¡Ay, patojo! Ya estamos casi encima de las elecciones del 2026, y la Iglesia Católica no se quiere quedar calladita. Los obispos, liderados por monseñor Javier Román Arias, echaron un llamado a todos los costarricenses para que vayamos a votar con cabeza, sin dejarnos llevar por cualquier vaina que nos digan por ahí.
Como les cuento, la Conferencia Episcopal, a través de su presidente, el obispo de Limón, lanzó este mensaje hace unos días. Subrayaron que el voto no es un trámite que hay que cumplir por ley, sino una responsabilidad ciudadana que afecta directamente el futuro del país. Es decir, no vayan a marcarle a cualquiera solo porque le vieron bonitos en la tele, ¡maes!
Monseñor Román Arias fue claro: “Invitamos a los fieles y a toda la población a reflexionar sobre el valor de su voto. No se trata de elegir por simpatías momentáneas o intereses personales, sino de buscar lo que más favorezca a la sociedad, especialmente a los más pobres y necesitados”. ¡Digo, qué verdad! A veces uno se deja llevar por la onda del momento y luego se arrepiente, ¿verdad?
Por supuesto, la Iglesia no va a estar apoyando a ningún partido político en particular. Eso quedó clarito también. Pero sí insistieron en que es crucial analizar bien las propuestas de cada candidato, su historial y, sobre todo, si tienen la honestidad necesaria para manejar los asuntos del país. Que no sean mangones, ¡eso es lo importante!
¿Y qué más? Pues pidieron a la gente que no caiga en las trampas de la desinformación y los discursos divisivos. Estamos hartos de tanta pelea y tanto bronca en redes sociales, necesitamos encontrar puntos en común y trabajar juntos por el bienestar de todos. ¡Que no se nos ande con jueguitos, diay!
“Es fundamental apostar por la unidad, la solidaridad y la paz social. La democracia se fortalece cuando participamos con conciencia y respeto”, recalcó el jerarca. Y vaya que tiene razón, la polarización está royendo hasta los cimientos de nuestra sociedad. Necesitamos más diálogo y menos gritos.
Esta llamada de los obispos viene en un momento clave, cuando las campañas políticas ya empiezan a calentarse. Hay que estar atentos a lo que dicen los candidatos, verificar la información y no dejarnos manipular. ¡Que no nos metan la pata en el ojo, maes! Nosotros tenemos que exigirles cuentas y asegurarnos de que cumplan sus promesas.
En fin, esta es la movida. Ahora me pregunto, ¿cree usted que los medios de comunicación están dando suficiente espacio a las propuestas de los candidatos y no tanto a los escándalos y dimes y diretes? ¿Será posible que en estas elecciones logremos elegir líderes comprometidos con el bien común o seguiremos viendo lo mismo de siempre?
Como les cuento, la Conferencia Episcopal, a través de su presidente, el obispo de Limón, lanzó este mensaje hace unos días. Subrayaron que el voto no es un trámite que hay que cumplir por ley, sino una responsabilidad ciudadana que afecta directamente el futuro del país. Es decir, no vayan a marcarle a cualquiera solo porque le vieron bonitos en la tele, ¡maes!
Monseñor Román Arias fue claro: “Invitamos a los fieles y a toda la población a reflexionar sobre el valor de su voto. No se trata de elegir por simpatías momentáneas o intereses personales, sino de buscar lo que más favorezca a la sociedad, especialmente a los más pobres y necesitados”. ¡Digo, qué verdad! A veces uno se deja llevar por la onda del momento y luego se arrepiente, ¿verdad?
Por supuesto, la Iglesia no va a estar apoyando a ningún partido político en particular. Eso quedó clarito también. Pero sí insistieron en que es crucial analizar bien las propuestas de cada candidato, su historial y, sobre todo, si tienen la honestidad necesaria para manejar los asuntos del país. Que no sean mangones, ¡eso es lo importante!
¿Y qué más? Pues pidieron a la gente que no caiga en las trampas de la desinformación y los discursos divisivos. Estamos hartos de tanta pelea y tanto bronca en redes sociales, necesitamos encontrar puntos en común y trabajar juntos por el bienestar de todos. ¡Que no se nos ande con jueguitos, diay!
“Es fundamental apostar por la unidad, la solidaridad y la paz social. La democracia se fortalece cuando participamos con conciencia y respeto”, recalcó el jerarca. Y vaya que tiene razón, la polarización está royendo hasta los cimientos de nuestra sociedad. Necesitamos más diálogo y menos gritos.
Esta llamada de los obispos viene en un momento clave, cuando las campañas políticas ya empiezan a calentarse. Hay que estar atentos a lo que dicen los candidatos, verificar la información y no dejarnos manipular. ¡Que no nos metan la pata en el ojo, maes! Nosotros tenemos que exigirles cuentas y asegurarnos de que cumplan sus promesas.
En fin, esta es la movida. Ahora me pregunto, ¿cree usted que los medios de comunicación están dando suficiente espacio a las propuestas de los candidatos y no tanto a los escándalos y dimes y diretes? ¿Será posible que en estas elecciones logremos elegir líderes comprometidos con el bien común o seguiremos viendo lo mismo de siempre?