¡Ay, mi gente! Quién diría que la cosa política iba a ponerse así… El candidato del Frente Amplio, Ariel Robles, anda moviéndose con un equipo bien cerrado, pa’ que nadie le meta mano. A diferencia de otros que van buscando figuras frescas y “consultores” que salen de ningún lado, él se agarra a los que saben la jugada, a los que llevan años sudando la camiseta en el FA. Esto, pues, ya les da una ventaja, ¿eh?
Y quiénes son esos pesos pesados que le dan dirección a Robles? Pues ahí figura don José María Villalta, que ya lleva unas cuantas vueltas en esto de la política. Dos veces legislador, dos veces candidato a presidente... el mae sí que conoce el terreno. Lo llaman cariñosamente "el guardián del ADN del partido". Aunque ahora anda más tranquilo, pa’ evitar controversias, se nota que sigue siendo el consejero principal de Robles. Uno no lo ve mucho hablando, pero cuando dice algo, pues se escucha.
Pero no solo está Villalta. También hay un cuarteto de legisladores que le echan aguacate a la campaña: Sofía Guillén, la economista que entiende de plata; Antonio Ortega, el estratega político que lee el ambiente como nadie; y Jonathan Acuña, el técnico que coordina todo detrás de cámaras. Estos cuatro son los encargados de definir el discurso, trazar la estrategia legislativa y hasta dónde llegar con las propuestas. Parece sacado de una novela, pero así anda funcionando la cosa.
Don Antonio Ortega, por ejemplo, me contó que la relación con Robles es de vieja data. Desde la Juventud del FA, allá por el 2013, ya veían potencial en el chaval de Pérez Zeledón. Dice que Ariel destacaba por su liderazgo y esa tenacidad pura que caracteriza a los nuestros. Luego, cuando Ortega fue secretario general y Robles regidor, la cosa se afianzó aún más. Ahora, con la experiencia de varias campañas electorales, la confianza es total, dice el mae. Una cosa es segura: Ortega sabe cómo mover los hilos.
Y luego está Sofía Guillén, la voz experta en economía del equipo. Aunque ahora esté cuidando al bebé, no para de asesorar a Robles en temas cruciales como el empleo, la electricidad y el gasto social. Ella me dijo que Robles es “un chaval profundamente honesto”, y eso, en política, vale oro. Un tipo que no se rodea de lameculos, sino de gente que le diga la verdad a la cara, eso es raro encontrarlo por estos días. Se nota que ella le tiene mucha fe al candidato, y eso le da fuerza a la campaña.
Jonathan Acuña, aunque no quiso hablar mucho con nosotros, se encarga de conectar la campaña con la fracción legislativa. Es el que traduce las ideas del pueblo en leyes concretas y el que asegura que todos estén remando en la misma dirección. Este es el tipo que hace que todo funcione en tecnicismo, cuidando los detalles que otros ni siquiera ven. Uno de los artífices del andamiaje estratégico de Robles, sin lugar a dudas.
La apuesta de Robles es clara: confiar en los que conocen el camino, en los que han luchado por el cambio durante años. No busca caras nuevas ni modas pasajeras, sino solidez y experiencia. De hecho, algunos analistas dicen que esta estrategia podría funcionar muy bien, especialmente si logran conectar con la gente que está cansada de tanta promesa vacía. Pa’ que se entiendan, no están jugando a bromitas. Quieren darle duro a la elección y cambiarle el rumbo al país. ¿Será suficiente para derrotar a la competencia?
Ahora dime, ¿crees que apostar por la experiencia y la trayectoria, como lo está haciendo Robles con su equipo, es la mejor estrategia para ganar la presidencia, o sería mejor buscar rostros frescos y propuestas innovadoras para atraer a los votantes indecisos? ¡Déjame tu opinión en los comentarios!
Y quiénes son esos pesos pesados que le dan dirección a Robles? Pues ahí figura don José María Villalta, que ya lleva unas cuantas vueltas en esto de la política. Dos veces legislador, dos veces candidato a presidente... el mae sí que conoce el terreno. Lo llaman cariñosamente "el guardián del ADN del partido". Aunque ahora anda más tranquilo, pa’ evitar controversias, se nota que sigue siendo el consejero principal de Robles. Uno no lo ve mucho hablando, pero cuando dice algo, pues se escucha.
Pero no solo está Villalta. También hay un cuarteto de legisladores que le echan aguacate a la campaña: Sofía Guillén, la economista que entiende de plata; Antonio Ortega, el estratega político que lee el ambiente como nadie; y Jonathan Acuña, el técnico que coordina todo detrás de cámaras. Estos cuatro son los encargados de definir el discurso, trazar la estrategia legislativa y hasta dónde llegar con las propuestas. Parece sacado de una novela, pero así anda funcionando la cosa.
Don Antonio Ortega, por ejemplo, me contó que la relación con Robles es de vieja data. Desde la Juventud del FA, allá por el 2013, ya veían potencial en el chaval de Pérez Zeledón. Dice que Ariel destacaba por su liderazgo y esa tenacidad pura que caracteriza a los nuestros. Luego, cuando Ortega fue secretario general y Robles regidor, la cosa se afianzó aún más. Ahora, con la experiencia de varias campañas electorales, la confianza es total, dice el mae. Una cosa es segura: Ortega sabe cómo mover los hilos.
Y luego está Sofía Guillén, la voz experta en economía del equipo. Aunque ahora esté cuidando al bebé, no para de asesorar a Robles en temas cruciales como el empleo, la electricidad y el gasto social. Ella me dijo que Robles es “un chaval profundamente honesto”, y eso, en política, vale oro. Un tipo que no se rodea de lameculos, sino de gente que le diga la verdad a la cara, eso es raro encontrarlo por estos días. Se nota que ella le tiene mucha fe al candidato, y eso le da fuerza a la campaña.
Jonathan Acuña, aunque no quiso hablar mucho con nosotros, se encarga de conectar la campaña con la fracción legislativa. Es el que traduce las ideas del pueblo en leyes concretas y el que asegura que todos estén remando en la misma dirección. Este es el tipo que hace que todo funcione en tecnicismo, cuidando los detalles que otros ni siquiera ven. Uno de los artífices del andamiaje estratégico de Robles, sin lugar a dudas.
La apuesta de Robles es clara: confiar en los que conocen el camino, en los que han luchado por el cambio durante años. No busca caras nuevas ni modas pasajeras, sino solidez y experiencia. De hecho, algunos analistas dicen que esta estrategia podría funcionar muy bien, especialmente si logran conectar con la gente que está cansada de tanta promesa vacía. Pa’ que se entiendan, no están jugando a bromitas. Quieren darle duro a la elección y cambiarle el rumbo al país. ¿Será suficiente para derrotar a la competencia?
Ahora dime, ¿crees que apostar por la experiencia y la trayectoria, como lo está haciendo Robles con su equipo, es la mejor estrategia para ganar la presidencia, o sería mejor buscar rostros frescos y propuestas innovadoras para atraer a los votantes indecisos? ¡Déjame tu opinión en los comentarios!