¡Ay, Dios mío! El diputado Ariel Robles, el mismo que anda buscando chambear para presidente, le soltó un palazo a las redes sociales que dejó a medio país boquiabierto. Resulta que, después de presentar a su parejita en Facebook, se desató un quilombo de comentarios, y el mae decidió ponerle pausa al asunto y echarle dureza al tema.
Según Robles, nuestras plataformas digitales no representan la verdadera esencia de Costa Rica. Dice que ahí impera el acoso, la vulgaridad y la malacrianza, cosas que, según él, no deberían definirnos como nación. "Costa Rica no son las redes sociales," sentenció en su publicación, dejando claro que cree que estamos perdiendo la pátina de respeto y amabilidad que nos caracteriza.
Y pa' hacerlo más picante, Robles recalcó que aunque vea mucha gente comportándose feo online, sabe que en la calle somos un pueblo cordial y respetuoso. Cuenta que, caminando por ahí, nota que la inmensa mayoría de los ticos son buena onda, independientemente de sus opiniones políticas. ¡Un pincho de realidad, vamos!
Pero ojo, que esto no significa que Robles se vaya a lavar las manos. El mae aclaró que continuará utilizando las redes para expresar sus puntos de vista, incluso si eso implica enfrentarse a trolls y amenazas. Afirmó que quienes tienen convicciones no pueden quedarse callados ante injusticias, y que no va a permitir que nadie le silencie. ¡Así se habla, parcero!
Este rollo viene a cuento justo después de que Robles presentara a su pareja en Instagram, donde recibió una avalancha de comentarios, algunos bastante bajos, por cierto. Lo que demuestra, tal vez, que el problema que señala no es exclusivo de la política, sino un fenómeno generalizado en el uso de estas herramientas.
Ahora bien, es importante recordar que Robles también es figura pública y que sus declaraciones generan reacciones. Algunos lo critican por victimizarse y por no asumir responsabilidad sobre cómo maneja su imagen pública en redes. Otros aplauden su valentía para denunciar este tipo de comportamientos negativos y defender la libertad de expresión.
En fin, el caso de Robles pone en evidencia una realidad incómoda: las redes sociales suelen amplificar los peores aspectos de nuestra sociedad. El anonimato y la distancia física facilitan la agresividad y la desinhibición, lo que lleva a que se digan cosas que nunca diríamos cara a cara. Pero también es cierto que las redes pueden ser una herramienta poderosa para conectar personas, difundir información y promover causas justas.
Entonces, ¿son las redes sociales un reflejo fiel de quiénes somos como costarricenses? ¿Estamos permitiendo que la vulgaridad y el acoso definan nuestra identidad nacional, o podemos recuperar esos valores de respeto y amabilidad que nos caracterizan? ¡Dime tú qué piensas, parce! Déjate venir en los comentarios y hablemos de esto porque parece que este brete va para largo.
Según Robles, nuestras plataformas digitales no representan la verdadera esencia de Costa Rica. Dice que ahí impera el acoso, la vulgaridad y la malacrianza, cosas que, según él, no deberían definirnos como nación. "Costa Rica no son las redes sociales," sentenció en su publicación, dejando claro que cree que estamos perdiendo la pátina de respeto y amabilidad que nos caracteriza.
Y pa' hacerlo más picante, Robles recalcó que aunque vea mucha gente comportándose feo online, sabe que en la calle somos un pueblo cordial y respetuoso. Cuenta que, caminando por ahí, nota que la inmensa mayoría de los ticos son buena onda, independientemente de sus opiniones políticas. ¡Un pincho de realidad, vamos!
Pero ojo, que esto no significa que Robles se vaya a lavar las manos. El mae aclaró que continuará utilizando las redes para expresar sus puntos de vista, incluso si eso implica enfrentarse a trolls y amenazas. Afirmó que quienes tienen convicciones no pueden quedarse callados ante injusticias, y que no va a permitir que nadie le silencie. ¡Así se habla, parcero!
Este rollo viene a cuento justo después de que Robles presentara a su pareja en Instagram, donde recibió una avalancha de comentarios, algunos bastante bajos, por cierto. Lo que demuestra, tal vez, que el problema que señala no es exclusivo de la política, sino un fenómeno generalizado en el uso de estas herramientas.
Ahora bien, es importante recordar que Robles también es figura pública y que sus declaraciones generan reacciones. Algunos lo critican por victimizarse y por no asumir responsabilidad sobre cómo maneja su imagen pública en redes. Otros aplauden su valentía para denunciar este tipo de comportamientos negativos y defender la libertad de expresión.
En fin, el caso de Robles pone en evidencia una realidad incómoda: las redes sociales suelen amplificar los peores aspectos de nuestra sociedad. El anonimato y la distancia física facilitan la agresividad y la desinhibición, lo que lleva a que se digan cosas que nunca diríamos cara a cara. Pero también es cierto que las redes pueden ser una herramienta poderosa para conectar personas, difundir información y promover causas justas.
Entonces, ¿son las redes sociales un reflejo fiel de quiénes somos como costarricenses? ¿Estamos permitiendo que la vulgaridad y el acoso definan nuestra identidad nacional, o podemos recuperar esos valores de respeto y amabilidad que nos caracterizan? ¡Dime tú qué piensas, parce! Déjate venir en los comentarios y hablemos de esto porque parece que este brete va para largo.