Como igual uno puede pagar una independiente o de catálogo super rica, pagando diez veces más que en esos lugares, que el día que la citó de fijo a la guila le cayó algo mal en el almuerzo o alguna indisposición anda y el aliento no lo tiene precisamente oliendo a rosas; o ni hablar del aparato que puede lanzar cierto olor sospechoso.
También uno puede ser el que ande con mal aliento y ni cuenta se dá; y la dama tiene que aguantarse.
Pero ya estando uno ahí en la acción y con la templazón del caso, qué se va a hacer sino tirarse como los valientes a disfrutar el resto del paquete, para no desaprovechar el rato.
Uno al despiste se pide un fresquito o un trago en el motel para disipar aquello; o aguanta la respiración; y se va pasando el rato, pues en la calentura todo se olvida.
Me imagino que de acuerdo a los presupuestos de cada uno; así será la capacidad de tolerancia individual del ambiente al que se enfrenta.