Maes, en serio que con Liberación Nacional uno nunca se aburre. Cuando uno cree que ya vio todo el drama posible, salen con una nueva novela. La vara es que, agárrense, porque el secretario general del partido, Miguel Guillén, al parecer se quedó sin silla en la lista de candidatos a diputados. Así como lo oyen. Fuentes a lo interno del partido, de esas que hablan por lo bajo para no quemarse, soltaron la bomba este viernes. Y diay, cuando el río suena, es porque piedras trae, y en el PLN ese río parece que trae hasta troncos y cocodrilos.
El chisme que empezó a correr era que esto era parte de una negociación con el exalcalde de San Ramón, Nixon Ureña. La típica jugada de ajedrez político: "yo te doy esto, vos me das aquello". Pero ¡qué va! Ureña salió casi que echando chispas a decir que ni maíz, que él no había hecho ningún pacto con Álvaro Ramos ni con el grupo que lo apoya. Textualmente dijo: "Eso no es cierto, no existe, ni existió ningún acuerdo". ¡Tome chichí! Esto pone la situación todavía más color de hormiga, porque si no fue un acuerdo, ¿entonces qué fue? ¿Una decisión unilateral del candidato? ¡Qué torta para la supuesta unidad que tanto pregonan!
Y aquí es donde la vara se pone más interesante, porque el silencio es el protagonista. Se intentó hablar con la gente de Ramos y su jefe de prensa, Carlos Roverssi, aplicó la de "este teléfono no existe". El mismo Guillén, el afectado directo, dijo que nanai, que no se iba a referir al tema. Y para ponerle la cereza al pastel, el presidente del partido, Ricardo Sancho, se hizo el que no sabía nada sobre la supuesta negociación. O sea, el secretario general queda fuera de la papeleta, una movida de ese calibre, y el presidente del partido "desconoce" el asunto. Mae, por favor, ¡un poquito más de creatividad! Es el clásico libreto tico donde nadie sabe nada hasta que todo está amarrado.
Seamos claros, esto huele a serruchada de piso a kilómetros de distancia. Sacar al secretario general, una figura de peso, no es cualquier cosa. Es un mensaje claro de quién manda en el partido de cara a las elecciones. Álvaro Ramos parece estar moviendo sus fichas para armar una fracción legislativa que le responda a él y solo a él. La pregunta es si esta jugada no le saldrá cara. El PLN tiene un historial de fracturas internas que terminan pasándole una factura carísima en las urnas. La idea de un partido unido y renovado parece que se fue al traste antes de que siquiera empiece la campaña en serio. Al pobre Guillén le tocó bailar con la más fea y quedó bien salado.
La confirmación o el desmentido final de todo este despiche será este sábado en la Asamblea Nacional. Ahí veremos si la decisión se mantiene y cómo reaccionan las diferentes tendencias del partido. Pero desde ya, la cosa no pinta bien. Esto no es solo sobre un nombre más o un nombre menos en una lista; es un síntoma de las batallas de poder que se están librando a puerta cerrada. Así que, compas del foro, la pregunta del millón es: ¿creen que esto es una jugada maestra de Ramos para consolidar su liderazgo o el primer clavo en el ataúd de las aspiraciones del PLN para el 2026? ¡Los leo!
El chisme que empezó a correr era que esto era parte de una negociación con el exalcalde de San Ramón, Nixon Ureña. La típica jugada de ajedrez político: "yo te doy esto, vos me das aquello". Pero ¡qué va! Ureña salió casi que echando chispas a decir que ni maíz, que él no había hecho ningún pacto con Álvaro Ramos ni con el grupo que lo apoya. Textualmente dijo: "Eso no es cierto, no existe, ni existió ningún acuerdo". ¡Tome chichí! Esto pone la situación todavía más color de hormiga, porque si no fue un acuerdo, ¿entonces qué fue? ¿Una decisión unilateral del candidato? ¡Qué torta para la supuesta unidad que tanto pregonan!
Y aquí es donde la vara se pone más interesante, porque el silencio es el protagonista. Se intentó hablar con la gente de Ramos y su jefe de prensa, Carlos Roverssi, aplicó la de "este teléfono no existe". El mismo Guillén, el afectado directo, dijo que nanai, que no se iba a referir al tema. Y para ponerle la cereza al pastel, el presidente del partido, Ricardo Sancho, se hizo el que no sabía nada sobre la supuesta negociación. O sea, el secretario general queda fuera de la papeleta, una movida de ese calibre, y el presidente del partido "desconoce" el asunto. Mae, por favor, ¡un poquito más de creatividad! Es el clásico libreto tico donde nadie sabe nada hasta que todo está amarrado.
Seamos claros, esto huele a serruchada de piso a kilómetros de distancia. Sacar al secretario general, una figura de peso, no es cualquier cosa. Es un mensaje claro de quién manda en el partido de cara a las elecciones. Álvaro Ramos parece estar moviendo sus fichas para armar una fracción legislativa que le responda a él y solo a él. La pregunta es si esta jugada no le saldrá cara. El PLN tiene un historial de fracturas internas que terminan pasándole una factura carísima en las urnas. La idea de un partido unido y renovado parece que se fue al traste antes de que siquiera empiece la campaña en serio. Al pobre Guillén le tocó bailar con la más fea y quedó bien salado.
La confirmación o el desmentido final de todo este despiche será este sábado en la Asamblea Nacional. Ahí veremos si la decisión se mantiene y cómo reaccionan las diferentes tendencias del partido. Pero desde ya, la cosa no pinta bien. Esto no es solo sobre un nombre más o un nombre menos en una lista; es un síntoma de las batallas de poder que se están librando a puerta cerrada. Así que, compas del foro, la pregunta del millón es: ¿creen que esto es una jugada maestra de Ramos para consolidar su liderazgo o el primer clavo en el ataúd de las aspiraciones del PLN para el 2026? ¡Los leo!