¡Ay, Dios mío, qué cosa! La Inspección Judicial anda meneándose con unos cuantos pelones del OIJ y un fiscal, todo porque anduvieron tirándole los palazos con Anita McDonald, la abogada que defendía al cabecilla del Cártel del Caribe Sur. Parece que la party se armó en Limón, y ahora todos tienen cara larga, diay.
Para los que no estén al tanto, Anita McDonald es una figura clave en el llamado Caso Traición, donde investigaron a este cartel que agarró a todos con la boca abierta hace unos años. Ella era la que le hacía la cama legal a José Manuel Picado Grijalba, alias ‘Shock’, el jefe de toda esa banda de maleantes. Lo que da más qué pena es que este caso se empezó a investigar por legitimación de capitales allá por el 2019, pero entre fugas de información y otras travesuras, se fue perdiendo de vista, ¿quién lo iba a decir que terminaba así?
Según el expediente, que salió a la luz gracias a CR Hoy, nuestros agentes judiciales, el fiscal y hasta un tipo de seguridad de los tribunales anduvieron cantando y bebiendo junto a Anita en un bar de Limón. ¡Imagínense la escena! Fotos y hasta un video lo comprueban todo, lo que demuestra que ahí sí hubo una juntadota sospechosa. Esto es más serio de lo que parece, chunches.
La información llegó a la Sección Especializada Contra el Crimen Organizado (Seccro) del OIJ, cortesía de una fuente anónima que, con razón, prefiere mantener el perfil bajo. Según esta fuente, Anita McDonald le estaba pagando la cuenta a todos en el bar, incluyendo a los funcionarios judiciales. ¡Imagínense el favor! Y encima, dicen que hasta la gente que estaba cantando en la tarima era de los nuestros, lo que pinta peor la cosa.
Lo que más me preocupa es que estos agentes deberían estar persiguiendo a tipos como ‘Shock’ y sus secuaces, no echando les parties con sus abogados. El expediente revela que, precisamente, la investigación por lavado de dinero contra ‘Shock’ se fue al traste por una fuga de información. Al parecer, alguien dentro del sistema le avisó a los peces gordos que los estaban vigilando, y se escaparon de las garras de la justicia, qué sal!
Y no quedó ahí, porque resulta que, en esa misma época, Henry Ramírez, mano derecha de ‘Shock’, y Estefanía McDonald, su hija, también estaban bajo la lupa por legitimación de capitales. Pero otra vez, ¡qué torta!, la investigación se estancó por la misma razón: fuga de información. Es como si hubiera una red de protección para estos delincuentes, diay.
Los investigadores explican que, por el tiempo de los hechos, los agentes del OIJ estaban asignados en Limón, precisamente en la delegación regional. ¡Pero ojo! Uno de ellos estaba a cargo de investigar crímenes relacionados con el narcotráfico, y el otro trabajaba en homicidios. Compartir una mesa de tragos con una abogada ligada a un cártel de droga es, cuando menos, muy cuestionable, ¿verdad, mae?
Ahora, la pregunta que me quito del sombrero es: ¿Cómo podemos confiar en nuestro sistema de justicia si vemos casos como este? ¿Creen ustedes que esta investigación llegará a buen término, o simplemente será otra promesa incumplida? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan mis compas del foro sobre este gran despache!
Para los que no estén al tanto, Anita McDonald es una figura clave en el llamado Caso Traición, donde investigaron a este cartel que agarró a todos con la boca abierta hace unos años. Ella era la que le hacía la cama legal a José Manuel Picado Grijalba, alias ‘Shock’, el jefe de toda esa banda de maleantes. Lo que da más qué pena es que este caso se empezó a investigar por legitimación de capitales allá por el 2019, pero entre fugas de información y otras travesuras, se fue perdiendo de vista, ¿quién lo iba a decir que terminaba así?
Según el expediente, que salió a la luz gracias a CR Hoy, nuestros agentes judiciales, el fiscal y hasta un tipo de seguridad de los tribunales anduvieron cantando y bebiendo junto a Anita en un bar de Limón. ¡Imagínense la escena! Fotos y hasta un video lo comprueban todo, lo que demuestra que ahí sí hubo una juntadota sospechosa. Esto es más serio de lo que parece, chunches.
La información llegó a la Sección Especializada Contra el Crimen Organizado (Seccro) del OIJ, cortesía de una fuente anónima que, con razón, prefiere mantener el perfil bajo. Según esta fuente, Anita McDonald le estaba pagando la cuenta a todos en el bar, incluyendo a los funcionarios judiciales. ¡Imagínense el favor! Y encima, dicen que hasta la gente que estaba cantando en la tarima era de los nuestros, lo que pinta peor la cosa.
Lo que más me preocupa es que estos agentes deberían estar persiguiendo a tipos como ‘Shock’ y sus secuaces, no echando les parties con sus abogados. El expediente revela que, precisamente, la investigación por lavado de dinero contra ‘Shock’ se fue al traste por una fuga de información. Al parecer, alguien dentro del sistema le avisó a los peces gordos que los estaban vigilando, y se escaparon de las garras de la justicia, qué sal!
Y no quedó ahí, porque resulta que, en esa misma época, Henry Ramírez, mano derecha de ‘Shock’, y Estefanía McDonald, su hija, también estaban bajo la lupa por legitimación de capitales. Pero otra vez, ¡qué torta!, la investigación se estancó por la misma razón: fuga de información. Es como si hubiera una red de protección para estos delincuentes, diay.
Los investigadores explican que, por el tiempo de los hechos, los agentes del OIJ estaban asignados en Limón, precisamente en la delegación regional. ¡Pero ojo! Uno de ellos estaba a cargo de investigar crímenes relacionados con el narcotráfico, y el otro trabajaba en homicidios. Compartir una mesa de tragos con una abogada ligada a un cártel de droga es, cuando menos, muy cuestionable, ¿verdad, mae?
Ahora, la pregunta que me quito del sombrero es: ¿Cómo podemos confiar en nuestro sistema de justicia si vemos casos como este? ¿Creen ustedes que esta investigación llegará a buen término, o simplemente será otra promesa incumplida? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan mis compas del foro sobre este gran despache!
