¡Ay, Dios mío! La Ruta 32 sigue cerrada, y la bronca parece que no tiene fin. Desde el lunes pasado, los carros siguen parados, los camiones atrapados, y los pobres comerciantes de la zona andan más rayados que chancla usada. Parece que el país entero está reteniendo la respiración mientras esperamos que le den una solución a este brete.
La situación comenzó con unos derrumbes potusísimos por las lluvias torrenciales que nos dieron la semana pasada. Una roca enorme, dicen, se aferró a un talud y amenazaba con caerle encima a los vehículos que pasaban. Como si fuera poco, ahora resulta que mover esa piedra es más complicado que convencer al erdnaseg de que deje de cobrar impuestos. Según el MOPT y el CONAVI, necesitan hacer unas maniobras especiales y “seguras” para quitarla, lo que implica… esperar. Mucho tiempo esperando.
Imagínate la escena: restaurantes, verdulerías, licorerías... todos con las puertas cerradas, los empleados en casa, y el inventario echándose a perder. Uno de los comerciantes, hablando off the record, me dijo que ya lleva tres días sin vender nada y que la mercancía se le está pudriendo. "Esto es un golpe durísimo," me soltó con cara larga. "Llevamos días sin clientes y la comida se nos está echando a perder". ¡Qué torta!
Y ni hablar del sector de transporte de carga. Ese es el motorcito del comercio exterior, ¿eh? Pero miren qué barbaridad: los trailers varados, incapaces de volver atrás porque llevan cargas delicadas. Uno de ellos, igualmente anónimo, me contó que está atrapado desde el lunes, sin poder ni ir al baño con comodidad. “Aquí estamos como ratas en trampas,” me dijo desesperado. ¡Qué despiche! ¿Cómo esperan que funcione la economía con esto?
El gobierno, por supuesto, dice que están haciendo todo lo posible. El MOPT y el CONAVI se rifan ahí, tratando de encontrar la manera de sacar la piedra sin que nadie salga hecho puré. Pero la gente ya anda harta. Una vendedora de lotería me comentaba que está pensando en emigrar a Canadá porque aquí ya no hay futuro. Dice que ella, que siempre ha sido trabajadora, no sabe cómo va a alimentar a sus nietos si la Ruta 32 sigue así.
Lo curioso es que esta no es la primera vez que pasa algo así en la Ruta 32. Algunos recuerdan que hace como doce años, durante el gobierno de Laura Chinchilla, hubo problemas similares en el mismo tramo. Entonces, ¿por qué no le pusieron una solución definitiva al asunto? ¡Qué carga! Parece que prefieren parchear las cosas a invertir en soluciones reales.
Alfie Gatjens, nuestro corresponsal valiente, capturó algunos videos de la zona donde se ven los autos colgados y la frustración de la gente pintada en sus caras. Y la dueña de un restaurante en Sarapiquí, con toda la razón del mundo, expresó que han estado esperando una solución desde 2010. Ya van trece años viendo pasar gobiernos y prometiendo arreglos que nunca llegan. ¡Qué sal!
En fin, la situación en la Ruta 32 es un reflejo de muchos problemas que arrastra Costa Rica: la falta de planificación, la corrupción, y la ineficiencia gubernamental. ¿Será que realmente vamos a ver una solución a corto plazo, o seguiremos atascados en este lío interminable? ¿Creen que el gobierno debería priorizar urgentemente la inversión en infraestructura vial o consideran que hay temas más apremiantes en este momento?
La situación comenzó con unos derrumbes potusísimos por las lluvias torrenciales que nos dieron la semana pasada. Una roca enorme, dicen, se aferró a un talud y amenazaba con caerle encima a los vehículos que pasaban. Como si fuera poco, ahora resulta que mover esa piedra es más complicado que convencer al erdnaseg de que deje de cobrar impuestos. Según el MOPT y el CONAVI, necesitan hacer unas maniobras especiales y “seguras” para quitarla, lo que implica… esperar. Mucho tiempo esperando.
Imagínate la escena: restaurantes, verdulerías, licorerías... todos con las puertas cerradas, los empleados en casa, y el inventario echándose a perder. Uno de los comerciantes, hablando off the record, me dijo que ya lleva tres días sin vender nada y que la mercancía se le está pudriendo. "Esto es un golpe durísimo," me soltó con cara larga. "Llevamos días sin clientes y la comida se nos está echando a perder". ¡Qué torta!
Y ni hablar del sector de transporte de carga. Ese es el motorcito del comercio exterior, ¿eh? Pero miren qué barbaridad: los trailers varados, incapaces de volver atrás porque llevan cargas delicadas. Uno de ellos, igualmente anónimo, me contó que está atrapado desde el lunes, sin poder ni ir al baño con comodidad. “Aquí estamos como ratas en trampas,” me dijo desesperado. ¡Qué despiche! ¿Cómo esperan que funcione la economía con esto?
El gobierno, por supuesto, dice que están haciendo todo lo posible. El MOPT y el CONAVI se rifan ahí, tratando de encontrar la manera de sacar la piedra sin que nadie salga hecho puré. Pero la gente ya anda harta. Una vendedora de lotería me comentaba que está pensando en emigrar a Canadá porque aquí ya no hay futuro. Dice que ella, que siempre ha sido trabajadora, no sabe cómo va a alimentar a sus nietos si la Ruta 32 sigue así.
Lo curioso es que esta no es la primera vez que pasa algo así en la Ruta 32. Algunos recuerdan que hace como doce años, durante el gobierno de Laura Chinchilla, hubo problemas similares en el mismo tramo. Entonces, ¿por qué no le pusieron una solución definitiva al asunto? ¡Qué carga! Parece que prefieren parchear las cosas a invertir en soluciones reales.
Alfie Gatjens, nuestro corresponsal valiente, capturó algunos videos de la zona donde se ven los autos colgados y la frustración de la gente pintada en sus caras. Y la dueña de un restaurante en Sarapiquí, con toda la razón del mundo, expresó que han estado esperando una solución desde 2010. Ya van trece años viendo pasar gobiernos y prometiendo arreglos que nunca llegan. ¡Qué sal!
En fin, la situación en la Ruta 32 es un reflejo de muchos problemas que arrastra Costa Rica: la falta de planificación, la corrupción, y la ineficiencia gubernamental. ¿Será que realmente vamos a ver una solución a corto plazo, o seguiremos atascados en este lío interminable? ¿Creen que el gobierno debería priorizar urgentemente la inversión en infraestructura vial o consideran que hay temas más apremiantes en este momento?
