¡Aguante! Después de batallar unos 22 días y un par de chinches en el camino, la Asamblea Legislativa finalmente le dio luz verde al presupuesto del 2026. Un paquete de ¢12,8 billones, sí señor, ¡una suma que da vértigo! Fue aprobado en primer debate este martes, con 43 votos a favor y la única disidencia de la diputada Cambronero. Ahora, a ver si los demás debates van tan tranquilos como este... aunque eso parece poco probable, diay.
Este presupuestito será el último regalo de despedida de la administración Chaves Robles, justo antes de que llegue el nuevo gobierno en mayo del 2026. Digamos que le dejan el brete caliente a quien gane las próximas elecciones, porque manejar semejante lana no es tarea fácil. Lo curioso es que este presupuesto es ¢400.000 millones más grande que el del año pasado – ¡eso sí es un cambio considerable! – aunque algunos ya murmuran que podría ser una carga más que una bendición.
Lo que empezó siendo el proyecto que envió el Ministerio de Hacienda el 1 de septiembre tuvo sus cosquillas. La Comisión de Hacendarios le metió mano, cambiando algunas cosas. Por ejemplo, decidieron mover casi ¢51.000 millones que estaban destinados a pagar los intereses de la deuda y los enviaron a otras áreas. ¿A dónde fueron esos billetes? Pues a reforzar la seguridad, la educación y temas sociales. Dejémonos de rodeos, ahí hay movidas, y hay que estar ojo avizor.
Hablemos de seguridad, que es lo que más billete se llevó. Se destinarán ¢2.633 millones para crear 53 plazas en la Fiscalía de Género – una excelente iniciativa, sin duda – y otros ¢1.816 millones para 46 nuevos puestos en la Fiscalía General. Al OIJ le tocaron ¢3.538 millones para 178 plazas más. ¡Imagínate el movimiento! Y la Policía Judicial también se lleva su parte: ¢700 millones, divididos entre equipos de transporte y mejoras en los edificios. Esperemos que estos recursos lleguen a tiempo y se utilicen bien, porque la seguridad sigue siendo nuestro talón de Aquiles.
Pero no todo es seguridad, claro. En el ámbito educativo, se invirtirán ¢2.962 millones para mejorar los comedores escolares y otro tanto para garantizar el transporte estudiantil. También se destinaron ¢4.900 millones al TEC para hacerle unas renovaciones urgentes, porque ya estaba quedando un poquito atrás. Y para aquellos estudiantes que quieren seguir estudiando, se asignarán ¢6.600 millones a través del programa Avancemos, ¡eso sí es darle oportunidad a la juventud!
Además de todo esto, hubo otras asignaciones interesantes. Se le dieron ¢7.860 millones a la Red de Cuido, un programa importante para apoyar a las familias más vulnerables. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) recibirá ¢10.000 millones adicionales para el Régimen no Contributivo, lo cual es crucial para garantizar el acceso a la salud a quienes más lo necesitan. Y ni olvidemos a la Cruz Roja, que recibirá ¢1.500 millones, y a las asociaciones de desarrollo, que contarán con ¢2.000 millones para impulsar proyectos comunitarios. Este presupuesto tiene de todo, vamos.
Por supuesto, no todo ha sido color de rosa. Durante las discusiones en el Plenario, los diputados han levantado muchas preguntas sobre cómo ha manejado el Gobierno los recursos, especialmente en áreas clave como la seguridad, la educación y el bienestar social. Algunos legisladores acusan al Ejecutivo de querer recortar fondos a estas áreas esenciales, particularmente al Ministerio Público y al OIJ. Parece que la picardía política siempre encuentra la forma de meterse en cualquier vara. La discusión continuará este jueves, cuando se vote en segundo debate, y el plazo límite es el sábado, en caso de no lograr quórum reglamentario. Pero a pura apuesta, parece que lo aprueban el mismo jueves.
