¡Ay, Dios mío! Este caso del nene que apareció solito y lastimadito en Venecia de San Carlos sigue dando vuelta y vuelta en la cabeza a todos nosotros. Ya ni qué hablar, un susto tremendo para el país entero ver cómo un chiquito de dos años termina vagando por la carretera a esas horas de la mañana. Y encima, ¡unas heridas de cuidado!
Como saben, el menorde permanece en coma inducido en el Hospital Nacional de Niños, luchando por recuperarse. Su papito, con el corazón roto, salió a dar su versión de lo que pasó esa noche, tratando de explicar cómo fue posible que el niño escapara de la casa sin que nadie se diera cuenta. Un brete, imagínate, tener que contar eso a las cámaras.
Según nos contó, llegó a la casa después de terminar su turno, como a las once de la noche, bien cansado. El nene estaba durmiendo plácidamente y, después de conversar un rato con su esposa, ambos se fueron a dormir. Pero luego, ¡boom!, a las tres de la mañana, su esposa lo despierta diciendo que el chiquito ya no estaba en la cama. Buscaron por todas partes, llamaron a los familiares, pero nada, el niño había desaparecido.
Y acá viene lo interesante, dice el papá que el nene es “muy despierto”, como él mismo lo define, y que en otras oportunidades ya había abierto la puerta buscando a su papá cuando regresaba del trabajo. Él cerró la puerta, sí, pero olvidó ponerle el picaporte, ¡qué despiste! Y ahí, parece que el chiquito aprovechó la oportunidad para salir a buscarlo, sin que sus papás se dieran cuenta del ruido.
Ahora, imagínense la movida. Un chiquito de dos años caminando casi un kilómetro de distancia en medio de la madrugada, buscando a su papá. ¡Qué nivel de valentía y confusión a la vez! Y encima, caer en manos del conductor irresponsable de ese pick up blanco que, con poca monta, lo atropelló y se fue corriendo, dejando al pobre niño tirado en la calle.
Por supuesto, las autoridades están haciendo de todo para atrapar al responsable. El OIJ tiene abiertas varias líneas de investigación, incluyendo el rastreo del vehículo involucrado y la revisión exhaustiva de las cámaras de seguridad de la zona. Además, se investiga si hubo alguna negligencia por parte de los padres, pero hasta ahora todo apunta a un accidente terrible.
El doctor Carlos Jiménez, director del Hospital Nacional de Niños, nos comentó que el estado del niño sigue siendo crítico. Está en coma inducido porque sufrió golpes muy fuertes en la cabeza y necesitan controlar la inflamación para evitar complicaciones. Dice que las próximas horas serán determinantes para ver si el chiquito logra salir adelante y no sufrir secuelas permanentes. ¡Aguántale, campeón!
En fin, este caso nos deja varios temas en el aire para reflexionar. ¿Cómo podemos mejorar la seguridad en nuestros hogares para evitar tragedias como esta? ¿Deberíamos exigir leyes más estrictas para castigar a los conductores que huyen de la escena de un accidente? Y lo más importante, ¿qué medidas podemos tomar como sociedad para proteger a los niños y asegurar su bienestar?
Como saben, el menorde permanece en coma inducido en el Hospital Nacional de Niños, luchando por recuperarse. Su papito, con el corazón roto, salió a dar su versión de lo que pasó esa noche, tratando de explicar cómo fue posible que el niño escapara de la casa sin que nadie se diera cuenta. Un brete, imagínate, tener que contar eso a las cámaras.
Según nos contó, llegó a la casa después de terminar su turno, como a las once de la noche, bien cansado. El nene estaba durmiendo plácidamente y, después de conversar un rato con su esposa, ambos se fueron a dormir. Pero luego, ¡boom!, a las tres de la mañana, su esposa lo despierta diciendo que el chiquito ya no estaba en la cama. Buscaron por todas partes, llamaron a los familiares, pero nada, el niño había desaparecido.
Y acá viene lo interesante, dice el papá que el nene es “muy despierto”, como él mismo lo define, y que en otras oportunidades ya había abierto la puerta buscando a su papá cuando regresaba del trabajo. Él cerró la puerta, sí, pero olvidó ponerle el picaporte, ¡qué despiste! Y ahí, parece que el chiquito aprovechó la oportunidad para salir a buscarlo, sin que sus papás se dieran cuenta del ruido.
Ahora, imagínense la movida. Un chiquito de dos años caminando casi un kilómetro de distancia en medio de la madrugada, buscando a su papá. ¡Qué nivel de valentía y confusión a la vez! Y encima, caer en manos del conductor irresponsable de ese pick up blanco que, con poca monta, lo atropelló y se fue corriendo, dejando al pobre niño tirado en la calle.
Por supuesto, las autoridades están haciendo de todo para atrapar al responsable. El OIJ tiene abiertas varias líneas de investigación, incluyendo el rastreo del vehículo involucrado y la revisión exhaustiva de las cámaras de seguridad de la zona. Además, se investiga si hubo alguna negligencia por parte de los padres, pero hasta ahora todo apunta a un accidente terrible.
El doctor Carlos Jiménez, director del Hospital Nacional de Niños, nos comentó que el estado del niño sigue siendo crítico. Está en coma inducido porque sufrió golpes muy fuertes en la cabeza y necesitan controlar la inflamación para evitar complicaciones. Dice que las próximas horas serán determinantes para ver si el chiquito logra salir adelante y no sufrir secuelas permanentes. ¡Aguántale, campeón!
En fin, este caso nos deja varios temas en el aire para reflexionar. ¿Cómo podemos mejorar la seguridad en nuestros hogares para evitar tragedias como esta? ¿Deberíamos exigir leyes más estrictas para castigar a los conductores que huyen de la escena de un accidente? Y lo más importante, ¿qué medidas podemos tomar como sociedad para proteger a los niños y asegurar su bienestar?
