¡Ay, Dios mío! Quién diría que la creatividad para meterle gato al agua llegaría hasta esto... Resulta que agarraron a una señora intentando pasarle droga dentro de un tubo de pasta dental en la cárcel de Alajuela. Un verdadero tochazo, vamos.
La movida pasó en el Centro Penal Gerardo Rodríguez, donde agentes de la Policía Penitenciaria estaban revisando unas encomiendas destinadas a algunos internos. Entre cositas y demás, apareció esta señora, doña Fonseca, con unos paquetecillos que parecían normales a primera vista. Pero fíjate tú, ahí estaba el detalle, algo no cuadraba con el tubo de pasta dental.
Cuando le dieron una mirada más de cerca, ¡boom!, encontraron dos envoltorios bien escondidos dentro del tubo. Contenían once gramos de lo que parece ser ‘wax’, esa sustancia que anda dando que hablar últimamente. Se entiende que al instante la agarraron, la pusieron bajo custodia y ya le abrieron expediente a la dama. Qué pena, pero así es el brete.
Pero ojo, que esto no es un caso único, muchachos. Parece que los inventos para mandar cosas ilegales a las cárceles no tienen fin. En otras prisiones, como La Reforma y Pococí, han descubierto cosas aún más raras. Imagínate, grasa industrial, ungüentos y café mezclados con marihuana para que no la descubran. ¡Eso sí que es maistry! ¡Qué nivel de dedicación!
Hace poco en Limón y Liberia también decomisaron celulares, chips y cargadores, algunos escondidos en plantas de los patios. En Pérez Zeledón hicieron una requisa general y sacaron armas blancas, pipas y otras cosillas que no deberían estar por ahí. Esto demuestra que la seguridad en las cárceles necesita una varita mágica urgente, porque la situación está bien complicada, diay.
Y hablando de complicaciones, algunos expertos dicen que el problema va más allá de los intentos individuales. Señalan que hay redes organizadas que facilitan estos envíos y que necesitan ser investigadas a fondo. Álvaro Ramos, el diputado, ya soltó la bomba diciendo que al gobierno le falta voluntad política para resolver el problema y que no se está invirtiendo el dinero necesario en mejorar la seguridad.
Ahora, muchos se preguntan qué medidas se van a tomar para evitar que esto siga pasando. Algunas propuestas incluyen reforzar los controles en las visitas, utilizar tecnología más avanzada para detectar sustancias ilícitas y aumentar la capacitación de los funcionarios penitenciarios. También se habla de endurecer las penas para quienes intentan introducir droga en las cárceles, para que sirva de ejemplo para los demás. Veremos si estas medidas dan sus frutos, porque la paciencia se agota.
¿Será posible erradicar por completo el ingreso de droga a las cárceles costarricenses, o siempre habrá alguien dispuesto a buscar nuevas formas de burlar la seguridad? ¿Consideras que las soluciones pasan por mayores recursos, más capacitación o cambios radicales en la política penitenciaria?
La movida pasó en el Centro Penal Gerardo Rodríguez, donde agentes de la Policía Penitenciaria estaban revisando unas encomiendas destinadas a algunos internos. Entre cositas y demás, apareció esta señora, doña Fonseca, con unos paquetecillos que parecían normales a primera vista. Pero fíjate tú, ahí estaba el detalle, algo no cuadraba con el tubo de pasta dental.
Cuando le dieron una mirada más de cerca, ¡boom!, encontraron dos envoltorios bien escondidos dentro del tubo. Contenían once gramos de lo que parece ser ‘wax’, esa sustancia que anda dando que hablar últimamente. Se entiende que al instante la agarraron, la pusieron bajo custodia y ya le abrieron expediente a la dama. Qué pena, pero así es el brete.
Pero ojo, que esto no es un caso único, muchachos. Parece que los inventos para mandar cosas ilegales a las cárceles no tienen fin. En otras prisiones, como La Reforma y Pococí, han descubierto cosas aún más raras. Imagínate, grasa industrial, ungüentos y café mezclados con marihuana para que no la descubran. ¡Eso sí que es maistry! ¡Qué nivel de dedicación!
Hace poco en Limón y Liberia también decomisaron celulares, chips y cargadores, algunos escondidos en plantas de los patios. En Pérez Zeledón hicieron una requisa general y sacaron armas blancas, pipas y otras cosillas que no deberían estar por ahí. Esto demuestra que la seguridad en las cárceles necesita una varita mágica urgente, porque la situación está bien complicada, diay.
Y hablando de complicaciones, algunos expertos dicen que el problema va más allá de los intentos individuales. Señalan que hay redes organizadas que facilitan estos envíos y que necesitan ser investigadas a fondo. Álvaro Ramos, el diputado, ya soltó la bomba diciendo que al gobierno le falta voluntad política para resolver el problema y que no se está invirtiendo el dinero necesario en mejorar la seguridad.
Ahora, muchos se preguntan qué medidas se van a tomar para evitar que esto siga pasando. Algunas propuestas incluyen reforzar los controles en las visitas, utilizar tecnología más avanzada para detectar sustancias ilícitas y aumentar la capacitación de los funcionarios penitenciarios. También se habla de endurecer las penas para quienes intentan introducir droga en las cárceles, para que sirva de ejemplo para los demás. Veremos si estas medidas dan sus frutos, porque la paciencia se agota.
¿Será posible erradicar por completo el ingreso de droga a las cárceles costarricenses, o siempre habrá alguien dispuesto a buscar nuevas formas de burlar la seguridad? ¿Consideras que las soluciones pasan por mayores recursos, más capacitación o cambios radicales en la política penitenciaria?