¡Ay, Dios mío! El Congreso de la República le metió turbo al asunto de la transparencia fiscal y ahora van a poner la lupa encima de aquellos que dicen no ganar ni un chícharo. En medio de tanta bronca económica y gente apretándole el cinturón, resulta que algunos se la están librando como peces en el agua declarando cero ganancias. ¡Qué manera de darle al coco!
La ley, que ya lleva dando vueltas desde el 2018 –cuando José María Villalta todavía andaba por ahí–, básicamente obliga al Ministerio de Hacienda a sacar a relucir la lista de esos contribuyentes que, aparentemente, no tienen ni un colón. Se trata del expediente 24.013, un nombre largo para una medida que promete revolucionar la forma en que vemos el sistema tributario de nuestro país. Jonathan Acuña, del Frente Amplio, ha insistido mucho en esto, argumentando que es hora de dejar claro quiénes están haciendo trampa.
Lo que antes era una potestad discrecional del Ministerio de Hacienda, ahora se convierte en una obligación legal. Deberán publicar anualmente la nómina de aquellos contribuyentes –ya sean personas físicas o jurídicas– que reportaron pérdidas o utilidades iguales a cero durante el período fiscal anterior. Además, también tendrán que seguir publicando la lista de los morosos con Hacienda y de aquellos que simplemente no cumplen con declarar sus ingresos. ¡Una limpieza general, vamos!
Para entender bien la jugada, el proyecto modifica el artículo 115 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios. Antes, Hacienda podía decidir si hacía pública o no esta información; ahora, no hay pierde. Tendrán que hacerlo, punto final. Esto significa que nombres de empresas y particulares podrían salir a la luz, revelando quizás prácticas fiscales cuestionables. Algunos expertos aseguran que podría haber más de un sorpresa en esa lista, ¡y vaya si sería picante!
Claro, no todo el mundo está contento con la idea. Sectores empresariales han manifestado preocupación por la privacidad y el posible impacto negativo en la imagen de las empresas. Argumentan que algunas pérdidas son legítimas y forman parte del ciclo económico. Pero los defensores de la ley contraargumentan que la transparencia es fundamental para combatir la evasión y la corrupción, dos males que nos corroen como país. Y, sinceramente, ¿quién puede discutir eso?
Muchos se preguntan qué tan efectiva será esta ley realmente. ¿Logrará disuadir a quienes buscan evadir impuestos? ¿Servirá para generar una mayor conciencia sobre la importancia de cumplir con nuestras obligaciones fiscales? Es cierto que hay quienes dirán que es solo una gota en el océano, pero cualquier paso hacia la transparencia es bienvenido, especialmente en estos tiempos en que la confianza en las instituciones escasea.
Ahora, la pelota queda en la cancha del Poder Ejecutivo. El proyecto aprobado deberá pasar por manos del Presidente para su firma y posterior publicación como ley de la República. Esperemos que no se duerman en los laureles y agilicen el proceso, porque la sociedad necesita respuestas. Ya estamos hartos de tanto misterio y opacidad en asuntos de plata pública. ¡Es hora de que todos paguen la papa!
Y hablando de papeas, me pregunto… ¿Creen ustedes que esta ley realmente va a marcar la diferencia en la lucha contra la evasión fiscal, o es solo un parche temporal que no aborda las causas profundas del problema? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan mis panas del Foro!
La ley, que ya lleva dando vueltas desde el 2018 –cuando José María Villalta todavía andaba por ahí–, básicamente obliga al Ministerio de Hacienda a sacar a relucir la lista de esos contribuyentes que, aparentemente, no tienen ni un colón. Se trata del expediente 24.013, un nombre largo para una medida que promete revolucionar la forma en que vemos el sistema tributario de nuestro país. Jonathan Acuña, del Frente Amplio, ha insistido mucho en esto, argumentando que es hora de dejar claro quiénes están haciendo trampa.
Lo que antes era una potestad discrecional del Ministerio de Hacienda, ahora se convierte en una obligación legal. Deberán publicar anualmente la nómina de aquellos contribuyentes –ya sean personas físicas o jurídicas– que reportaron pérdidas o utilidades iguales a cero durante el período fiscal anterior. Además, también tendrán que seguir publicando la lista de los morosos con Hacienda y de aquellos que simplemente no cumplen con declarar sus ingresos. ¡Una limpieza general, vamos!
Para entender bien la jugada, el proyecto modifica el artículo 115 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios. Antes, Hacienda podía decidir si hacía pública o no esta información; ahora, no hay pierde. Tendrán que hacerlo, punto final. Esto significa que nombres de empresas y particulares podrían salir a la luz, revelando quizás prácticas fiscales cuestionables. Algunos expertos aseguran que podría haber más de un sorpresa en esa lista, ¡y vaya si sería picante!
Claro, no todo el mundo está contento con la idea. Sectores empresariales han manifestado preocupación por la privacidad y el posible impacto negativo en la imagen de las empresas. Argumentan que algunas pérdidas son legítimas y forman parte del ciclo económico. Pero los defensores de la ley contraargumentan que la transparencia es fundamental para combatir la evasión y la corrupción, dos males que nos corroen como país. Y, sinceramente, ¿quién puede discutir eso?
Muchos se preguntan qué tan efectiva será esta ley realmente. ¿Logrará disuadir a quienes buscan evadir impuestos? ¿Servirá para generar una mayor conciencia sobre la importancia de cumplir con nuestras obligaciones fiscales? Es cierto que hay quienes dirán que es solo una gota en el océano, pero cualquier paso hacia la transparencia es bienvenido, especialmente en estos tiempos en que la confianza en las instituciones escasea.
Ahora, la pelota queda en la cancha del Poder Ejecutivo. El proyecto aprobado deberá pasar por manos del Presidente para su firma y posterior publicación como ley de la República. Esperemos que no se duerman en los laureles y agilicen el proceso, porque la sociedad necesita respuestas. Ya estamos hartos de tanto misterio y opacidad en asuntos de plata pública. ¡Es hora de que todos paguen la papa!
Y hablando de papeas, me pregunto… ¿Creen ustedes que esta ley realmente va a marcar la diferencia en la lucha contra la evasión fiscal, o es solo un parche temporal que no aborda las causas profundas del problema? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan mis panas del Foro!