde el olor a ilegalidad era más intenso que el de un gallo peleando en feria.
Pero eso no es todo, pa’ que se den una idea. En el caso Pana, que tiene a José Abdiel Sánchez González, alias Pana, y a su esposa Daniela Mora Méndez en la mira de la fiscalía, Barrantes también sale en la foto. Parece que andaba juntándose con la Mora, quien es señalada como una de las cabecillas de la organización dedicada al tráfico de drogas y al lavado de dinero. Qué brete, ¡pura bronca!
Y ojo, que esto no es solo una jugada cualquiera. La investigación del OIJ revela que Karol Barrantes tenía un papel importante dentro del círculo de confianza de Narizón. Su hermano, Geovanni Sibaja Fallas, socio fundador del bufete Sibaja Fallas, ya ni hablar, acabó asesinado en medio de toda esta movida, un hecho que complica aún más el panorama y nos hace preguntarnos qué tanto alcance tiene esta red criminal. El pobre hombre recibió balazos, ¡qué sal!
Además, el mismo bufete Sibaja Fallas y Asociados fue allanado, encontrando protocolos de la notaria Barrantes y documentos comprometedores que apuntan a que ahí se hacían la mayoría de los tramites turbios del grupo. Parece que estaban haciendo cosas a escondidas, pensando que nadie los iba a agarrar, pero bueno, ¡la poli siempre anda atenta!
Lo más curioso es cómo Barrantes se relaciona con Daniela Mora en la creación de empresas fantasmas, como La Camioneta Gris Dos Mil Veintidós S.R.L., donde ella misma apareció como gerente, demostrando una participación activa en la fachada empresarial utilizada para lavar esos dineros sucios. Y para colmo, ya tenía antecedentes por legitimación de capitales, ¡ese mae se creía intocable! Pero claro, nada es eterno, diay.
No solamente eso, sino que la investigación también apunta a que Barrantes ayudaba a Pana a ocultar sus bienes y fondos, evitando justificar el origen de los dineros que circulaban en esas transacciones. Además, se detectó la Sociedad de Responsabilidad Limitada 3-102-787488, manejada por Pedro José Vega Araya, quien también tiene antecedentes por lavado de capitales y conexiones con organizaciones dedicadas al narcotráfico. ¡Qué torta, pura telaraña de corrupción y crimen organizado!
Con todo este embrollo legal sacudiendo a Pérez Zeledón, me pregunto… ¿Cómo podemos fortalecer nuestros sistemas para evitar que profesionales como notarios sean utilizados para legitimar actividades ilegales y proteger así a nuestra economía y a nuestras comunidades?