¡Ay, Dios mío! Se armó un buen bronca en el control político de ayer. El diputado Gilberto Campos, del PLP, encendió las alarmas acusando a Laura Fernández de pegarle duro a la agenda del gobierno. Ya saben, la ex Primera Dama siempre dando vueltas por donde no debe, pa’lante y pa’ atrás, como chancho buscando comida.
La vaina empezó cuando Campos sacó a relucir un video circulando en redes donde Fernández, aparentemente, se quejaba de que le iban a poner una mordaza. ¡Imagínate la cara del mae! Esto se convirtió en un pretexto para soltarle flores al Presidente y a todo el gabinete. Según Campos, la señora está presente en absolutamente todos los eventos oficiales; desde los shows de los miércoles hasta inauguraciones en Puntarenas, Limón, Heredia... ¡en to' lao!
“Le pregunta a una señora que le hace la consulta por qué doña Laura Fernández anda pegada ahí a la agenda de gobierno en todas las actividades públicas donde anda prácticamente puño a puño, mano a mano”, sentenció Campos con un tono bastante picadito. Pura verdad, porque ya estamos acostumbrados a verla posando junto al Presidente, como si fuera parte del equipo o algo así. Uno se pregunta, ¿qué brete tiene con estar siempre ahí?
El legislador insistió en que, si se va a permitir que los candidatos presidenciales aprovechen la agenda oficial, entonces todos deberían tener acceso, sin excepciones. “No hay mordaza, no hay prohibiciones,” recalcó. Y sí, tiene razón. ¡Que juegue limpio la raza! Que no estén favoreciendo a nadie con estos tramposos movimientos.
Campos hizo referencia a la resolución 6978-2025 del Tribunal Supremo de Elecciones, que permite al gobierno realizar conferencias de prensa e inauguraciones, pero prohíbe la publicidad directa, especialmente por medios digitales. Esto, según él, parece pasarse por alto cuando vemos cómo el SINART retransmite alegremente los discursos de Fernández, como si fuera un canal privado. ¡Qué sal! Ahí hay algo turbio, diay.
Muchos recuerdan que este mismo SINART ha sido señalado anteriormente por darle demasiada visibilidad a figuras políticas, generando críticas sobre su imparcialidad. Y la gente se pregunta, ¿por qué tanta cobertura mediática a una figura que ya no ocupa ningún cargo público? Parece que algunos todavía tienen la lengua larga y no quieren dejar ir el poder, o al menos la apariencia de él.
Esta polémica viene a sumarse a otras controversias recientes relacionadas con la gestión del actual gobierno. Recientemente, han salido a la luz denuncias sobre posibles conflictos de interés y manejo irregular de fondos públicos. ¿Será que esto es simplemente otra distracción para evitar hablar de temas más importantes?, se preguntan algunos analistas políticos. O tal vez, simplemente, seguimos viendo los mismos patrones de siempre: una lucha por el poder y el protagonismo sin importar las consecuencias para el país.
Con todo este rollo, no puedo evitar preguntarme: ¿Hasta dónde llegará el gobierno a utilizar los recursos estatales para promocionar a sus allegados, y cuándo vamos a ver un poco más de transparencia y rendición de cuentas por parte de nuestros representantes? ¡Dime tú, compañero! ¿Crees que la señora Fernández debería mantener tanta presencia en eventos gubernamentales, o eso es parte de su derecho a participar en la vida pública?
La vaina empezó cuando Campos sacó a relucir un video circulando en redes donde Fernández, aparentemente, se quejaba de que le iban a poner una mordaza. ¡Imagínate la cara del mae! Esto se convirtió en un pretexto para soltarle flores al Presidente y a todo el gabinete. Según Campos, la señora está presente en absolutamente todos los eventos oficiales; desde los shows de los miércoles hasta inauguraciones en Puntarenas, Limón, Heredia... ¡en to' lao!
“Le pregunta a una señora que le hace la consulta por qué doña Laura Fernández anda pegada ahí a la agenda de gobierno en todas las actividades públicas donde anda prácticamente puño a puño, mano a mano”, sentenció Campos con un tono bastante picadito. Pura verdad, porque ya estamos acostumbrados a verla posando junto al Presidente, como si fuera parte del equipo o algo así. Uno se pregunta, ¿qué brete tiene con estar siempre ahí?
El legislador insistió en que, si se va a permitir que los candidatos presidenciales aprovechen la agenda oficial, entonces todos deberían tener acceso, sin excepciones. “No hay mordaza, no hay prohibiciones,” recalcó. Y sí, tiene razón. ¡Que juegue limpio la raza! Que no estén favoreciendo a nadie con estos tramposos movimientos.
Campos hizo referencia a la resolución 6978-2025 del Tribunal Supremo de Elecciones, que permite al gobierno realizar conferencias de prensa e inauguraciones, pero prohíbe la publicidad directa, especialmente por medios digitales. Esto, según él, parece pasarse por alto cuando vemos cómo el SINART retransmite alegremente los discursos de Fernández, como si fuera un canal privado. ¡Qué sal! Ahí hay algo turbio, diay.
Muchos recuerdan que este mismo SINART ha sido señalado anteriormente por darle demasiada visibilidad a figuras políticas, generando críticas sobre su imparcialidad. Y la gente se pregunta, ¿por qué tanta cobertura mediática a una figura que ya no ocupa ningún cargo público? Parece que algunos todavía tienen la lengua larga y no quieren dejar ir el poder, o al menos la apariencia de él.
Esta polémica viene a sumarse a otras controversias recientes relacionadas con la gestión del actual gobierno. Recientemente, han salido a la luz denuncias sobre posibles conflictos de interés y manejo irregular de fondos públicos. ¿Será que esto es simplemente otra distracción para evitar hablar de temas más importantes?, se preguntan algunos analistas políticos. O tal vez, simplemente, seguimos viendo los mismos patrones de siempre: una lucha por el poder y el protagonismo sin importar las consecuencias para el país.
Con todo este rollo, no puedo evitar preguntarme: ¿Hasta dónde llegará el gobierno a utilizar los recursos estatales para promocionar a sus allegados, y cuándo vamos a ver un poco más de transparencia y rendición de cuentas por parte de nuestros representantes? ¡Dime tú, compañero! ¿Crees que la señora Fernández debería mantener tanta presencia en eventos gubernamentales, o eso es parte de su derecho a participar en la vida pública?