¡Ay, Dios mío, qué patada en la boca para Uber! Resulta que el Juzgado de Trabajo les cayó con todo y reconoció que tienen empleados, ¡sí señor!, no son simples ‘socios’ como decían. Esto significa que ahora tendrán que soltarle la lengua y abrir la cartera a un exconductor que llevaba varios años luchando por sus derechos.
La vaina es así: el señor este trabajaba para Uber desde 2018 hasta 2024, y argumentó que estaba siendo explotado. Decía que sus funciones eran típicas de un empleo normalito – horarios, rutas asignadas, incluso recibiendo regaños si llegabas tarde o tenías malas reseñas – y que simplemente lo sacaron de la app sin previo aviso ni explicación. ¡Imagínate la torta!
Como buen tico que se defiende, el señor mandó la demanda, pidiendo todo: salarios atrasados, cesantía, aguinaldos, vacaciones, y hasta unos cuantos billetes extra por los daños y prejuicios que le causaron. Intentaron llegar a un acuerdo, una conciliación, pero Uber se hizo la mosca ciega, como diciendo: 'No nos vamos a doblegar'. Pues ahora van a ver…
Y vaya que lo van a ver. El juez les dijo: “¡Pa’ atrás!”. Condenó a Uber a pagarle al exconductor más de 14 millones de colones, ¡una barbaridad!, más otros casi tres millones por los gastos legales. Para asegurarse de que no se andan mañosos, ya pidieron que embarguen sus cuentas y propiedades. ¡Qué nivel de ojo!
Pero esto no es lo peor, chunches. Resulta que hace poco el Tribunal de Apelación de Trabajo ya había dado la razón a otro exconductor en un caso parecido. Ahí también se estableció que Uber sí tiene una relación laboral con sus trabajadores y que desconectarlos de la app sin justificación es como despedirlos, y eso tiene consecuencias. Uber deberá pagarle alrededor de 10 millones de colones en ese caso también, y la cosa pinta fea porque si no paga... ¡lo pueden llevar al traste!
Hemos tratado de comunicarnos con Uber para saber qué piensan del asunto, pero hasta ahora silencio absoluto. Parece que prefieren esconder la cabeza como avestruz, brete que les va a salir caro. Ya varios analistas comentan que estas sentencias podrían sentar un precedente importante para otros conductores que han sufrido situaciones similares. ¡Duro golpe para la compañía!
Ahora bien, la pregunta que nos queda es: ¿hasta dónde llegará esta pelea legal? ¿Veremos más exconductores presentándose con demandas en mano? Y lo más importante: ¿esto cambiará la forma en que Uber opera en Costa Rica? ¿Tendrán que reconocer a sus conductores como empleados de verdad, con todos los derechos que eso implica?
Esta vaina me da mucha vuelta, pues afecta a muchos mae que dependen de plataformas digitales para ganarse el sustento. Uno se pregunta si el modelo de negocio actual es sostenible a largo plazo, o si pronto tendremos que replantearnos cómo funciona este tipo de servicios. Por cierto, ¿ustedes creen que el gobierno debería regular más estrictamente estas plataformas o dejar que siga todo como viene? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa la gente!
La vaina es así: el señor este trabajaba para Uber desde 2018 hasta 2024, y argumentó que estaba siendo explotado. Decía que sus funciones eran típicas de un empleo normalito – horarios, rutas asignadas, incluso recibiendo regaños si llegabas tarde o tenías malas reseñas – y que simplemente lo sacaron de la app sin previo aviso ni explicación. ¡Imagínate la torta!
Como buen tico que se defiende, el señor mandó la demanda, pidiendo todo: salarios atrasados, cesantía, aguinaldos, vacaciones, y hasta unos cuantos billetes extra por los daños y prejuicios que le causaron. Intentaron llegar a un acuerdo, una conciliación, pero Uber se hizo la mosca ciega, como diciendo: 'No nos vamos a doblegar'. Pues ahora van a ver…
Y vaya que lo van a ver. El juez les dijo: “¡Pa’ atrás!”. Condenó a Uber a pagarle al exconductor más de 14 millones de colones, ¡una barbaridad!, más otros casi tres millones por los gastos legales. Para asegurarse de que no se andan mañosos, ya pidieron que embarguen sus cuentas y propiedades. ¡Qué nivel de ojo!
Pero esto no es lo peor, chunches. Resulta que hace poco el Tribunal de Apelación de Trabajo ya había dado la razón a otro exconductor en un caso parecido. Ahí también se estableció que Uber sí tiene una relación laboral con sus trabajadores y que desconectarlos de la app sin justificación es como despedirlos, y eso tiene consecuencias. Uber deberá pagarle alrededor de 10 millones de colones en ese caso también, y la cosa pinta fea porque si no paga... ¡lo pueden llevar al traste!
Hemos tratado de comunicarnos con Uber para saber qué piensan del asunto, pero hasta ahora silencio absoluto. Parece que prefieren esconder la cabeza como avestruz, brete que les va a salir caro. Ya varios analistas comentan que estas sentencias podrían sentar un precedente importante para otros conductores que han sufrido situaciones similares. ¡Duro golpe para la compañía!
Ahora bien, la pregunta que nos queda es: ¿hasta dónde llegará esta pelea legal? ¿Veremos más exconductores presentándose con demandas en mano? Y lo más importante: ¿esto cambiará la forma en que Uber opera en Costa Rica? ¿Tendrán que reconocer a sus conductores como empleados de verdad, con todos los derechos que eso implica?
Esta vaina me da mucha vuelta, pues afecta a muchos mae que dependen de plataformas digitales para ganarse el sustento. Uno se pregunta si el modelo de negocio actual es sostenible a largo plazo, o si pronto tendremos que replantearnos cómo funciona este tipo de servicios. Por cierto, ¿ustedes creen que el gobierno debería regular más estrictamente estas plataformas o dejar que siga todo como viene? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa la gente!
