¡Ay, Dios mío, qué bronca! El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) está temblando porque le cayeron a plomo. Resulta que allanaron la casa del director, Randall Zúñiga, y hasta su oficina en la sede principal de San José. Esto es más gordo que un toro bravo, mándale, porque nadie esperaba semejante movida.
La Fiscalía Adjunta de Género ha abierto un expediente, el 25-001138-1893-PE, para investigar tres denuncias bien pesadas contra el señor Zúñiga. Se le acusa de cositas turbias, como violación y contagio venéreo en una denuncia, y luego de conducta sexual abusiva y faltarle el respeto a la dignidad en otras dos. ¡Imagínate el chote que se armó!
Según nos cuentan los brucitos, los allanamientos fueron simultáneos, como para no darle chance al director de esconder pruebas. Buscaron documentos y archivos electrónicos que puedan ayudar a aclarar toda esta vaina. La Sección Especializada en Violencia de Género del OIJ también está metida en esto, apoyando a la Fiscalía para juntar todas las piezas del rompecabezas.
Lo que más me sacudió es que las víctimas ya recibieron apoyo psicológico y legal. Parece que el Ministerio Público les está brindando toda la asistencia necesaria para que se sientan seguras y puedan hacer valer sus derechos. Por eso digo, esto tiene ribazos, mándale. No es una vaina sencilla.
Estas denuncias, recuerden, se presentaron a finales del mes pasado. Una en Corredores, otra en Cartago, y la última acá en San José. Cada una con acusaciones graves que, si son ciertas, dejan muy feo al OIJ y a todo el sistema judicial. La gente ya anda comentando que esto podría afectar la credibilidad de la institución, y con razón, ¿eh?
Y ni hablar del ambiente en el OIJ ahora mismo. Debe haber un chayazo terrible entre los funcionarios. Imaginen la tensión, las especulaciones... ¡Qué brete! Seguramente muchos se sienten incómodos con toda esta situación, y algunos podrían estar pensando cómo afectará esto sus propios trabajos. ¿Será que alguien más sabía algo y ahora se va a poner picadito?
Ahora, hay que recordar que hasta que no haya una sentencia firme, el señor Zúñiga es inocente. Pero la gravedad de las acusaciones y la rapidez con la que se tomaron las medidas indican que la Fiscalía no está jugando con esto. Está demostrando que no va a tolerar ninguna clase de abuso de poder, ni siquiera dentro de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. Este caso, sin duda, dará mucho de qué hablar en los próximos días y semanas.
Este rollo ha levantado muchísima polvareda y la pregunta que me hago es: ¿Cómo puede pasar esto en una institución responsable de investigar delitos? ¿Creen que esta situación dañará permanentemente la confianza pública en el OIJ, o será posible reconstruirla una vez que se resuelva el caso?
La Fiscalía Adjunta de Género ha abierto un expediente, el 25-001138-1893-PE, para investigar tres denuncias bien pesadas contra el señor Zúñiga. Se le acusa de cositas turbias, como violación y contagio venéreo en una denuncia, y luego de conducta sexual abusiva y faltarle el respeto a la dignidad en otras dos. ¡Imagínate el chote que se armó!
Según nos cuentan los brucitos, los allanamientos fueron simultáneos, como para no darle chance al director de esconder pruebas. Buscaron documentos y archivos electrónicos que puedan ayudar a aclarar toda esta vaina. La Sección Especializada en Violencia de Género del OIJ también está metida en esto, apoyando a la Fiscalía para juntar todas las piezas del rompecabezas.
Lo que más me sacudió es que las víctimas ya recibieron apoyo psicológico y legal. Parece que el Ministerio Público les está brindando toda la asistencia necesaria para que se sientan seguras y puedan hacer valer sus derechos. Por eso digo, esto tiene ribazos, mándale. No es una vaina sencilla.
Estas denuncias, recuerden, se presentaron a finales del mes pasado. Una en Corredores, otra en Cartago, y la última acá en San José. Cada una con acusaciones graves que, si son ciertas, dejan muy feo al OIJ y a todo el sistema judicial. La gente ya anda comentando que esto podría afectar la credibilidad de la institución, y con razón, ¿eh?
Y ni hablar del ambiente en el OIJ ahora mismo. Debe haber un chayazo terrible entre los funcionarios. Imaginen la tensión, las especulaciones... ¡Qué brete! Seguramente muchos se sienten incómodos con toda esta situación, y algunos podrían estar pensando cómo afectará esto sus propios trabajos. ¿Será que alguien más sabía algo y ahora se va a poner picadito?
Ahora, hay que recordar que hasta que no haya una sentencia firme, el señor Zúñiga es inocente. Pero la gravedad de las acusaciones y la rapidez con la que se tomaron las medidas indican que la Fiscalía no está jugando con esto. Está demostrando que no va a tolerar ninguna clase de abuso de poder, ni siquiera dentro de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. Este caso, sin duda, dará mucho de qué hablar en los próximos días y semanas.
Este rollo ha levantado muchísima polvareda y la pregunta que me hago es: ¿Cómo puede pasar esto en una institución responsable de investigar delitos? ¿Creen que esta situación dañará permanentemente la confianza pública en el OIJ, o será posible reconstruirla una vez que se resuelva el caso?
