¡Ay, Dios mío! Parece que la cosa se puso fea en Peñas Blancas. El OIJ andaba moviéndose como alma que lleva el diablo ayer jueves, haciendo unos allanamientos en San Carlos que dieron para varios arrestos. Al final, cayeron un hombre, un menor y, para sorpresa de muchos, una señora que anda metida hasta el cuello en el negocio del cloro.
La treta empezó temprano, cuando los oficiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) llegaron a distintos puntos de San Carlos con varias órdenes de captura. Buscaban a un par de sujetos y a un jovencito, todos señalados por vender droga. Según fuentes internas, la investigación llevaba arrastrándose desde octubre pasado, así que ni modo de dejar que esto siguiera creciendo como una maleza.
Los primeros en caer fueron un mae de nombre Durán, de 25 años, y un muchacho apenas de 17. Luego vino la bomba: atraparon a una dama de apellido Ávalos, identificada como ciudadana nicaragüense, justo dentro de una oficina en Peñas Blancas, muy cerquita de la frontera. ¡Imagínate el fiestón que debió haber sido para la pobre!
Al parecer, Doña Ávalos formaba parte de una red bastante organizada, dedicada a distribuir sustancias ilícitas en la zona. Junto con sus cómplices –Durán y el menor–, estaban en la mira del OIJ por un buen tiempo, acumulando pruebas que finalmente les sellaron el destino. Este tipo de operaciones son necesarias, porque la droga sigue echando a perder a nuestros jóvenes, y hay que ponerlele freno.
Durante los operativos, los agentes decomisaron unas cuantas dosis de droga, aunque no han dado detalles precisos de qué tipo. Lo que sí sabemos es que encontraron fajos de billetes de 5.000 y 1.000 colones, suficientes para comprarse un chunche decente. Además, hallaron un arma de fuego calibre nueve milímetros y un celular, que seguramente servirá para armar todo el rompecabezas de esta banda.
Este caso pone de relieve la complejidad del tráfico de drogas en nuestra frontera norte. No es ningún secreto que la zona es vulnerable, y que organizaciones criminales buscan aprovecharse de nuestras leyes y controles laxos. Necesitamos reforzar la seguridad fronteriza, invertir en tecnología y capacitar a nuestros funcionarios para combatir este flagelo con mayor eficacia. Ya basta de ver cómo nuestro país se convierte en una ruta para estas cosas.
Muchos se preguntan qué clase de vida se puede tener vendiendo hierbas raras. Piensa bien, gente, ese dinero fácil siempre trae consecuencias terribles. Se acabó la época de andar jugando con fuego; ahora la justicia está echándole ganas para limpiar el país de toda esta mugre. Ojalá sirva de ejemplo para otros que estén pensando en meterse en este brete.
Con este nuevo golpe a la delincuencia, queda claro que el OIJ no va a echar pie atrás en la lucha contra el narcotráfico. Pero me pregunto, ¿crees tú que simplemente aprehendiendo a estos peces chicos vamos a solucionar el problema de raíz, o necesitamos atacar también a los cabecillas de estas redes que operan desde fuera del país?
La treta empezó temprano, cuando los oficiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) llegaron a distintos puntos de San Carlos con varias órdenes de captura. Buscaban a un par de sujetos y a un jovencito, todos señalados por vender droga. Según fuentes internas, la investigación llevaba arrastrándose desde octubre pasado, así que ni modo de dejar que esto siguiera creciendo como una maleza.
Los primeros en caer fueron un mae de nombre Durán, de 25 años, y un muchacho apenas de 17. Luego vino la bomba: atraparon a una dama de apellido Ávalos, identificada como ciudadana nicaragüense, justo dentro de una oficina en Peñas Blancas, muy cerquita de la frontera. ¡Imagínate el fiestón que debió haber sido para la pobre!
Al parecer, Doña Ávalos formaba parte de una red bastante organizada, dedicada a distribuir sustancias ilícitas en la zona. Junto con sus cómplices –Durán y el menor–, estaban en la mira del OIJ por un buen tiempo, acumulando pruebas que finalmente les sellaron el destino. Este tipo de operaciones son necesarias, porque la droga sigue echando a perder a nuestros jóvenes, y hay que ponerlele freno.
Durante los operativos, los agentes decomisaron unas cuantas dosis de droga, aunque no han dado detalles precisos de qué tipo. Lo que sí sabemos es que encontraron fajos de billetes de 5.000 y 1.000 colones, suficientes para comprarse un chunche decente. Además, hallaron un arma de fuego calibre nueve milímetros y un celular, que seguramente servirá para armar todo el rompecabezas de esta banda.
Este caso pone de relieve la complejidad del tráfico de drogas en nuestra frontera norte. No es ningún secreto que la zona es vulnerable, y que organizaciones criminales buscan aprovecharse de nuestras leyes y controles laxos. Necesitamos reforzar la seguridad fronteriza, invertir en tecnología y capacitar a nuestros funcionarios para combatir este flagelo con mayor eficacia. Ya basta de ver cómo nuestro país se convierte en una ruta para estas cosas.
Muchos se preguntan qué clase de vida se puede tener vendiendo hierbas raras. Piensa bien, gente, ese dinero fácil siempre trae consecuencias terribles. Se acabó la época de andar jugando con fuego; ahora la justicia está echándole ganas para limpiar el país de toda esta mugre. Ojalá sirva de ejemplo para otros que estén pensando en meterse en este brete.
Con este nuevo golpe a la delincuencia, queda claro que el OIJ no va a echar pie atrás en la lucha contra el narcotráfico. Pero me pregunto, ¿crees tú que simplemente aprehendiendo a estos peces chicos vamos a solucionar el problema de raíz, o necesitamos atacar también a los cabecillas de estas redes que operan desde fuera del país?
