¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela. El Gobierno de Rodrigo Chaves anda más perdido que chancho en tirolesa con este tema del aborto terapéutico. Uno dice pum, el otro cambia el disco y la bronca sigue ahí. Parece que no pueden poner pa’l mismo lao’, ¡qué torta!
La jugada comenzó con la Federación Alianza Evangélica Costarricense (FAEC), esos siempre al pie del cañón. Resulta que en una “jornada de oración” por el Presidente, coincidiendo justo con el arranque de la campaña electoral, Don Rodri prometió echarle mano a la norma técnica del aborto terapéutico. Según ellos, esta norma ha sido usada como arma política por otros partidos, y eso a nadie le gusta, máxime cuando hay votos de por medio.
Ronald Vargas, el jefe de la FAEC, salió a soltar que estaban “agradecidos” por el anuncio. Aseguró que era una “excelente noticia” y un “paso muy importante en la defensa de la vida”. ¡Un alivio para los conservadores, claro está! Pero luego vino la sorpresa, y vaya que llegó fuerte.
Porque resulta que, apenas unos días después, la Vicepresidenta Mary Munive, que también es Ministra de Salud, le echaba leña al fuego con un discurso totalmente diferente. Después de salir de una misa en la Basílica de los Ángeles, Munive declaró que el gobierno es “provida”, pero también “para la madre”. ¡De cajón!, piensa uno. ¿Pero cómo reconciliar esto con el mensaje de Chaves?
Y para colmo, hace poquito, la propia Munive le pidió a la Sala Constitucional que rechazara una demanda contra la norma. Ella argumenta que la norma es necesaria para proteger los derechos de las mujeres embarazadas en situaciones médicas graves. Dice que oficializa procedimientos que ya existían desde 1970, y que no crea causales nuevas para el aborto terapéutico. Qué brete el que se armó ahí.
En sus argumentos ante la Sala, el Ministerio de Salud explica que en emergencias obstétricas –esas situaciones medicas bien chungas que ponen en riesgo la vida de la madre o del bebé–, la atención médica pasa primero, incluso por encima de la objeción de conciencia de los profesionales de la salud. Si no hay alternativa, pues tienen que hacer lo que tengan que hacer, ¡diay!
Lo cierto es que esta situación deja varios interrogantes en el aire. ¿Quién está diciendo la verdad? ¿Cuál es la postura REAL del Gobierno sobre el aborto terapéutico? No es la primera vez que vemos estas contradicciones, y sinceramente, nos preocupa la incertidumbre que esto genera en la población, especialmente en las mujeres que necesitan acceso a servicios de salud esenciales. El tema es sensible, involucra creencias personales y valores morales, pero a fin de cuentas, se trata de garantizar el derecho a la salud y la vida de todas las personas.
Esta telenovela parece que va pa’ largo, y cada día sale un personaje nuevo con una opinión diferente. Entonces, ¿ustedes qué piensan? ¿Se puede confiar en las promesas políticas sobre temas tan delicados como este, o estamos condenados a vivir en un ciclo eterno de contradicciones y cambios de opinión? Dejen sus comentarios abajo, ¡queremos saber su punto de vista!
La jugada comenzó con la Federación Alianza Evangélica Costarricense (FAEC), esos siempre al pie del cañón. Resulta que en una “jornada de oración” por el Presidente, coincidiendo justo con el arranque de la campaña electoral, Don Rodri prometió echarle mano a la norma técnica del aborto terapéutico. Según ellos, esta norma ha sido usada como arma política por otros partidos, y eso a nadie le gusta, máxime cuando hay votos de por medio.
Ronald Vargas, el jefe de la FAEC, salió a soltar que estaban “agradecidos” por el anuncio. Aseguró que era una “excelente noticia” y un “paso muy importante en la defensa de la vida”. ¡Un alivio para los conservadores, claro está! Pero luego vino la sorpresa, y vaya que llegó fuerte.
Porque resulta que, apenas unos días después, la Vicepresidenta Mary Munive, que también es Ministra de Salud, le echaba leña al fuego con un discurso totalmente diferente. Después de salir de una misa en la Basílica de los Ángeles, Munive declaró que el gobierno es “provida”, pero también “para la madre”. ¡De cajón!, piensa uno. ¿Pero cómo reconciliar esto con el mensaje de Chaves?
Y para colmo, hace poquito, la propia Munive le pidió a la Sala Constitucional que rechazara una demanda contra la norma. Ella argumenta que la norma es necesaria para proteger los derechos de las mujeres embarazadas en situaciones médicas graves. Dice que oficializa procedimientos que ya existían desde 1970, y que no crea causales nuevas para el aborto terapéutico. Qué brete el que se armó ahí.
En sus argumentos ante la Sala, el Ministerio de Salud explica que en emergencias obstétricas –esas situaciones medicas bien chungas que ponen en riesgo la vida de la madre o del bebé–, la atención médica pasa primero, incluso por encima de la objeción de conciencia de los profesionales de la salud. Si no hay alternativa, pues tienen que hacer lo que tengan que hacer, ¡diay!
Lo cierto es que esta situación deja varios interrogantes en el aire. ¿Quién está diciendo la verdad? ¿Cuál es la postura REAL del Gobierno sobre el aborto terapéutico? No es la primera vez que vemos estas contradicciones, y sinceramente, nos preocupa la incertidumbre que esto genera en la población, especialmente en las mujeres que necesitan acceso a servicios de salud esenciales. El tema es sensible, involucra creencias personales y valores morales, pero a fin de cuentas, se trata de garantizar el derecho a la salud y la vida de todas las personas.
Esta telenovela parece que va pa’ largo, y cada día sale un personaje nuevo con una opinión diferente. Entonces, ¿ustedes qué piensan? ¿Se puede confiar en las promesas políticas sobre temas tan delicados como este, o estamos condenados a vivir en un ciclo eterno de contradicciones y cambios de opinión? Dejen sus comentarios abajo, ¡queremos saber su punto de vista!