¡Ay, Dios mío! Esto sí que es jugada. Resulta que la poli anduvo trabajando a marchas forzadas en Turrialba y ahora nos traen una historia bien picante: un tipo llamado Retana Canales, acusado de moverle pasta básica en Naranjito de Juan Viñas, terminó tras las rejas. Se dice que el mae estaba vendiendo candela como si fueran plátanos maduros.
Según la información que cayó, el señor Retana, además de andar vendiendo droga a diestra y siniestra, tenía su cuartel general en una finca cafetalera en Los Baches de Jiménez. Ahí, entre los cafetales, hacía sus tratos, ofreciendo su producto a los trabajadores de la finca y a quien quisiera comprarle. ¡Imagínate!, en medio del brete de cosechar café, también se vende ‘cositas extras’… ¡Qué cosas!
Lo más curioso es que parece que el mae tenía un grupo de “seguridad” personal. Algunos recolectores, esos que duermen en la finca para trabajar duro, le hacían guardia cada vez que llegaba a la zona. ¡Pero mijo! Eso no es trabajar doble, eso es complicarse la vida. Evidentemente, alguien estaba protegiéndolo para que nadie le anduviera pisándole los talones ni los vecinos se dieran cuenta de sus negocios turbios. ¡Y pensar que estamos hablando de Costa Rica, tierra de paz y tranquilidad!
Y esto no es nuevo, chunches. La poli ya había estado ahí antes. Hace unos meses, precisamente el 12 de agosto, allanaron la casita donde vive Retana para agarrarle al hijastro, un jovencito de apellido Agudelo Solano. Al muchacho lo acusan de causar daños y portar armas, todo porque se habría ido a Naranjo a darle un susto a unos competidores en el mundo del narcotráfico. Parece que hubo detonaciones en plena vía pública, ¡qué sal! Menos mal que no pasó a mayores.
Al revisar la casa del hijo, encontraron un arsenal: una pistola hechiza, montones de 'piedritas' de crack y marihuanita lista para vender. Ese decomiso les dio a los judiciales la excusa perfecta para volver a atacar y desenmascarar toda la operación de distribución de droga que llevaba adelante Retana en Juan Viñas. Ya ven, la poli siempre anda buscando el pretexto para hacer su trabajo, y vaya que lo encontraron esta vez.
Ahora, la población de Naranjito está sacudiéndose de miedo. No es fácil saber que, a pocos metros de casa, puede haber gente involucrada en estas actividades ilegales. Esto pone en evidencia la necesidad de fortalecer la presencia policial en zonas rurales y combatir el crimen organizado desde la raíz. Hay que ponerleleca a este problema, porque sino nos vamos a ir al traste todos.
Las autoridades aún no han revelado todos los detalles de la investigación, pero prometen dar más información en los próximos días. Por lo pronto, Retana Canales enfrenta graves cargos y podría pasar varios años tras las rejas si es declarado culpable. Lo cierto es que este caso nos deja pensando: ¿Cómo es posible que una red de narcotráfico funcione tan a la vista, aprovechándose de la vulnerabilidad de las comunidades rurales?
Con este panorama, me pregunto: ¿Qué medidas podemos tomar como sociedad para prevenir que este tipo de situaciones se repitan y proteger a nuestros jóvenes de caer en las garras del narcotráfico? Compartan sus ideas y experiencias en el foro – ¡quiero escuchar qué piensan ustedes!
	
		
			
		
		
	
				
			Según la información que cayó, el señor Retana, además de andar vendiendo droga a diestra y siniestra, tenía su cuartel general en una finca cafetalera en Los Baches de Jiménez. Ahí, entre los cafetales, hacía sus tratos, ofreciendo su producto a los trabajadores de la finca y a quien quisiera comprarle. ¡Imagínate!, en medio del brete de cosechar café, también se vende ‘cositas extras’… ¡Qué cosas!
Lo más curioso es que parece que el mae tenía un grupo de “seguridad” personal. Algunos recolectores, esos que duermen en la finca para trabajar duro, le hacían guardia cada vez que llegaba a la zona. ¡Pero mijo! Eso no es trabajar doble, eso es complicarse la vida. Evidentemente, alguien estaba protegiéndolo para que nadie le anduviera pisándole los talones ni los vecinos se dieran cuenta de sus negocios turbios. ¡Y pensar que estamos hablando de Costa Rica, tierra de paz y tranquilidad!
Y esto no es nuevo, chunches. La poli ya había estado ahí antes. Hace unos meses, precisamente el 12 de agosto, allanaron la casita donde vive Retana para agarrarle al hijastro, un jovencito de apellido Agudelo Solano. Al muchacho lo acusan de causar daños y portar armas, todo porque se habría ido a Naranjo a darle un susto a unos competidores en el mundo del narcotráfico. Parece que hubo detonaciones en plena vía pública, ¡qué sal! Menos mal que no pasó a mayores.
Al revisar la casa del hijo, encontraron un arsenal: una pistola hechiza, montones de 'piedritas' de crack y marihuanita lista para vender. Ese decomiso les dio a los judiciales la excusa perfecta para volver a atacar y desenmascarar toda la operación de distribución de droga que llevaba adelante Retana en Juan Viñas. Ya ven, la poli siempre anda buscando el pretexto para hacer su trabajo, y vaya que lo encontraron esta vez.
Ahora, la población de Naranjito está sacudiéndose de miedo. No es fácil saber que, a pocos metros de casa, puede haber gente involucrada en estas actividades ilegales. Esto pone en evidencia la necesidad de fortalecer la presencia policial en zonas rurales y combatir el crimen organizado desde la raíz. Hay que ponerleleca a este problema, porque sino nos vamos a ir al traste todos.
Las autoridades aún no han revelado todos los detalles de la investigación, pero prometen dar más información en los próximos días. Por lo pronto, Retana Canales enfrenta graves cargos y podría pasar varios años tras las rejas si es declarado culpable. Lo cierto es que este caso nos deja pensando: ¿Cómo es posible que una red de narcotráfico funcione tan a la vista, aprovechándose de la vulnerabilidad de las comunidades rurales?
Con este panorama, me pregunto: ¿Qué medidas podemos tomar como sociedad para prevenir que este tipo de situaciones se repitan y proteger a nuestros jóvenes de caer en las garras del narcotráfico? Compartan sus ideas y experiencias en el foro – ¡quiero escuchar qué piensan ustedes!
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		