¡Ay, Dios mío, qué mamarracha! Resulta que la Policía Municipal de San José le puso fin a un verdadero brete que tenían montada unos delincuentes en Pavas. Un búnker, sí señor, como los que ves en las películas, pero acá en nuestro barrio, utilizándolo pa' cobrar peajes a la gente que transita por la zona. No mames, parece sacado de novela.
Este chundrum estaba ubicado en la zona de Bribri, cerquita del famoso Tajo Comag, un lugar que, recuerden, ha dado de qué hablar últimamente por los voladeros de escombros y basura. Pero ahora, además de contaminación, sumamos actividad criminal. Como dice el dicho, 'donde hay mugre, hay mosca', y vaya que ahí había mosca, mucha mosca. Este sitio es clave porque conecta Pavas con Belén de Heredia, razón por la cual esos tipos estaban aprovechándose del tráfico.
Imagínate la bronca: ₡500 por pasar, ¡a cajete! Y si alguien no quería pagar, se topaba con amenazas. Qué sal, tener que andar preocupado por eso encima de todo lo demás. Marcelo Solano, el director de la unidad policial, declaró que esta acción es súper importante en la pelea contra el narcotráfico en una de las zonas más transitadas del cantón central. El mae no se anduvo con rodeos, dijo que están cerrando puertas al narcotráfico y a la violencia.
Solano enfatizó que no se trata solamente de destruir unas paredes de concreto, sino de recuperar el espacio para la comunidad. "Cada demolición representa una oportunidad para que las comunidades retomen el control de sus espacios y fortalezcan su tejido social", afirmó. Y es verdad, la gente necesitaba respirar tranquila, sentirse segura en su propia casa, sin tener que regatear con unos maleantes pa' poder llegar al trabajo o llevar a los niños a la escuela.
Y ojo que esto no es un caso aislado, chunches. Según datos oficiales, ya son 12 búnkeres los que han demolido este año en 115 operaciones distintas. Eso demuestra que la policía no se anda conchudos y que están metiendo hasta donde nadie quiere meterse. Hay que aplaudirle el esfuerzo, porque no es tarea fácil enfrentar a estas organizaciones criminales. Estos tipos le pusieron huevo y demostraron que están comprometidos con la seguridad de todos nosotros.
Pero vamos a ser honestos, ¿qué nos lleva a esto? ¿Por qué permitimos que estos grupos se establezcan y operen impunemente en nuestras comunidades? Claro, la pobreza, la falta de oportunidades, la corrupción... son temas complejos que necesitan soluciones a largo plazo. No podemos simplemente seguir apagando incendios. Se necesita una estrategia integral que aborde las causas fundamentales del problema. De nada sirve reaccionar si luego vuelven a aparecer.
Además, este caso pone en evidencia la necesidad de fortalecer la colaboración entre la policía, las autoridades locales y la comunidad. No se puede hacer nada sin la participación activa de la ciudadanía. Tenemos que estar alertas, denunciar cualquier actividad sospechosa, exigir transparencia y rendición de cuentas. Porque al final del día, somos nosotros los que tenemos que construir un país más justo y seguro para todos. Ese es el reto, diay, y no es fácil, pero tampoco imposible.
En fin, una vez más, Pavas sale en los titulares, pero esta vez por algo positivo. Se logró sacar a unos vándalos que estaban haciendo la vida imposible a los vecinos. Ahora, me pregunto, ¿cree usted que con estas acciones aisladas lograremos frenar realmente el avance del narcotráfico en nuestras comunidades, o necesitamos medidas mucho más profundas y estructurales?
Este chundrum estaba ubicado en la zona de Bribri, cerquita del famoso Tajo Comag, un lugar que, recuerden, ha dado de qué hablar últimamente por los voladeros de escombros y basura. Pero ahora, además de contaminación, sumamos actividad criminal. Como dice el dicho, 'donde hay mugre, hay mosca', y vaya que ahí había mosca, mucha mosca. Este sitio es clave porque conecta Pavas con Belén de Heredia, razón por la cual esos tipos estaban aprovechándose del tráfico.
Imagínate la bronca: ₡500 por pasar, ¡a cajete! Y si alguien no quería pagar, se topaba con amenazas. Qué sal, tener que andar preocupado por eso encima de todo lo demás. Marcelo Solano, el director de la unidad policial, declaró que esta acción es súper importante en la pelea contra el narcotráfico en una de las zonas más transitadas del cantón central. El mae no se anduvo con rodeos, dijo que están cerrando puertas al narcotráfico y a la violencia.
Solano enfatizó que no se trata solamente de destruir unas paredes de concreto, sino de recuperar el espacio para la comunidad. "Cada demolición representa una oportunidad para que las comunidades retomen el control de sus espacios y fortalezcan su tejido social", afirmó. Y es verdad, la gente necesitaba respirar tranquila, sentirse segura en su propia casa, sin tener que regatear con unos maleantes pa' poder llegar al trabajo o llevar a los niños a la escuela.
Y ojo que esto no es un caso aislado, chunches. Según datos oficiales, ya son 12 búnkeres los que han demolido este año en 115 operaciones distintas. Eso demuestra que la policía no se anda conchudos y que están metiendo hasta donde nadie quiere meterse. Hay que aplaudirle el esfuerzo, porque no es tarea fácil enfrentar a estas organizaciones criminales. Estos tipos le pusieron huevo y demostraron que están comprometidos con la seguridad de todos nosotros.
Pero vamos a ser honestos, ¿qué nos lleva a esto? ¿Por qué permitimos que estos grupos se establezcan y operen impunemente en nuestras comunidades? Claro, la pobreza, la falta de oportunidades, la corrupción... son temas complejos que necesitan soluciones a largo plazo. No podemos simplemente seguir apagando incendios. Se necesita una estrategia integral que aborde las causas fundamentales del problema. De nada sirve reaccionar si luego vuelven a aparecer.
Además, este caso pone en evidencia la necesidad de fortalecer la colaboración entre la policía, las autoridades locales y la comunidad. No se puede hacer nada sin la participación activa de la ciudadanía. Tenemos que estar alertas, denunciar cualquier actividad sospechosa, exigir transparencia y rendición de cuentas. Porque al final del día, somos nosotros los que tenemos que construir un país más justo y seguro para todos. Ese es el reto, diay, y no es fácil, pero tampoco imposible.
En fin, una vez más, Pavas sale en los titulares, pero esta vez por algo positivo. Se logró sacar a unos vándalos que estaban haciendo la vida imposible a los vecinos. Ahora, me pregunto, ¿cree usted que con estas acciones aisladas lograremos frenar realmente el avance del narcotráfico en nuestras comunidades, o necesitamos medidas mucho más profundas y estructurales?