¡Imagínate la bronca que se agarran los arqueólogos cuando sacan algo así! Resulta que en Turquía, pa’l lado de Sanliurfa, encontraron un pilar en forma de ‘T’ con una carota grabada, y eso no es cualquier carota, idiay… ¡Tiene casi 12,000 años!
Este lugar, llamado Karahantepe, es como un súper sitio histórico porque ahí nuestros ancestros dejaron de andar vagando y se pusieron a construir asentamientos fijos, como buenos bichitos de hormiguero, ¿me entienden? Pues resulta que esta carita aparece justo en esa época, cuando la gente andaba domesticando animalitos y aprendiendo a sembrar, antes incluso de que supieran escribir.
El profe Necmi Karul, que anda dirigiendo la excavación, contó que se emocionaron como locos cuando vieron la figura. Dice que antes pensaban que eran solo formas vagamente humanas, pero esta vez... ¡bam!, una cara bien definida. Y no es cualquier cara, dicen que es un ejemplo de qué tal podían hacer las cosas esos abuelos artísticos. Una arqueobotánica de Liverpool, Ceren Kabukcu, comentó que es una obra de arte evolucionadísima, 'ché'. Quiere decir que no jugaron a dibujar nomás, le echaron ganas.
Ahora, hay que aclarar que esto no es lo único que han encontrado por ahí. Ya en 2017 hallaron otra carita igualita en Nahal Ein Gev, en Israel. Ambas tienen rasgos afilados, naricita chiquitita y ojotes profundos. Lo curioso es que nadie sabe si esas caras representan a algún dios o personaje especial. Parece más bien que querían representar ideas o conceptos usando la figura del ser humano – pura reflexión profunda, brete.
Lo interesante es cómo pasó la onda. Según cuentan los investigadores, al principio hacían grabados de animales, pero luego, como que decidieron poner al hombre en el centro del universo. Primero mezclaban humanos y animales en las figuras, y después ya solo dibujaban gente. Eso significa que poco a poco, los humanos se empezaron a ver como lo más importante, ¿no?
Pero no solo se trataba de dibujar caras bonitas. Según la doctora Kabukcu, estos abuelos le ponían expresión a sus dibujos. Como que no solo grababan una cara, ¡le echaban sentimiento! Eso demuestra que tenían una manera diferente de entender el mundo, más compleja de lo que imaginamos. Uno se queda pensando si les pasaba como a nosotros, con alegrías, tristezas, broncas y amores...
La verdad, esta excavación en Karahantepe no es un asunto solo turco, es un tesoro para toda la humanidad. Otros sitios como Göbeklitepe también mostraron avances muy sorprendentes de la misma época. Y además, descubrieron varios pilares en forma de ‘T’, que servían para sostener techos, casas y edificios comunitarios. En fin, un pueblo entero trabajando juntos y dejando su huella en la tierra.
Y hablando de huellas, ¿ustedes qué piensan? Con este descubrimiento, ¿cree que estamos reescribiendo la historia de la humanidad y demostrando que nuestros antepasados eran mucho más sofisticados de lo que creíamos o simplemente estamos encontrando piezas faltantes de un rompecabezas que aún tenemos que armar completo?
Este lugar, llamado Karahantepe, es como un súper sitio histórico porque ahí nuestros ancestros dejaron de andar vagando y se pusieron a construir asentamientos fijos, como buenos bichitos de hormiguero, ¿me entienden? Pues resulta que esta carita aparece justo en esa época, cuando la gente andaba domesticando animalitos y aprendiendo a sembrar, antes incluso de que supieran escribir.
El profe Necmi Karul, que anda dirigiendo la excavación, contó que se emocionaron como locos cuando vieron la figura. Dice que antes pensaban que eran solo formas vagamente humanas, pero esta vez... ¡bam!, una cara bien definida. Y no es cualquier cara, dicen que es un ejemplo de qué tal podían hacer las cosas esos abuelos artísticos. Una arqueobotánica de Liverpool, Ceren Kabukcu, comentó que es una obra de arte evolucionadísima, 'ché'. Quiere decir que no jugaron a dibujar nomás, le echaron ganas.
Ahora, hay que aclarar que esto no es lo único que han encontrado por ahí. Ya en 2017 hallaron otra carita igualita en Nahal Ein Gev, en Israel. Ambas tienen rasgos afilados, naricita chiquitita y ojotes profundos. Lo curioso es que nadie sabe si esas caras representan a algún dios o personaje especial. Parece más bien que querían representar ideas o conceptos usando la figura del ser humano – pura reflexión profunda, brete.
Lo interesante es cómo pasó la onda. Según cuentan los investigadores, al principio hacían grabados de animales, pero luego, como que decidieron poner al hombre en el centro del universo. Primero mezclaban humanos y animales en las figuras, y después ya solo dibujaban gente. Eso significa que poco a poco, los humanos se empezaron a ver como lo más importante, ¿no?
Pero no solo se trataba de dibujar caras bonitas. Según la doctora Kabukcu, estos abuelos le ponían expresión a sus dibujos. Como que no solo grababan una cara, ¡le echaban sentimiento! Eso demuestra que tenían una manera diferente de entender el mundo, más compleja de lo que imaginamos. Uno se queda pensando si les pasaba como a nosotros, con alegrías, tristezas, broncas y amores...
La verdad, esta excavación en Karahantepe no es un asunto solo turco, es un tesoro para toda la humanidad. Otros sitios como Göbeklitepe también mostraron avances muy sorprendentes de la misma época. Y además, descubrieron varios pilares en forma de ‘T’, que servían para sostener techos, casas y edificios comunitarios. En fin, un pueblo entero trabajando juntos y dejando su huella en la tierra.
Y hablando de huellas, ¿ustedes qué piensan? Con este descubrimiento, ¿cree que estamos reescribiendo la historia de la humanidad y demostrando que nuestros antepasados eran mucho más sofisticados de lo que creíamos o simplemente estamos encontrando piezas faltantes de un rompecabezas que aún tenemos que armar completo?