¡Ay, Dios mío, qué torta! Aquí en Costa Rica nunca nos dejan dormir tranquilos, ¿verdad, maes? Resulta que unos vándalos, unos pillines, estaban haciendo de las suyas en Limón, metiéndose directamente al poliducto para robar combustible. Imagínate el bronca que eso da, no solo por el daño económico, sino por el peligro que le ponían a toda la gente de la zona.
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), estos sujetos habían ideado un plan bastante rebuscado: conectaron una manguera de un metro entero –¡un kilómetro, diay!– al poliducto y la fueron llevando a través de varias propiedades. Un brete, te digo yo, porque eso requiere planificación y unas cuantas varas prestadas, ni hablar del riesgo que asumieron los vecinos.
Lo peor de todo es que la manguera atravesaba el río y también pasaba por patios de casas particulares. ¡Imagínate el susto que debió darles a los vecinos! Además de lo del robo, hay preocupación por la posible contaminación del agua, una vara muy seria que pone en evidencia la falta de cuidado de estas personas. Por suerte, las autoridades llegaron a tiempo antes de que ocurriera alguna tragedia mayor.
Las autoridades, gracias al cielo, reaccionaron rápido y montaron un operativo este martes en conjunto con Recope. Michael Soto, el director interino del OIJ, fue quien dio los detalles de este caso que ha conmocionado a la provincia. Dijo que la banda estaba bien organizada y tenía claro lo que hacían, aunque eso no les salvó de meterse con la ley.
Al final, seis jóvenes terminaron detenidos y a disposición del Ministerio de Seguridad Pública. Les toca ahora enfrentar la justicia por sus actos, y espero que les caiga con ganas. La Fiscalía no va a andar con rodeos, y merecidamente así, porque estamos hablando de un delito grave que afecta a toda la comunidad. No es jala, es echarle ganas a la verdad.
Además de los detenidos, se incautaron tanquetas, un vehículo y alrededor de tres mil litros de combustible. Ese es el botín que pretendían llevarse, una suma considerable que seguramente iba a parar a manos de alguien que se beneficia de este tipo de actividades ilícitas. Ahora tendrán que explicar por qué tenían tanto chunche en su poder, porque eso no huele a pan casero, ¿eh?
Este caso nos hace reflexionar sobre la importancia de la seguridad y la vigilancia en nuestras comunidades. No podemos permitir que unos pocos irresponsables pongan en riesgo la vida e integridad de los demás. Hay que denunciar cualquier actividad sospechosa y trabajar juntos para construir un país más seguro y justo para todos. Claro que la responsabilidad también recae en las autoridades, que deben fortalecer los controles y combatir frontalmente este tipo de delitos.
Definitivamente, una situación preocupante que pone de manifiesto la necesidad de reforzar la seguridad y proteger nuestros recursos naturales. Pero dime, ¿crees que las penas actuales son suficientes para disuadir a estas personas de volver a cometer este tipo de delitos o deberíamos considerar sanciones más severas para proteger nuestro patrimonio nacional?
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), estos sujetos habían ideado un plan bastante rebuscado: conectaron una manguera de un metro entero –¡un kilómetro, diay!– al poliducto y la fueron llevando a través de varias propiedades. Un brete, te digo yo, porque eso requiere planificación y unas cuantas varas prestadas, ni hablar del riesgo que asumieron los vecinos.
Lo peor de todo es que la manguera atravesaba el río y también pasaba por patios de casas particulares. ¡Imagínate el susto que debió darles a los vecinos! Además de lo del robo, hay preocupación por la posible contaminación del agua, una vara muy seria que pone en evidencia la falta de cuidado de estas personas. Por suerte, las autoridades llegaron a tiempo antes de que ocurriera alguna tragedia mayor.
Las autoridades, gracias al cielo, reaccionaron rápido y montaron un operativo este martes en conjunto con Recope. Michael Soto, el director interino del OIJ, fue quien dio los detalles de este caso que ha conmocionado a la provincia. Dijo que la banda estaba bien organizada y tenía claro lo que hacían, aunque eso no les salvó de meterse con la ley.
Al final, seis jóvenes terminaron detenidos y a disposición del Ministerio de Seguridad Pública. Les toca ahora enfrentar la justicia por sus actos, y espero que les caiga con ganas. La Fiscalía no va a andar con rodeos, y merecidamente así, porque estamos hablando de un delito grave que afecta a toda la comunidad. No es jala, es echarle ganas a la verdad.
Además de los detenidos, se incautaron tanquetas, un vehículo y alrededor de tres mil litros de combustible. Ese es el botín que pretendían llevarse, una suma considerable que seguramente iba a parar a manos de alguien que se beneficia de este tipo de actividades ilícitas. Ahora tendrán que explicar por qué tenían tanto chunche en su poder, porque eso no huele a pan casero, ¿eh?
Este caso nos hace reflexionar sobre la importancia de la seguridad y la vigilancia en nuestras comunidades. No podemos permitir que unos pocos irresponsables pongan en riesgo la vida e integridad de los demás. Hay que denunciar cualquier actividad sospechosa y trabajar juntos para construir un país más seguro y justo para todos. Claro que la responsabilidad también recae en las autoridades, que deben fortalecer los controles y combatir frontalmente este tipo de delitos.
Definitivamente, una situación preocupante que pone de manifiesto la necesidad de reforzar la seguridad y proteger nuestros recursos naturales. Pero dime, ¿crees que las penas actuales son suficientes para disuadir a estas personas de volver a cometer este tipo de delitos o deberíamos considerar sanciones más severas para proteger nuestro patrimonio nacional?
