Ay, mi junta, qué vaina este personaje. Pilar Cisneros parece que anda en un brete eterno de chamba política. Desde que agarró la diputación en 2022, no ha parado de meterle candela al ruedo, y ahora, con Laura Fernández lanzándose a la presidencia, ella es la punta de lanza. Un analista ya la puso como 'escudo, vocera y puente' para la campaña oficialista… ¡tremenda responsabilidad!
Mario Quirós, el poli bien entendido, dice que Pilar nunca ha dejado de estar en modo campaña. Recuerdo vívidamente cuando era la imagen en todas las vallas durante la campaña de Chaves, hasta en Guanacaste, donde no precisamente tienen a la fanaticada más fiel. Ahora, con Laura, pinta igual: su cara está por todos lados. Se nota que le meten con ganas para impulsar a Fernández, y eso no es ningún secreto.
Y hablando de responsabilidades, resulta que Cisneros ha sido ministra de Presidencia –aunque insiste que Barrantes se está comiendo esa posta–, ministra de Comunicación, y defensora número uno del Presidente Chaves. ¡Imagínate! ¡Un currículum de otro mundo! Ella misma reconoce que su papel es defender al Mandatario a capa y espada. Dice que si no estuviera convencida del cambio que ofrece, no estaría pegada al carro. Que claro que hay controversias, pero ella cree firmemente en el proyecto.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, ¿eh? Con tanto poder y visibilidad, Cisneros se ha convertido en blanco fácil para los ataques en la Asamblea. Reconoce que los “balazos” han sido fuertes, incluso más de lo que esperaba. Insulta, agresividad, ¡todo! Pero, a pesar de todo, dice que la trata con calma. Agrega que, como periodista, ya estaba acostumbrada a tener enemigos. Dice que eso la llena de orgullo, sentirse odiada por personas que ella desprecia...
Y es que hablar de Pilar es hablar de una trayectoria que cruza medios y política. Como directora de uno de los principales noticieros del país, tiene sus raíces bien plantadas en el periodismo. Pero asegura que, paradójicamente, ahora tiene más enemigos que cuando ejercía esa profesión. Recuerda la frase de un estadista y filósofo: ‘si no tienes enemigos, no has hecho nada que valga la pena’ y afirma que eso le honra.
Quirós analiza que el caso de Cisneros es único en la historia reciente de Costa Rica. Hemos visto jefes de fracción poderosos y figuras mediáticas, pero nadie combina esa mezcla de peso político, visibilidad y cercanía con el Presidente como ella. Y ese capital político, piensa, quiere convertirlo en votos para Fernández. Está dispuesta a echar toda la carne al asador para ayudarla a llegar a Casa Amarilla.
Lo cierto es que la estrategia parece clara: utilizar la popularidad y el respaldo de Cisneros para darle oxígeno a la campaña de Fernández. Ya vimos cómo la diputada tuvo que hacer el mejor esfuerzo para preparar a la candidata para entrevistas y debates. No es tarea fácil, pero Cisneros parece estar a la altura del desafío, incluso si eso implica recibir la mayor parte de las críticas y los ataques. Porque, como dicen por ahí, “el que quiere celeste que le den purpurina”.
Con todo este trajín, una cosa queda clara: Pilar Cisneros es una jugadora clave en el panorama político costarricense, y su influencia podría ser determinante en las próximas elecciones. Pero dime tú, ¿crees que la dedicación de Cisneros a la campaña de Fernández compromete su función legislativa, o es simplemente una estrategia inteligente para asegurar el futuro del oficialismo?
Mario Quirós, el poli bien entendido, dice que Pilar nunca ha dejado de estar en modo campaña. Recuerdo vívidamente cuando era la imagen en todas las vallas durante la campaña de Chaves, hasta en Guanacaste, donde no precisamente tienen a la fanaticada más fiel. Ahora, con Laura, pinta igual: su cara está por todos lados. Se nota que le meten con ganas para impulsar a Fernández, y eso no es ningún secreto.
Y hablando de responsabilidades, resulta que Cisneros ha sido ministra de Presidencia –aunque insiste que Barrantes se está comiendo esa posta–, ministra de Comunicación, y defensora número uno del Presidente Chaves. ¡Imagínate! ¡Un currículum de otro mundo! Ella misma reconoce que su papel es defender al Mandatario a capa y espada. Dice que si no estuviera convencida del cambio que ofrece, no estaría pegada al carro. Que claro que hay controversias, pero ella cree firmemente en el proyecto.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, ¿eh? Con tanto poder y visibilidad, Cisneros se ha convertido en blanco fácil para los ataques en la Asamblea. Reconoce que los “balazos” han sido fuertes, incluso más de lo que esperaba. Insulta, agresividad, ¡todo! Pero, a pesar de todo, dice que la trata con calma. Agrega que, como periodista, ya estaba acostumbrada a tener enemigos. Dice que eso la llena de orgullo, sentirse odiada por personas que ella desprecia...
Y es que hablar de Pilar es hablar de una trayectoria que cruza medios y política. Como directora de uno de los principales noticieros del país, tiene sus raíces bien plantadas en el periodismo. Pero asegura que, paradójicamente, ahora tiene más enemigos que cuando ejercía esa profesión. Recuerda la frase de un estadista y filósofo: ‘si no tienes enemigos, no has hecho nada que valga la pena’ y afirma que eso le honra.
Quirós analiza que el caso de Cisneros es único en la historia reciente de Costa Rica. Hemos visto jefes de fracción poderosos y figuras mediáticas, pero nadie combina esa mezcla de peso político, visibilidad y cercanía con el Presidente como ella. Y ese capital político, piensa, quiere convertirlo en votos para Fernández. Está dispuesta a echar toda la carne al asador para ayudarla a llegar a Casa Amarilla.
Lo cierto es que la estrategia parece clara: utilizar la popularidad y el respaldo de Cisneros para darle oxígeno a la campaña de Fernández. Ya vimos cómo la diputada tuvo que hacer el mejor esfuerzo para preparar a la candidata para entrevistas y debates. No es tarea fácil, pero Cisneros parece estar a la altura del desafío, incluso si eso implica recibir la mayor parte de las críticas y los ataques. Porque, como dicen por ahí, “el que quiere celeste que le den purpurina”.
Con todo este trajín, una cosa queda clara: Pilar Cisneros es una jugadora clave en el panorama político costarricense, y su influencia podría ser determinante en las próximas elecciones. Pero dime tú, ¿crees que la dedicación de Cisneros a la campaña de Fernández compromete su función legislativa, o es simplemente una estrategia inteligente para asegurar el futuro del oficialismo?
