¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo con el MOPT metiendo pata. Resulta que el laboratorio universitario, el Lanamme, les avisó desde hace meses que un talud cerca de Cartago tenía problemas, y estos muchachos, ¡qué torta!, decidieron hacer caso omiso. Ahora tenemos un desprendimiento de tierra que ha dejado a varios conductores con el corazón en la boca y a nosotros preguntándonos qué estará pasando con la seguridad vial en este país.
Para ponerlos en clima, este talud está justo debajo de los carriles que van hacia Cartago, antes de llegar a la rotonda de Taras. Imagínense la escena: la gente va tranquilamente camino a sus cosas y de repente, ¡bam!, tierra cayendo encima. Según el Lanamme, mantenían una auditoría del proyecto Taras-La Lima, donde precisamente salió a relucir este problema. No es novedad que este proyecto ha tenido sus idas y venidas, pero esto ya es echarle gasolina al fuego, brete.
Wendy Sequeira, la coordinadora de la Unidad de Auditoría Técnica del Lanamme, nos explicó que desde julio estaban avisando que el talud estaba clasificado como de “riesgo medio”. Tenía erosión superficial, material desplazado y, lo peor de todo, ni rastro de sistemas para controlar el agua. Dijeron 'chúpala', señores del MOPT. 'Esto necesita atención, especialmente con la temporada lluviosa que siempre nos pone a prueba'. Pero la respuesta fue... bueno, digamos que no muy alentadora.
Al parecer, la excusa que dieron fue que el proyecto todavía estaba en marcha, así que pospusieron cualquier intervención. ¡Imagínense! ‘Déjenlo estar hasta que terminemos’, parece ser la filosofía. Prometieron atender el tema antes de que el proyecto quedara listo, que supuestamente será en diciembre o los primeros meses del 2026. Esperemos que para entonces el talud no haya decidido irse al traste por completo.
Cuando le preguntamos al MOPT sobre esta decisión de ignorar las recomendaciones, todavía estamos esperando una respuesta. ¡Qué sal! Lo único que queda es esperar y ver si finalmente se dignan a explicar por qué pusieron en riesgo la integridad de los conductores. Sequeira insistió en que no era válido justificar la falta de acción con el argumento de que el proyecto aún está en ejecución. Es que, a veces, uno se pregunta cómo toman decisiones estos señores.
Ahora bien, aunque hubo un desprendimiento, el laboratorio asegura que no hay riesgo estructural grave para los carriles superiores. Hay vigas y pilotes de concreto que están sosteniendo la carretera, así que, aparentemente, eso está seguro. El peligro real es que la tierra suelta termine arrastrando las barreras de New Jersey a los carriles que van hacia San José. ¡Eso sí sería un maje! Imaginen el caos que podría generarse.
Este caso nos recuerda que la prevención es clave, chavales. No podemos andar esperando a que ocurra una tragedia para empezar a tomar cartas en el asunto. Parece que el MOPT necesita urgentemente un recuadro sobre la importancia de escuchar a los expertos y de priorizar la seguridad ciudadana. Porque al final, lo que importa es que todos podamos movernos por nuestras carreteras sin tener que correr el riesgo de terminar aplastados por un montón de tierra.
Con todo esto, me pregunto: ¿Hasta cuándo tendremos que seguir viendo noticias como esta? ¿Será que nunca aprenderemos a darle prioridad a la seguridad vial antes que a cumplir plazos o ahorrar unos cuantos colones? Compartan sus opiniones, ¡quiero saber qué piensan ustedes!
Para ponerlos en clima, este talud está justo debajo de los carriles que van hacia Cartago, antes de llegar a la rotonda de Taras. Imagínense la escena: la gente va tranquilamente camino a sus cosas y de repente, ¡bam!, tierra cayendo encima. Según el Lanamme, mantenían una auditoría del proyecto Taras-La Lima, donde precisamente salió a relucir este problema. No es novedad que este proyecto ha tenido sus idas y venidas, pero esto ya es echarle gasolina al fuego, brete.
Wendy Sequeira, la coordinadora de la Unidad de Auditoría Técnica del Lanamme, nos explicó que desde julio estaban avisando que el talud estaba clasificado como de “riesgo medio”. Tenía erosión superficial, material desplazado y, lo peor de todo, ni rastro de sistemas para controlar el agua. Dijeron 'chúpala', señores del MOPT. 'Esto necesita atención, especialmente con la temporada lluviosa que siempre nos pone a prueba'. Pero la respuesta fue... bueno, digamos que no muy alentadora.
Al parecer, la excusa que dieron fue que el proyecto todavía estaba en marcha, así que pospusieron cualquier intervención. ¡Imagínense! ‘Déjenlo estar hasta que terminemos’, parece ser la filosofía. Prometieron atender el tema antes de que el proyecto quedara listo, que supuestamente será en diciembre o los primeros meses del 2026. Esperemos que para entonces el talud no haya decidido irse al traste por completo.
Cuando le preguntamos al MOPT sobre esta decisión de ignorar las recomendaciones, todavía estamos esperando una respuesta. ¡Qué sal! Lo único que queda es esperar y ver si finalmente se dignan a explicar por qué pusieron en riesgo la integridad de los conductores. Sequeira insistió en que no era válido justificar la falta de acción con el argumento de que el proyecto aún está en ejecución. Es que, a veces, uno se pregunta cómo toman decisiones estos señores.
Ahora bien, aunque hubo un desprendimiento, el laboratorio asegura que no hay riesgo estructural grave para los carriles superiores. Hay vigas y pilotes de concreto que están sosteniendo la carretera, así que, aparentemente, eso está seguro. El peligro real es que la tierra suelta termine arrastrando las barreras de New Jersey a los carriles que van hacia San José. ¡Eso sí sería un maje! Imaginen el caos que podría generarse.
Este caso nos recuerda que la prevención es clave, chavales. No podemos andar esperando a que ocurra una tragedia para empezar a tomar cartas en el asunto. Parece que el MOPT necesita urgentemente un recuadro sobre la importancia de escuchar a los expertos y de priorizar la seguridad ciudadana. Porque al final, lo que importa es que todos podamos movernos por nuestras carreteras sin tener que correr el riesgo de terminar aplastados por un montón de tierra.
Con todo esto, me pregunto: ¿Hasta cuándo tendremos que seguir viendo noticias como esta? ¿Será que nunca aprenderemos a darle prioridad a la seguridad vial antes que a cumplir plazos o ahorrar unos cuantos colones? Compartan sus opiniones, ¡quiero saber qué piensan ustedes!
