¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez, analizando el nuevo presupuesto nacional. Doce billones ochocientos millones de colones, pa' gastar como agua. Un buen aumento, sí señor, pero siempre surge la pregunta: ¿dónde va a parar todo ese bacayuno?
Según los cálculos de la Asamblea Legislativa, hay algunos ministerios que van a estar festejando este año, mientras que otros tendrán que apretarse el cinturón. Parece que el MIVAH es el rey del momento, llevándose un buen empujón de casi dos mil seiscientas millones de colones gracias a que le pasaron los dineros del Banco Hipotecario. ¡Un changüí así no se veía hace tiempo!
Y hablando de aumentos, el MEP también recibe un refuerzo considerable, más de ciento treinta y ocho millones de colones destinados a la educación preescolar y al pago de esas deudas viejas que ya estaban haciendo sufrir a los maestros. Jupema y FEES respirarán tranquilos por unos días, vamos.
Pero ojo, porque no todo es risas y carnaval. El MTSS está recibiendo un golpe duro, perdiendo más de doscientos doce millones de colones. Parece que esos dineros se fueron al MIVAH, aunque hubo un pequeño drama en el Congreso el año pasado con el tema de la devolución... ¡qué brete!
Si revisamos los porcentajes, el TSE y el MIVAH son los que más crecieron, ambos superando el veintiocho por ciento. Eso demuestra que el gobierno quiere darle importancia a la democracia y a la vivienda, o eso dicen, claro. Mientras tanto, el MTSS sufre una caída brutal de más del treinta por ciento. ¡Parece que ahí tocará comer picadillo!
En cuanto al Servicio de la Deuda Pública, tuvo una ligera bajada, apenas un cero coma veintitrés por ciento. No es mucho, pero bueno, cualquier ahorro cuenta, ¿verdad? Otros ministerios como el de Comercio Exterior y Gobernación también tuvieron que recortar gastos, lo cual no es precisamente una novedad por estos lados.
Ahora bien, el financiamiento del presupuesto depende, como siempre, de los ingresos corrientes, es decir, los impuestos que nos sacan a punta de palo. Alrededor del sesenta y un punto nueve por ciento vendrá de ahí, y el resto, casi cuarenta por ciento, se cubre con deuda. Más deuda… qué sal... parece que nunca aprendemos, ¿verdad?
En fin, este es el panorama general. Un presupuesto con luces y sombras, con ganadores y perdedores. Pero al final del día, la pregunta que queda en el aire es: ¿este dinero realmente llegará a la gente que más lo necesita, o se perderá en trámites burocráticos y corruptelas? ¿Ustedes creen que este presupuesto beneficiará realmente a Costa Rica, o es solo humo para pasar la tostada?
Según los cálculos de la Asamblea Legislativa, hay algunos ministerios que van a estar festejando este año, mientras que otros tendrán que apretarse el cinturón. Parece que el MIVAH es el rey del momento, llevándose un buen empujón de casi dos mil seiscientas millones de colones gracias a que le pasaron los dineros del Banco Hipotecario. ¡Un changüí así no se veía hace tiempo!
Y hablando de aumentos, el MEP también recibe un refuerzo considerable, más de ciento treinta y ocho millones de colones destinados a la educación preescolar y al pago de esas deudas viejas que ya estaban haciendo sufrir a los maestros. Jupema y FEES respirarán tranquilos por unos días, vamos.
Pero ojo, porque no todo es risas y carnaval. El MTSS está recibiendo un golpe duro, perdiendo más de doscientos doce millones de colones. Parece que esos dineros se fueron al MIVAH, aunque hubo un pequeño drama en el Congreso el año pasado con el tema de la devolución... ¡qué brete!
Si revisamos los porcentajes, el TSE y el MIVAH son los que más crecieron, ambos superando el veintiocho por ciento. Eso demuestra que el gobierno quiere darle importancia a la democracia y a la vivienda, o eso dicen, claro. Mientras tanto, el MTSS sufre una caída brutal de más del treinta por ciento. ¡Parece que ahí tocará comer picadillo!
En cuanto al Servicio de la Deuda Pública, tuvo una ligera bajada, apenas un cero coma veintitrés por ciento. No es mucho, pero bueno, cualquier ahorro cuenta, ¿verdad? Otros ministerios como el de Comercio Exterior y Gobernación también tuvieron que recortar gastos, lo cual no es precisamente una novedad por estos lados.
Ahora bien, el financiamiento del presupuesto depende, como siempre, de los ingresos corrientes, es decir, los impuestos que nos sacan a punta de palo. Alrededor del sesenta y un punto nueve por ciento vendrá de ahí, y el resto, casi cuarenta por ciento, se cubre con deuda. Más deuda… qué sal... parece que nunca aprendemos, ¿verdad?
En fin, este es el panorama general. Un presupuesto con luces y sombras, con ganadores y perdedores. Pero al final del día, la pregunta que queda en el aire es: ¿este dinero realmente llegará a la gente que más lo necesita, o se perderá en trámites burocráticos y corruptelas? ¿Ustedes creen que este presupuesto beneficiará realmente a Costa Rica, o es solo humo para pasar la tostada?
