¡Ay, Dios mío! Empezamos el año con pie izquierdo, mael. Un árbol enorme decidió echarse plumazos justo en la Ruta 32, dejándonos a todos varados entre San José y Limón. Imagínate la bronca, especialmente porque era el último día del año y muchos querían llegar a celebrar con sus familias en la costa.
La caída ocurrió alrededor de la medianoche, según reportes en redes sociales, específicamente entre los kilómetros 31 y 32. Lo peor es que el árbol no vino solo; trajo consigo ramas y lodo que cubrieron casi todo el asfalto. Las fotos en Waze Costa Rica eran de película: hileras de carros esperando pacientemente (o no tanto) que limpiaran la vía y volvieran a abrir el paso.
Lo bueno es que hasta ahora no se han reportado heridos, pero la movida ha sido toda una pesadilla. Muchos turistas quedaron atrapados, buscando desesperadamente opciones alternativas para llegar a sus hoteles en Puerto Viejo o Cahuita. Otros, como algunos nacionales que se iban de vacaciones, tuvieron que replantearse sus planes.
Nos comunicamos con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), pero parece que estaban durmiendo la siesta de fin de año. No nos dieron ninguna información oficial sobre cuándo se esperaba que la ruta volviera a estar operativa. ¡Qué despache! Uno piensa que en estas situaciones deberían tener todo listo para actuar rápido y evitar mayores inconvenientes.
Algunos conductores, frustrados por la demora, empezaron a buscar caminos alternativos, aunque la mayoría eran de terracería y apenas transitable. Otros prefirieron quedarse donde estaban, rezando para que llegaran los equipos de limpieza lo antes posible. De hecho, varios usuarios en redes expresaban su preocupación por la seguridad, ya que la zona es conocida por tener poca iluminación.
Esta no es la primera vez que ocurre algo así en la Ruta 32, que recordemos, es una de las vías más transitadas del país. Hace unos meses hubo problemas similares debido a deslizamientos de tierra causados por las fuertes lluvias. Parece que necesitamos urgentemente mejorar la infraestructura y el mantenimiento de nuestras carreteras, especialmente en zonas propensas a estos fenómenos naturales. Es fundamental invertir en sistemas de alerta temprana y programas de prevención para evitar que estas situaciones se repitan con tanta frecuencia.
Además, este incidente pone de manifiesto la importancia de tener un plan B en caso de imprevistos. Quizás debiéramos considerar utilizar aplicaciones de navegación que ofrezcan rutas alternativas en tiempo real, o incluso coordinar con empresas de transporte privado para garantizar la movilidad de las personas en situaciones de emergencia. La planificación, señores, es clave para evitar futuros “qué tortas”.
En fin, el inicio de año no pudo haber sido más complicado para quienes se vieron afectados por el cierre de la Ruta 32. Esperemos que las autoridades actúen con prontitud para solucionar este problema y permitir que todos puedan retomar sus actividades normales. Pero dime, ¿crees que el MOPT debería implementar medidas más estrictas para prevenir este tipo de incidentes en el futuro, o simplemente estamos condenados a vivir eternamente con el fantasma de los árboles caídos en la ruta?
La caída ocurrió alrededor de la medianoche, según reportes en redes sociales, específicamente entre los kilómetros 31 y 32. Lo peor es que el árbol no vino solo; trajo consigo ramas y lodo que cubrieron casi todo el asfalto. Las fotos en Waze Costa Rica eran de película: hileras de carros esperando pacientemente (o no tanto) que limpiaran la vía y volvieran a abrir el paso.
Lo bueno es que hasta ahora no se han reportado heridos, pero la movida ha sido toda una pesadilla. Muchos turistas quedaron atrapados, buscando desesperadamente opciones alternativas para llegar a sus hoteles en Puerto Viejo o Cahuita. Otros, como algunos nacionales que se iban de vacaciones, tuvieron que replantearse sus planes.
Nos comunicamos con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), pero parece que estaban durmiendo la siesta de fin de año. No nos dieron ninguna información oficial sobre cuándo se esperaba que la ruta volviera a estar operativa. ¡Qué despache! Uno piensa que en estas situaciones deberían tener todo listo para actuar rápido y evitar mayores inconvenientes.
Algunos conductores, frustrados por la demora, empezaron a buscar caminos alternativos, aunque la mayoría eran de terracería y apenas transitable. Otros prefirieron quedarse donde estaban, rezando para que llegaran los equipos de limpieza lo antes posible. De hecho, varios usuarios en redes expresaban su preocupación por la seguridad, ya que la zona es conocida por tener poca iluminación.
Esta no es la primera vez que ocurre algo así en la Ruta 32, que recordemos, es una de las vías más transitadas del país. Hace unos meses hubo problemas similares debido a deslizamientos de tierra causados por las fuertes lluvias. Parece que necesitamos urgentemente mejorar la infraestructura y el mantenimiento de nuestras carreteras, especialmente en zonas propensas a estos fenómenos naturales. Es fundamental invertir en sistemas de alerta temprana y programas de prevención para evitar que estas situaciones se repitan con tanta frecuencia.
Además, este incidente pone de manifiesto la importancia de tener un plan B en caso de imprevistos. Quizás debiéramos considerar utilizar aplicaciones de navegación que ofrezcan rutas alternativas en tiempo real, o incluso coordinar con empresas de transporte privado para garantizar la movilidad de las personas en situaciones de emergencia. La planificación, señores, es clave para evitar futuros “qué tortas”.
En fin, el inicio de año no pudo haber sido más complicado para quienes se vieron afectados por el cierre de la Ruta 32. Esperemos que las autoridades actúen con prontitud para solucionar este problema y permitir que todos puedan retomar sus actividades normales. Pero dime, ¿crees que el MOPT debería implementar medidas más estrictas para prevenir este tipo de incidentes en el futuro, o simplemente estamos condenados a vivir eternamente con el fantasma de los árboles caídos en la ruta?
