¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con el circo del partido morado. Resulta que los delegados de San Ramón, esos mismos que llevan tiempo dando dolores de cabeza a la cúpula liberacionista, recibieron un nuevecito revés judicial. El Tribunal de Ética y Disciplina (TEI) les dio calabazas al rechazar los incidentes de nulidad que habían presentado, intentando frenar la expusión que tienen encima. ¡Una torta!
La movida empezó hace buen rato, con el proceso de expulsión que se abrió contra estos delegados ramonenses. Se los acusa de faltar a las sesiones de renovación de estructuras del partido, ¡nada menos que 17 veces! Imagínate, casi dos años faltando a las reuniones. Dicen que el PLN, ya cansado de tanto despiste, decidió tomar cartas en el asunto y ponerlos en la mira de Expulsión.
Pero los delegados no se quedaron quietos. Intentaron defenderse presentando un incidente de nulidad argumentando que las notificaciones que les llegaron eran una burla. Aseguran que la estaban dejando en los portones de sus casas, sin nadie que las reciba oficialmente. Un verdadero desastre administrativo, diay. Incluso mostraron un video donde un tipo (que dicen no es Alvis González, el notificador oficial) deja una notificación tirada en el portón. ¡Eso sí que es poco serio!
Según el TEI, los delegados se pasaron de la raya con el tiempo. Dijeron que agotaron todos sus recursos legales demasiado tarde, superando el plazo establecido. Además, señalaron que el recurso de nulidad que presentaron no era apto, pues la normativa interna del partido establece un proceso diferente para impugnar decisiones iniciales. Conclusión: el TEI cerró la puerta a sus argumentos, quedando prácticamente sin opciones.
Y para colmo, los delegados también recurrieron al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), buscando protección legal ante este lío. Argumentan que el proceso de expulsión viola sus derechos electorales. Ahora, el TSE tendrá que meterse en esta maraña legal y decidir quién tiene razón. Esto pinta para largo, ¡qué brete!
Lo que preocupa es la forma en que se están llevando a cabo las notificaciones. Parece sacado de una novela. Dejar documentos en los portones, sin garantía de que lleguen a manos de alguien que pueda firmar. ¿No deberían buscar una forma más formal y respetuosa de comunicar estas cosas? Parece que andan tratando de acelerar el proceso a toda costa, pero eso no justifica saltarse los procedimientos correctos. Este caso pone de relieve la necesidad de revisar los mecanismos de notificación interna del PLN, para evitar confusiones y posibles conflictos.
Ahora bien, esto no es lo único. El TSE, en una resolución previa, dejó claro que si el partido considera que los asambleístas están haciendo la vista gorda a las convocatorias, puede iniciar procedimientos disciplinarios. La resolución detalla cómo funciona este proceso: imputación de la falta, derecho de defensa (con posibilidad de exponerse por escrito), informe final y decisión. En resumen, un proceso que debería garantizar la transparencia y la justicia, aunque a juzgar por la polémica actual, parece que algo salió mal por algún lado.
Con todo este embrollo legal, ¿cree usted que el PLN logrará expulsar finalmente a los delegados de San Ramón o este caso seguirá arrastrándose por los tribunales durante meses? ¿Deberían revisar la forma en que se realizan las notificaciones y, en general, mejorar la comunicación interna del partido para evitar situaciones tan conflictivas?
La movida empezó hace buen rato, con el proceso de expulsión que se abrió contra estos delegados ramonenses. Se los acusa de faltar a las sesiones de renovación de estructuras del partido, ¡nada menos que 17 veces! Imagínate, casi dos años faltando a las reuniones. Dicen que el PLN, ya cansado de tanto despiste, decidió tomar cartas en el asunto y ponerlos en la mira de Expulsión.
Pero los delegados no se quedaron quietos. Intentaron defenderse presentando un incidente de nulidad argumentando que las notificaciones que les llegaron eran una burla. Aseguran que la estaban dejando en los portones de sus casas, sin nadie que las reciba oficialmente. Un verdadero desastre administrativo, diay. Incluso mostraron un video donde un tipo (que dicen no es Alvis González, el notificador oficial) deja una notificación tirada en el portón. ¡Eso sí que es poco serio!
Según el TEI, los delegados se pasaron de la raya con el tiempo. Dijeron que agotaron todos sus recursos legales demasiado tarde, superando el plazo establecido. Además, señalaron que el recurso de nulidad que presentaron no era apto, pues la normativa interna del partido establece un proceso diferente para impugnar decisiones iniciales. Conclusión: el TEI cerró la puerta a sus argumentos, quedando prácticamente sin opciones.
Y para colmo, los delegados también recurrieron al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), buscando protección legal ante este lío. Argumentan que el proceso de expulsión viola sus derechos electorales. Ahora, el TSE tendrá que meterse en esta maraña legal y decidir quién tiene razón. Esto pinta para largo, ¡qué brete!
Lo que preocupa es la forma en que se están llevando a cabo las notificaciones. Parece sacado de una novela. Dejar documentos en los portones, sin garantía de que lleguen a manos de alguien que pueda firmar. ¿No deberían buscar una forma más formal y respetuosa de comunicar estas cosas? Parece que andan tratando de acelerar el proceso a toda costa, pero eso no justifica saltarse los procedimientos correctos. Este caso pone de relieve la necesidad de revisar los mecanismos de notificación interna del PLN, para evitar confusiones y posibles conflictos.
Ahora bien, esto no es lo único. El TSE, en una resolución previa, dejó claro que si el partido considera que los asambleístas están haciendo la vista gorda a las convocatorias, puede iniciar procedimientos disciplinarios. La resolución detalla cómo funciona este proceso: imputación de la falta, derecho de defensa (con posibilidad de exponerse por escrito), informe final y decisión. En resumen, un proceso que debería garantizar la transparencia y la justicia, aunque a juzgar por la polémica actual, parece que algo salió mal por algún lado.
Con todo este embrollo legal, ¿cree usted que el PLN logrará expulsar finalmente a los delegados de San Ramón o este caso seguirá arrastrándose por los tribunales durante meses? ¿Deberían revisar la forma en que se realizan las notificaciones y, en general, mejorar la comunicación interna del partido para evitar situaciones tan conflictivas?