Durante toda mi ninhez, no hubo peor momento que irme a dormir.
Todas las noches tenia pesadillas terribles.
Tengo cientos de pesadillas de contar, de todo tipo y colores y al despertar me golpeaba lo que los psicologos han llamado "El terror nocturno". Hasta hace poco pude entender lo que me sucedia.
De los 12 en adelante ya tuve un poco mas de control sobre mis pesadillas, pero ahora evolucione a suenhos rajadisimos que me dejan extenuado.
De un poco para aca, ya no suenho conmigo mismo tanto, ahora tengo omnipresencia en el suenho como si yo fuese la camara de television,pero los protagonistas son otros.
En el ultimo suenho rajado que tuve, que esta apenas para escribir un libro, se trataba de un tipo que iba a prisa en el trabajo, de hecho la impresion que me dio es que siempre andaba acelerado, sin embargo le cancelaron una reunion y andaba todo amargado, asi que bajo al parque de la gran ciudad donde vivia. El parque estaba lleno de adoquines, pero no era San Jose, alli compro un periodico a un vendedor de un kiosco, y le dijo que tenia un par de horas libres y que no tenia nada que hacer, asi que que le podia recomendar.
El vendedor de periodicos le recomendo un museo de antiguedades que estaba cruzando la calle.
Al entrar al museo, una persona desconocida le saludo de manera muy alegre, estrechandole la mano y sonriendoloe mucho.
Luego, empezo a recorrer el museo, donde habian pinturas y esculturas que se movian muy lentamente, habiendo recorrido varios salones, al voltear su reloj, apenas habian pasado 10 minutos.
No lo podia creer, asi que creyo que el reloj estaba malo, asi que fue a preguntarle a un guarda. Encontro a uno detras de una reja, era feo y anciano, pero con los ojos llenos de maldad.
-Que hora tiene?
-No se preocupe, ya es demasiado tarde para Usted-respondio.
-Donde esta la salida?
-La salida solo la podra ver cuando Usted se tome su tiempo.
El ejecutivo siguio recorriendo los salones, hasta que penso sobre el valor del tiempo, y volviendo a ver su reloj, este habia avanzado solo otros 15 minutos.
Logro encontrar la reja de salida, pero fuera del Museo habia una neblina pesadisima y unicamente podia ver al vendedor de periodicos.
Se acerco y le dijo:
-Que me has hecho?
-Yo, nada, necesitabas mas tiempo, ahora lo tienes todo, le hice un favor.
El ejecutivo se puso a meditar como habia caido en ese estado, y escucho un tren cercano pasar y se dio cuenta que el tren transitaba a "velocidad normal"
En medio de la bruma otro hombre, al parecer comerciante se acerco a comprar el periodico:
-Disculpe, caballero- inquirio el ejecutivo- ha visto Usted el Museo de Antiguedades alla en la esquina.
-Pues no.
-Tienen cosas muy baratas, deberia ir a ver alli, hay muy buenas oportunidades.
El brillo de la avaricia se reflejo en los ojos del comerciante, quien inmediatamente de manera agradecida se dirigio al Museo.
Al ingresar el comerciante dentro del Museo, la bruma desaparecio a la vista del ejecutivo, quien se dio cuenta inmediatamente que la gran ciudad ya habia cambiado su fisonomia, y que estaba en lo que el hubiera considerado "el futuro".
El vendedor de periodicos sonrio maliciosamente y el ejecutivo se alejo del lugar.