¡Ay, Dios mío! ¿Se imaginan esto? Resulta que la bronca del nuevo sistema ERP-SAP en la CCSS se ha complicado tanto que ahora estamos hablando de faltantes de medicamentos súper importantes, como fentanilo, ketamina y morfina. Esto no es jalarse una torta, ¡esto es echar todo al traste!
Según un acta de inspección ocular realizada en el Hospital México, el problema no es menor. Las fallas en el sistema informático están generando un caos en los inventarios, afectando directamente el control de esos fármacos sensibles. De hecho, ya tenemos denuncias y hasta una orden sanitaria pegándole al hospital.
Y ni hablar de las consecuencias... ¡tremendas! Al parecer, no se pueden cargar los medicamentos a los usuarios correctamente, la trazabilidad de los lotes es un rollo imposible, y si un lote causa efectos secundarios, no hay forma de sacarlo del mercado. ¿Se dan cuenta de la magnitud del brete en el que nos hemos metido?
Lo peor de todo es que esto no es solo un problemita del Hospital México. El acta señala que estas fallas son a nivel nacional, ¡imagínate la dimensión! Además, los inventarios se duplican, los tiempos de entrega se retrasan, y no se pueden agregar nuevos medicamentos al sistema. ¡Es un colapso total!
Pero espérense que hay más… los pagos a los proveedores también andan flojos, lo que lleva a desabastecimientos aún mayores. Como si fuera poco, el Dr. Douglas Montero, director del Hospital México, ya había puesto el dedo encima desde junio, cuando implementaron este sistema SAP. Él avisó que iba a haber broncas, y vaya que tenía razón, ¡el mae vio venir la tormenta!
La orden sanitaria no se anda con rodeos: advierte sobre una deficiencia grave en el control, manejo, almacenamiento y despacho de psicotrópicos y estupefacientes. Agrega que se está incumpliendo la ley y existe un riesgo real de desvío de estas sustancias hacia canales ilícitos. ¡Imagínense qué caraquísimo sería eso!
Para rematar, parece que nadie quiere asumir responsabilidad. Después de la inspección del 2 de septiembre, solicitaron un informe técnico al Ministerio de Salud, pero hasta hoy, ¡ni rastro de respuesta! Qué sal, realmente. Tenemos un sistema que falla, medicamente que escasean, y funcionarios que parecen estar viendo pasar la procesión.
Esta situación nos obliga a preguntarnos: ¿Hasta dónde vamos a permitir que la ineficiencia administrativa ponga en riesgo la salud de los ciudadanos? ¿Cree usted que es momento de exigirle la renuncia a los responsables de esta debacle o deberíamos enfocarnos en buscar soluciones inmediatas para garantizar el suministro de medicamentos esenciales?
Según un acta de inspección ocular realizada en el Hospital México, el problema no es menor. Las fallas en el sistema informático están generando un caos en los inventarios, afectando directamente el control de esos fármacos sensibles. De hecho, ya tenemos denuncias y hasta una orden sanitaria pegándole al hospital.
Y ni hablar de las consecuencias... ¡tremendas! Al parecer, no se pueden cargar los medicamentos a los usuarios correctamente, la trazabilidad de los lotes es un rollo imposible, y si un lote causa efectos secundarios, no hay forma de sacarlo del mercado. ¿Se dan cuenta de la magnitud del brete en el que nos hemos metido?
Lo peor de todo es que esto no es solo un problemita del Hospital México. El acta señala que estas fallas son a nivel nacional, ¡imagínate la dimensión! Además, los inventarios se duplican, los tiempos de entrega se retrasan, y no se pueden agregar nuevos medicamentos al sistema. ¡Es un colapso total!
Pero espérense que hay más… los pagos a los proveedores también andan flojos, lo que lleva a desabastecimientos aún mayores. Como si fuera poco, el Dr. Douglas Montero, director del Hospital México, ya había puesto el dedo encima desde junio, cuando implementaron este sistema SAP. Él avisó que iba a haber broncas, y vaya que tenía razón, ¡el mae vio venir la tormenta!
La orden sanitaria no se anda con rodeos: advierte sobre una deficiencia grave en el control, manejo, almacenamiento y despacho de psicotrópicos y estupefacientes. Agrega que se está incumpliendo la ley y existe un riesgo real de desvío de estas sustancias hacia canales ilícitos. ¡Imagínense qué caraquísimo sería eso!
Para rematar, parece que nadie quiere asumir responsabilidad. Después de la inspección del 2 de septiembre, solicitaron un informe técnico al Ministerio de Salud, pero hasta hoy, ¡ni rastro de respuesta! Qué sal, realmente. Tenemos un sistema que falla, medicamente que escasean, y funcionarios que parecen estar viendo pasar la procesión.
Esta situación nos obliga a preguntarnos: ¿Hasta dónde vamos a permitir que la ineficiencia administrativa ponga en riesgo la salud de los ciudadanos? ¿Cree usted que es momento de exigirle la renuncia a los responsables de esta debacle o deberíamos enfocarnos en buscar soluciones inmediatas para garantizar el suministro de medicamentos esenciales?