Con este presupuesto ya en camino, queda la gran pregunta: ¿serán suficientes los recursos asignados para cubrir las necesidades reales del país? ¿Lograrán realmente mejorar la seguridad ciudadana, fortalecer la educación pública y aliviar la pobreza? Con tantas promesas y tantos desafíos, ¿cree usted que este presupuesto marcará una diferencia significativa en la vida de los costarricenses o simplemente será otro papel mojado?
Este presupuestito será el último regalo de despedida de la administración Chaves Robles, justo antes de que llegue el nuevo gobierno en mayo del 2026. Digamos que le dejan el brete caliente a quien gane las próximas elecciones, porque manejar semejante lana no es tarea fácil. Lo curioso es que este presupuesto es ¢400.000 millones más grande que el del año pasado – ¡eso sí es un cambio considerable! – aunque algunos ya murmuran que podría ser una carga más que una bendición.
Lo que empezó siendo el proyecto que envió el Ministerio de Hacienda el 1 de septiembre tuvo sus cosquillas. La Comisión de Hacendarios le metió mano, cambiando algunas cosas. Por ejemplo, decidieron mover casi ¢51.000 millones que estaban destinados a pagar los intereses de la deuda y los enviaron a otras áreas. ¿A dónde fueron esos billetes? Pues a reforzar la seguridad, la educación y temas sociales. Dejémonos de rodeos, ahí hay movidas, y hay que estar ojo avizor.
Hablemos de seguridad, que es lo que más billete se llevó. Se destinarán ¢2.633 millones para crear 53 plazas en la Fiscalía de Género – una excelente iniciativa, sin duda – y otros ¢1.816 millones para 46 nuevos puestos en la Fiscalía General. Al OIJ le tocaron ¢3.538 millones para 178 plazas más. ¡Imagínate el movimiento! Y la Policía Judicial también se lleva su parte: ¢700 millones, divididos entre equipos de transporte y mejoras en los edificios. Esperemos que estos recursos lleguen a tiempo y se utilicen bien, porque la seguridad sigue siendo nuestro talón de Aquiles.
Pero no todo es seguridad, claro. En el ámbito educativo, se invirtirán ¢2.962 millones para mejorar los comedores escolares y otro tanto para garantizar el transporte estudiantil. También se destinaron ¢4.900 millones al TEC para hacerle unas renovaciones urgentes, porque ya estaba quedando un poquito atrás. Y para aquellos estudiantes que quieren seguir estudiando, se asignarán ¢6.600 millones a través del programa Avancemos, ¡eso sí es darle oportunidad a la juventud!
Además de todo esto, hubo otras asignaciones interesantes. Se le dieron ¢7.860 millones a la Red de Cuido, un programa importante para apoyar a las familias más vulnerables. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) recibirá ¢10.000 millones adicionales para el Régimen no Contributivo, lo cual es crucial para garantizar el acceso a la salud a quienes más lo necesitan. Y ni olvidemos a la Cruz Roja, que recibirá ¢1.500 millones, y a las asociaciones de desarrollo, que contarán con ¢2.000 millones para impulsar proyectos comunitarios. Este presupuesto tiene de todo, vamos.
Por supuesto, no todo ha sido color de rosa. Durante las discusiones en el Plenario, los diputados han levantado muchas preguntas sobre cómo ha manejado el Gobierno los recursos, especialmente en áreas clave como la seguridad, la educación y el bienestar social. Algunos legisladores acusan al Ejecutivo de querer recortar fondos a estas áreas esenciales, particularmente al Ministerio Público y al OIJ. Parece que la picardía política siempre encuentra la forma de meterse en cualquier vara. La discusión continuará este jueves, cuando se vote en segundo debate, y el plazo límite es el sábado, en caso de no lograr quórum reglamentario. Pero a pura apuesta, parece que lo aprueban el mismo jueves.
Con este presupuesto ya en camino, queda la gran pregunta: ¿serán suficientes los recursos asignados para cubrir las necesidades reales del país? ¿Lograrán realmente mejorar la seguridad ciudadana, fortalecer la educación pública y aliviar la pobreza? Con tantas promesas y tantos desafíos, ¿cree usted que este presupuesto marcará una diferencia significativa en la vida de los costarricenses o simplemente será otro papel mojado?