Ay, Dios mío, ¡qué bronca! Aquí en Costa Rica nos encanta celebrar, pero parece que algunos olvidan que no somos los únicos que festejamos. La regidora Milena Elizondo Segura está que arde porque un pobre perrito pastor alemán, llamado Berlín, terminó atropellado en Palmares de Pérez Zeledón, todo por culpa de unas bombetas reventadas por unos irresponsables. ¡Un caso que te pone la piel de gallina!
La cosa es que resulta que el Concejo Municipal de Pérez Zeledón aprobó UNÁNIMEMENTE, hace poquito, un acuerdo para declarar la zona libre de pirotecnia. Sí, así mismo la escuchaste. Libre de esas cosas que hacen volar pedazos de plástico y asustan a todos los animalitos. Pero, claro, algunos piensan que las leyes son para mirarlas, ¿verdad?
Según contó la regidora en la última sesión municipal, Berlín, que era un perrito súper querido por toda la vecindad, se espantó con el ruido de las bombetas, saltó la cerca de su casa y terminó siendo atropellado por un carro. “Este fue Berlín,” exclamó la regidora, visiblemente afectada. “Berlín fue un perrito... todos lo querían. ¡Resulta que unos vecinos decidieron reventar bombetas y Berlín se fue al otro mundo!” Qué tristeza, mándale un abrazo a sus dueños.
La regidora no se quedó callada. Remarcó que este tipo de situaciones no solo afectan a los animales, sino también a personas vulnerables. Piensa nomás: personas con autismo, adultos mayores con problemas cardíacos, gente con sordera o sensibilidad en los oídos... ¡Todos sufren con ese ruido ensordecedor! No es solo cuestión de animalitos, es una cuestión de salud pública, mae.
Y ni hablar de los nenes, esos que salen a jugar despreocupadamente con bombas que pueden explotarles en la cara. La regidora Elizondo contó que vio a unos chamacos, todos menores de edad, reventando bombetas solos en la plaza. “Yo solo decía, señor, dios mío, en qué momento le explota esa bombeta en las manitas o en la cara de esos chiquitos.” ¡Menos mal que no pasó nada peor, pana!
Lo que más indigna es que esto pasa a pesar de todas las campañas de concientización y los acuerdos municipales. Parece que algunos prefieren hacerle bolas al reglamento. La regidora Barrantes, del PLN, comentó que mucha gente se ve obligada a sedar a sus mascotas para que no sufran con el ruido. ¡Qué injusticia, tener que drogar a tu perrito para que pueda descansar en paz!
Además, la regidora Barrantes advierte que gran parte de la pólvora que llega a nuestras zonas viene desde Panamá. Hay que reforzar los controles fronterizos y aumentar las campañas de prevención. Lo bueno es que la municipalidad ya ha tomado medidas como eliminar fuegos artificiales en eventos oficiales como el Festival Luces del Valle, demostrando que sí se puede festejar sin poner en riesgo a nadie, ni a nuestros peludos amigos.
En fin, este caso de Berlín es un duro recordatorio de que debemos ser más responsables y considerar a los demás antes de encender cualquier bomba. Un simple petardo puede significar una tragedia irreparable. Entonces, dime tú, ¿crees que las multas deberían ser más altas para quienes reventen pirotecnia ilegalmente, o deberíamos enfocarnos más en la educación y la concientización para evitar estas situaciones tan lamentables?
La cosa es que resulta que el Concejo Municipal de Pérez Zeledón aprobó UNÁNIMEMENTE, hace poquito, un acuerdo para declarar la zona libre de pirotecnia. Sí, así mismo la escuchaste. Libre de esas cosas que hacen volar pedazos de plástico y asustan a todos los animalitos. Pero, claro, algunos piensan que las leyes son para mirarlas, ¿verdad?
Según contó la regidora en la última sesión municipal, Berlín, que era un perrito súper querido por toda la vecindad, se espantó con el ruido de las bombetas, saltó la cerca de su casa y terminó siendo atropellado por un carro. “Este fue Berlín,” exclamó la regidora, visiblemente afectada. “Berlín fue un perrito... todos lo querían. ¡Resulta que unos vecinos decidieron reventar bombetas y Berlín se fue al otro mundo!” Qué tristeza, mándale un abrazo a sus dueños.
La regidora no se quedó callada. Remarcó que este tipo de situaciones no solo afectan a los animales, sino también a personas vulnerables. Piensa nomás: personas con autismo, adultos mayores con problemas cardíacos, gente con sordera o sensibilidad en los oídos... ¡Todos sufren con ese ruido ensordecedor! No es solo cuestión de animalitos, es una cuestión de salud pública, mae.
Y ni hablar de los nenes, esos que salen a jugar despreocupadamente con bombas que pueden explotarles en la cara. La regidora Elizondo contó que vio a unos chamacos, todos menores de edad, reventando bombetas solos en la plaza. “Yo solo decía, señor, dios mío, en qué momento le explota esa bombeta en las manitas o en la cara de esos chiquitos.” ¡Menos mal que no pasó nada peor, pana!
Lo que más indigna es que esto pasa a pesar de todas las campañas de concientización y los acuerdos municipales. Parece que algunos prefieren hacerle bolas al reglamento. La regidora Barrantes, del PLN, comentó que mucha gente se ve obligada a sedar a sus mascotas para que no sufran con el ruido. ¡Qué injusticia, tener que drogar a tu perrito para que pueda descansar en paz!
Además, la regidora Barrantes advierte que gran parte de la pólvora que llega a nuestras zonas viene desde Panamá. Hay que reforzar los controles fronterizos y aumentar las campañas de prevención. Lo bueno es que la municipalidad ya ha tomado medidas como eliminar fuegos artificiales en eventos oficiales como el Festival Luces del Valle, demostrando que sí se puede festejar sin poner en riesgo a nadie, ni a nuestros peludos amigos.
En fin, este caso de Berlín es un duro recordatorio de que debemos ser más responsables y considerar a los demás antes de encender cualquier bomba. Un simple petardo puede significar una tragedia irreparable. Entonces, dime tú, ¿crees que las multas deberían ser más altas para quienes reventen pirotecnia ilegalmente, o deberíamos enfocarnos más en la educación y la concientización para evitar estas situaciones tan lamentables?
