¡Ay, Dios mío! Ya estamos casi cerrando el año y parece que la violencia no le da un respiro al país. Los primeros quince días de diciembre nos dejaron con 25 homicidios, según el OIJ. Un número que, aunque suene alto, es un poquito menor al que tuvimos el año pasado en mismo periodo. Pero ojo, porque la cosa no pinta tan rosada como quisiera uno.
Para ponerle pausa al brete, vamos a ver los números fríos: acumulamos 832 homicidios hasta ahora en 2025. Hace exactamente un año estábamos en 827. ¡Una diferencia mínima, mae! Lo que preocupa es la proyección del OIJ, que dice que podríamos cerrar el año rozando los 880 homicidios. Michael Soto, el director interino del OIJ, soltó en noviembre que al principio pensaban llegar hasta mil… ¡Un panorama deprimente!
La gran mayoría de estos asesinatos tienen que ver con ajustes de cuentas – 539 casos, para que se hagan una idea. Y tristemente, en 650 de esos casos, la herramienta elegida ha sido el arma de fuego. Ahí te queda el sabor amargo, compa. No es un juego, esto es la realidad que vivimos algunos barrios.
Si miramos quiénes son las víctimas, la cosa se pone aún más preocupante. Entre 300 y 29 años de edad, pura sangre joven se fue al otro lado. Le siguen de cerca los jóvenes entre 30 y 39 años, con 257 fallecidos. Esto debería hacernos reflexionar, ¿no creen? Estamos perdiendo talento, futuro... gente valiosa que se va demasiado pronto.
Por zonas, San José siempre lidera la tabla, con 281 homicidios. Después viene Limón, que anda con 166. Luego Puneta con 119, Alajuela con 96, Guanacaste con 76, Cartago con 61 y Heredia con 33. Una distribución desigual que refleja las problemáticas específicas de cada provincia. En fin, qué vara tan fea tener que hablar de estas cosas.
Pero ahí no termina la cosa. El ministro de Seguridad, Mario Zamora, salió a quejarse de que la Fuerza Pública se rompe la espalda haciendo detenciones, allanamientos y patrullajes, pero al final, ¿qué impacto tiene? Han hecho 195.000 aprehensiones este año y los homicidios no bajan. Según él, esto es “sorprendente” desde el punto de vista policial, ¡y vaya si lo es!
Zamora también señaló que hay un patrón que se repite año tras año: las personas que detienen por diferentes delitos terminan quedando libres en menos de 24 horas. Dice que la ley no se está aplicando con la dureza necesaria y que tenemos que transformarla para evitar que estos delincuentes vuelvan a cometer delitos. ¡Qué despiche! Parece que estamos dando cabida a la impunidad.
¿Será que realmente necesitamos cambiar las leyes, o el problema es mucho más profundo? ¿Estamos buscando soluciones rápidas para un problema que requiere un enfoque integral y a largo plazo? ¿Creen ustedes que liberar a los sospechosos rápidamente está contribuyendo al aumento de los homicidios, o hay otros factores que debemos considerar? Dejen sus opiniones en el foro, ¡necesitamos conversar sobre esto!
Para ponerle pausa al brete, vamos a ver los números fríos: acumulamos 832 homicidios hasta ahora en 2025. Hace exactamente un año estábamos en 827. ¡Una diferencia mínima, mae! Lo que preocupa es la proyección del OIJ, que dice que podríamos cerrar el año rozando los 880 homicidios. Michael Soto, el director interino del OIJ, soltó en noviembre que al principio pensaban llegar hasta mil… ¡Un panorama deprimente!
La gran mayoría de estos asesinatos tienen que ver con ajustes de cuentas – 539 casos, para que se hagan una idea. Y tristemente, en 650 de esos casos, la herramienta elegida ha sido el arma de fuego. Ahí te queda el sabor amargo, compa. No es un juego, esto es la realidad que vivimos algunos barrios.
Si miramos quiénes son las víctimas, la cosa se pone aún más preocupante. Entre 300 y 29 años de edad, pura sangre joven se fue al otro lado. Le siguen de cerca los jóvenes entre 30 y 39 años, con 257 fallecidos. Esto debería hacernos reflexionar, ¿no creen? Estamos perdiendo talento, futuro... gente valiosa que se va demasiado pronto.
Por zonas, San José siempre lidera la tabla, con 281 homicidios. Después viene Limón, que anda con 166. Luego Puneta con 119, Alajuela con 96, Guanacaste con 76, Cartago con 61 y Heredia con 33. Una distribución desigual que refleja las problemáticas específicas de cada provincia. En fin, qué vara tan fea tener que hablar de estas cosas.
Pero ahí no termina la cosa. El ministro de Seguridad, Mario Zamora, salió a quejarse de que la Fuerza Pública se rompe la espalda haciendo detenciones, allanamientos y patrullajes, pero al final, ¿qué impacto tiene? Han hecho 195.000 aprehensiones este año y los homicidios no bajan. Según él, esto es “sorprendente” desde el punto de vista policial, ¡y vaya si lo es!
Zamora también señaló que hay un patrón que se repite año tras año: las personas que detienen por diferentes delitos terminan quedando libres en menos de 24 horas. Dice que la ley no se está aplicando con la dureza necesaria y que tenemos que transformarla para evitar que estos delincuentes vuelvan a cometer delitos. ¡Qué despiche! Parece que estamos dando cabida a la impunidad.
¿Será que realmente necesitamos cambiar las leyes, o el problema es mucho más profundo? ¿Estamos buscando soluciones rápidas para un problema que requiere un enfoque integral y a largo plazo? ¿Creen ustedes que liberar a los sospechosos rápidamente está contribuyendo al aumento de los homicidios, o hay otros factores que debemos considerar? Dejen sus opiniones en el foro, ¡necesitamos conversar sobre esto!
