¡Ay, pata! El circo político sigue dando espectáculo y esta vez la lupa está puesta en la votación del fuero del Presidente Chaves. Entre idas y vueltas, debates acalorados y acusaciones cruzadas, parece que la saga del veto al juicio no termina ahí. Lo que empezó como una simple votación terminó convirtiéndose en un verdadero nudo gordiano de sospechas y dimes y diretes en el Congreso.
Como bien sabemos, la votación para levantar la inmunidad presidencial, producto de esas 15 denuncias de presunta beligerancia política, estuvo cargadísima. Desde antes de que siquiera empezara a debatirse, comenzaron a salir a relucir versiones de presiones, promesas y hasta 'favores' que se estarían ofreciendo a los diputados para influir en su decisión final. Una pena, porque así se mancha el poquito de credibilidad que queda en la Asamblea.
La diputada Daniela Rojas de la PUSC salió con un comunicado que parecía sacado directamente de un manual de ética parlamentaria. Declaró, con toda la pompa y boato, que nada –ni leyes, ni trabajos, ni viajes– estaba por encima de sus principios familiares. Suene lindo, pero la gente se pregunta: ¿realmente nadie le ofreció nada? ¿De verdad la moral familiar puede comprar votos en un ambiente político como el nuestro?
Pero claro, como en Costa Rica todo tiene que tener un toque picante, apareció la información sobre la diputada Sonia Rojas del PLN y una supuesta cirugía estética pagada por el Poder Ejecutivo. ¡Uf, qué embrollo! Afortunadamente, la propia diputada negó rotundamente la acusación, explicando que la operación era parte de una situación médica personal y programada mucho antes de la votación. Uno piensa, ¿hasta dónde llegarán para intentar ensuciar la imagen de unos y otros?
Fabricio Alvarado, ex contendiente presidencial y actual diputado de Nueva República, también se metió en el ajo, hablando de 'presiones de ambos lados'. Pero luego, cuando le preguntaron qué tipo de presiones eran esas, se puso más esquivo que gato negro en domingo. Admitió que algunos le decían que votar a favor de levantar el fuero le afectaría electoralmente, mientras que otros le advertían lo contrario. ¡Un clásico! El lobby político es la base de nuestra democracia... o al menos, eso dicen algunos.
Y no podemos olvidarnos de la jefa del oficialismo, Pilar Cisneros, que soltó un ‘bla, bla, bla’ memorable ante las acusaciones de sobornos. Le exigió a los acusadores que presenten pruebas sólidas, porque, según ella, hablar sin fundamentos es muy fácil. ¡Digo yo, si tienes la información, dame la evidencia pa' poder juzgar, mae!
Recordemos también que esto no es la primera vez que se habla de presiones indebidas en la Asamblea. El famoso caso del BCIE-Cariñitos ya nos dio suficiente dolor de cabeza hace poco, con rumores de amenazas de retiro de visas a Estados Unidos para familiares de algunos diputados. Parece que algunas prácticas se arraigan más rápido que la hiedra en una pared vieja. Ahora el gobierno tampoco ha convocado proyectos de ley presentados por los diputados que anteriormente votaron en contra de levantar el fuero de Chaves, lo cual añade otra capa a esta telenovela política.
En fin, la situación es un completo lío, y la confianza ciudadana sigue por los suelos. Con tantas acusaciones sin pruebas concretas, es difícil saber quién dice la verdad y quién miente. Entonces, díganme, ¿creen que estas acusaciones tienen fundamento o son simplemente jugadas políticas para desprestigiar al gobierno y a la oposición? ¿Hasta dónde debería llegar la Fiscalía en investigar estos posibles casos de corrupción e influencia indebida?
Como bien sabemos, la votación para levantar la inmunidad presidencial, producto de esas 15 denuncias de presunta beligerancia política, estuvo cargadísima. Desde antes de que siquiera empezara a debatirse, comenzaron a salir a relucir versiones de presiones, promesas y hasta 'favores' que se estarían ofreciendo a los diputados para influir en su decisión final. Una pena, porque así se mancha el poquito de credibilidad que queda en la Asamblea.
La diputada Daniela Rojas de la PUSC salió con un comunicado que parecía sacado directamente de un manual de ética parlamentaria. Declaró, con toda la pompa y boato, que nada –ni leyes, ni trabajos, ni viajes– estaba por encima de sus principios familiares. Suene lindo, pero la gente se pregunta: ¿realmente nadie le ofreció nada? ¿De verdad la moral familiar puede comprar votos en un ambiente político como el nuestro?
Pero claro, como en Costa Rica todo tiene que tener un toque picante, apareció la información sobre la diputada Sonia Rojas del PLN y una supuesta cirugía estética pagada por el Poder Ejecutivo. ¡Uf, qué embrollo! Afortunadamente, la propia diputada negó rotundamente la acusación, explicando que la operación era parte de una situación médica personal y programada mucho antes de la votación. Uno piensa, ¿hasta dónde llegarán para intentar ensuciar la imagen de unos y otros?
Fabricio Alvarado, ex contendiente presidencial y actual diputado de Nueva República, también se metió en el ajo, hablando de 'presiones de ambos lados'. Pero luego, cuando le preguntaron qué tipo de presiones eran esas, se puso más esquivo que gato negro en domingo. Admitió que algunos le decían que votar a favor de levantar el fuero le afectaría electoralmente, mientras que otros le advertían lo contrario. ¡Un clásico! El lobby político es la base de nuestra democracia... o al menos, eso dicen algunos.
Y no podemos olvidarnos de la jefa del oficialismo, Pilar Cisneros, que soltó un ‘bla, bla, bla’ memorable ante las acusaciones de sobornos. Le exigió a los acusadores que presenten pruebas sólidas, porque, según ella, hablar sin fundamentos es muy fácil. ¡Digo yo, si tienes la información, dame la evidencia pa' poder juzgar, mae!
Recordemos también que esto no es la primera vez que se habla de presiones indebidas en la Asamblea. El famoso caso del BCIE-Cariñitos ya nos dio suficiente dolor de cabeza hace poco, con rumores de amenazas de retiro de visas a Estados Unidos para familiares de algunos diputados. Parece que algunas prácticas se arraigan más rápido que la hiedra en una pared vieja. Ahora el gobierno tampoco ha convocado proyectos de ley presentados por los diputados que anteriormente votaron en contra de levantar el fuero de Chaves, lo cual añade otra capa a esta telenovela política.
En fin, la situación es un completo lío, y la confianza ciudadana sigue por los suelos. Con tantas acusaciones sin pruebas concretas, es difícil saber quién dice la verdad y quién miente. Entonces, díganme, ¿creen que estas acusaciones tienen fundamento o son simplemente jugadas políticas para desprestigiar al gobierno y a la oposición? ¿Hasta dónde debería llegar la Fiscalía en investigar estos posibles casos de corrupción e influencia indebida?