¡Aguafiestas! Resulta que el programa que busca darle una mano a nuestros jóvenes con discapacidad, entre los 12 y los 35 años, recibió una nota de 60.7%. No es que esté feo, ¿eh?, pero sí le falta pulir algunas cositas para estar realmente a todo dar. El Mideplan hizo una revisión exhaustiva y ahí salió la jugada.
Para ponerlos en onda, este programa tiene como objetivo principal ayudar a estos jóvenes a desarrollarse, incluirlos en la sociedad y asegurar que puedan ejercer todos sus derechos. Es decir, darle la oportunidad de tener una vida plena y digna, como cualquier otro tico. Imagínense, muchos de estos jóvenes tienen que luchar contra barreras que nosotros ni siquiera nos imaginamos, y el programa pretende aliviar un poco esa carga.
La evaluación, que se realizó durante el primer semestre de este año, buscaba ver si el programa estaba bien diseñado y cómo se puede mejorar. Piensen que estamos hablando de plata pública, entonces hay que asegurarse de que se use bien y llegue donde tiene que llegar. Una evaluación como esta es como llevar el carro al taller para hacerle mantenimiento; te ayuda a prevenir problemas más graves a futuro.
Según los resultados, la planificación obtuvo un 49.2%, la información un 67.5%, la gobernanza un 65% y los recursos un 61.1%. Esto significa que hay puntos fuertes, sí, pero también áreas donde se necesita echarle ojo. En concreto, los expertos recomiendan cambiarle la forma de funcionar a todo el programa, enfocándose en cómo se maneja la información, quién toma las decisiones y cómo se asignan los recursos.
Ahora, hablemos claro: no es que el programa sea un fracaso total. Al final, la calificación general de 60.7% se considera ‘buena’ según la escala que usan. Lo importante es entender que siempre hay margen de mejora, y que podemos hacer las cosas aún mejor. El ministro Marlon Navarro Álvarez, quien obviamente anda contento con el esfuerzo, recalcó que el gobierno está comprometido con estas evaluaciones para que los programas públicos sean eficientes y transparentes. ¡Eso sí es bueno!
Y no solo eso, también involucraron a otros actores importantes, como el viceministro de Juventud, Miguel Berrocal, y gente del Consejo de la Persona Joven y del Ministerio de Cultura. Eso demuestra que entienden que esto no es cosa de un solo ministerio, sino que requiere un trabajo en equipo. El viceministro Berrocal resaltó que esta evaluación es una oportunidad para fortalecer el compromiso con los jóvenes con discapacidad y eliminar las barreras que les impiden desarrollar su potencial. ¡Qué chévere!
Se espera que todas estas recomendaciones se implementen pronto, especialmente en la próxima fase de planificación. El Consejo de la Persona Joven tendrá que tomar cartas en el asunto y reconfigurar los esfuerzos para atender a esta población vulnerable. Vamos a ver si realmente cumplen, porque ya hemos visto muchas promesas vacías en este país. ¡A darle pa’ atrás!
En fin, aunque el programa tiene margen de mejora, es positivo que se esté haciendo una evaluación honesta y transparente. Ahora, la verdadera prueba será ver si las autoridades toman en serio las recomendaciones y actúan en consecuencia. ¿Ustedes creen que el Consejo de la Persona Joven aprovechará esta oportunidad para impulsar cambios significativos en el programa, o simplemente seguirá siendo letra muerta?
Para ponerlos en onda, este programa tiene como objetivo principal ayudar a estos jóvenes a desarrollarse, incluirlos en la sociedad y asegurar que puedan ejercer todos sus derechos. Es decir, darle la oportunidad de tener una vida plena y digna, como cualquier otro tico. Imagínense, muchos de estos jóvenes tienen que luchar contra barreras que nosotros ni siquiera nos imaginamos, y el programa pretende aliviar un poco esa carga.
La evaluación, que se realizó durante el primer semestre de este año, buscaba ver si el programa estaba bien diseñado y cómo se puede mejorar. Piensen que estamos hablando de plata pública, entonces hay que asegurarse de que se use bien y llegue donde tiene que llegar. Una evaluación como esta es como llevar el carro al taller para hacerle mantenimiento; te ayuda a prevenir problemas más graves a futuro.
Según los resultados, la planificación obtuvo un 49.2%, la información un 67.5%, la gobernanza un 65% y los recursos un 61.1%. Esto significa que hay puntos fuertes, sí, pero también áreas donde se necesita echarle ojo. En concreto, los expertos recomiendan cambiarle la forma de funcionar a todo el programa, enfocándose en cómo se maneja la información, quién toma las decisiones y cómo se asignan los recursos.
Ahora, hablemos claro: no es que el programa sea un fracaso total. Al final, la calificación general de 60.7% se considera ‘buena’ según la escala que usan. Lo importante es entender que siempre hay margen de mejora, y que podemos hacer las cosas aún mejor. El ministro Marlon Navarro Álvarez, quien obviamente anda contento con el esfuerzo, recalcó que el gobierno está comprometido con estas evaluaciones para que los programas públicos sean eficientes y transparentes. ¡Eso sí es bueno!
Y no solo eso, también involucraron a otros actores importantes, como el viceministro de Juventud, Miguel Berrocal, y gente del Consejo de la Persona Joven y del Ministerio de Cultura. Eso demuestra que entienden que esto no es cosa de un solo ministerio, sino que requiere un trabajo en equipo. El viceministro Berrocal resaltó que esta evaluación es una oportunidad para fortalecer el compromiso con los jóvenes con discapacidad y eliminar las barreras que les impiden desarrollar su potencial. ¡Qué chévere!
Se espera que todas estas recomendaciones se implementen pronto, especialmente en la próxima fase de planificación. El Consejo de la Persona Joven tendrá que tomar cartas en el asunto y reconfigurar los esfuerzos para atender a esta población vulnerable. Vamos a ver si realmente cumplen, porque ya hemos visto muchas promesas vacías en este país. ¡A darle pa’ atrás!
En fin, aunque el programa tiene margen de mejora, es positivo que se esté haciendo una evaluación honesta y transparente. Ahora, la verdadera prueba será ver si las autoridades toman en serio las recomendaciones y actúan en consecuencia. ¿Ustedes creen que el Consejo de la Persona Joven aprovechará esta oportunidad para impulsar cambios significativos en el programa, o simplemente seguirá siendo letra muerta?
