Ay, dios mío, qué vaina. Resulta que Mauricio Hoffmann, el mae de Teletica, quedó a pie el otro día frente a las cámaras del Trece Noticias. Estaban haciendo un operativo de tránsito en La Sabana, como siempre, tratando de poner orden y de repente… ¡bam! Su carro, decomisado. Imagínate la escena, ahí nomás, en vivo.
La jugada ocurrió durante la cobertura del operativo, cuando los oficiales se dieron cuenta de que el vehículo que manejaba Hoffmann tenía más problemas que un bizcocho quemado. Según nos cuentan, el carro iba sin placas vigentes, usando una placa provisional que ya estaba caducada desde hace dos años, además de carecer de marchamo y revisión técnica al día. Un completo lío, diay.
Martín Sánchez, el jefe de la Policía de Tránsito, muy serio ante las cámaras, dejó claro que la ley es para todos, sin excepciones. “No importa quién seas, si el carro no está en regla, se procede con las boletas y el decomiso”, sentenció. No hay pa’ bromear con esas cosas, parece. Esto demuestra que hasta los famosos tienen que cumplir las reglas, ¿eh?
Pero aquí viene la vuelta, porque Hoffmann, en medio de la humillación pública, salió a defenderse explicando que el carro no es suyo, sino que lo utiliza gracias a un acuerdo publicitario con una agencia automotriz. Dijo que fue un infortunio, un momentito incómodo, pero que él no es responsable del papeleo. “Este carro pertenece a la agencia, no está a mi nombre. Ellos son quienes tienen que resolverlo”, manifestó el presentador, visiblemente nervioso.
Mientras tanto, los oficiales hacían su trabajo: trasladaron el carro en una grúa, como parte del protocolo, esperando a que representantes de la agencia llegaran para solucionar el problema. Imagínate la cara del pobre Hoffman esperándolos, rodeado de cámaras y curiosos. ¡Qué caldo de cultivo!
Las redes sociales explotaron, obviamente. Algunos se burlaron de la situación, calificándola de ‘justicia poética’, mientras que otros criticaron a la agencia automotriz por mantener un vehículo en circulación con todos esos papeles vencidos. Se armó un batiburrillo interesante de opiniones, como suele pasar en estos casos. Se puso a volar la conversación en Twitter, con memes y todo el rollo.
El caso de Hoffmann sirve para recordarnos que, por mucho que seamos fanáticos de nuestros ídolos, las leyes se aplican a todos por igual. Ya sea un político, un artista o simplemente un ciudadano común, nadie puede andar saltándose las reglas de tránsito. Y esto también pone en evidencia la importancia de estar al día con los documentos del carro, porque te pueden llevar a quedar varado en cualquier esquina, especialmente si estás en una transmisión en vivo, chunche.
Ahora, cuéntenme, ¿qué les pareció la reacción de Hoffmann? ¿Creen que la ley debió haber sido más flexible considerando su posición pública y el acuerdo publicitario? ¿O piensan que la Policía de Tránsito hizo bien su trabajo, sin importar quién estuviera al volante?
La jugada ocurrió durante la cobertura del operativo, cuando los oficiales se dieron cuenta de que el vehículo que manejaba Hoffmann tenía más problemas que un bizcocho quemado. Según nos cuentan, el carro iba sin placas vigentes, usando una placa provisional que ya estaba caducada desde hace dos años, además de carecer de marchamo y revisión técnica al día. Un completo lío, diay.
Martín Sánchez, el jefe de la Policía de Tránsito, muy serio ante las cámaras, dejó claro que la ley es para todos, sin excepciones. “No importa quién seas, si el carro no está en regla, se procede con las boletas y el decomiso”, sentenció. No hay pa’ bromear con esas cosas, parece. Esto demuestra que hasta los famosos tienen que cumplir las reglas, ¿eh?
Pero aquí viene la vuelta, porque Hoffmann, en medio de la humillación pública, salió a defenderse explicando que el carro no es suyo, sino que lo utiliza gracias a un acuerdo publicitario con una agencia automotriz. Dijo que fue un infortunio, un momentito incómodo, pero que él no es responsable del papeleo. “Este carro pertenece a la agencia, no está a mi nombre. Ellos son quienes tienen que resolverlo”, manifestó el presentador, visiblemente nervioso.
Mientras tanto, los oficiales hacían su trabajo: trasladaron el carro en una grúa, como parte del protocolo, esperando a que representantes de la agencia llegaran para solucionar el problema. Imagínate la cara del pobre Hoffman esperándolos, rodeado de cámaras y curiosos. ¡Qué caldo de cultivo!
Las redes sociales explotaron, obviamente. Algunos se burlaron de la situación, calificándola de ‘justicia poética’, mientras que otros criticaron a la agencia automotriz por mantener un vehículo en circulación con todos esos papeles vencidos. Se armó un batiburrillo interesante de opiniones, como suele pasar en estos casos. Se puso a volar la conversación en Twitter, con memes y todo el rollo.
El caso de Hoffmann sirve para recordarnos que, por mucho que seamos fanáticos de nuestros ídolos, las leyes se aplican a todos por igual. Ya sea un político, un artista o simplemente un ciudadano común, nadie puede andar saltándose las reglas de tránsito. Y esto también pone en evidencia la importancia de estar al día con los documentos del carro, porque te pueden llevar a quedar varado en cualquier esquina, especialmente si estás en una transmisión en vivo, chunche.
Ahora, cuéntenme, ¿qué les pareció la reacción de Hoffmann? ¿Creen que la ley debió haber sido más flexible considerando su posición pública y el acuerdo publicitario? ¿O piensan que la Policía de Tránsito hizo bien su trabajo, sin importar quién estuviera al volante?