¡Ay, Dios mío! Esto sí que es de película, pura vida… pero a veces, la vida nos da momentos que te dejan boquiabierto. Resulta que el viernes pasado, un señor decidió que la mejor idea era escalar una torre de transmisión de electricidad en San Juan de Dios de Desamparados. Imagínate el cuadro, ¡una torre de unos 30 metros de altura! Parecía sacado de una teleserie, pero era bien real.
Según los Bomberos, el operativo tuvo que desplegarse a toda marcha porque el hombre se negaba a bajar. Uno piensa, ‘¿Qué estará pensando este mae?’ Pero luego descubrimos que, ni más ni menos, los vecinos le dijeron a los equipos de rescate que esto no era novedad. ¡No, no, no! Que este señor ya había hecho sus pifias antes, varias veces hasta. Una torta, la verdad.
La bombera Carolina Fernández, con toda la calma del mundo, nos explicó que la escena era surrealista. “Nos dicen los vecinos que ya es la cuarta vez que el señor hace esto. Llegamos y ahí estaba, arriba de la torre, con esos cables peludos que dan susto. Un brete de cuidado.” Además, tuvieron que pedirle al centro de energía que cortaran la luz para evitar cualquier accidente peor, lo que ya es decir. ¡Qué descuido!
Y hablando de descuidos, la coordinación fue clave. La Cruz Roja, la Policía, el Tránsito, Fuerza y Luz… todos trabajando juntos para lograr que el señor bajara sano y salvo. En fin, una movida digna de ver, con todos estos carros, sirenas, y el tipo allá arriba, aparentando estar en otra onda. La verdad, qué pena ajena.
Una vez que lograron convencerlo para que bajara, los paramédicos de la Cruz Roja lo chequearon a fondo. Parece que el frío le había pegado un buen golpe, baja la temperatura corporal, pero estabilizado, diay. Esperemos que ahora sí le hayan agarrado la referencia y que no vuelva a meterse en estos embrollos. A veces uno se pone creativo, pero hay cosas que mejor dejarlas para los artistas.
Ahora, me pregunto si habrá algún problema psicológico detrás de estas acciones. Es evidente que algo lo está llevando a hacer estas cosas tan extremas. Deberían ofrecerle ayuda, ¿no creen? Porque así no va a acabar muy bien, y encima, poniendo en riesgo a mucha gente. Después de todo, nadie quiere que se vaya todo al traste por un capricho.
Este caso nos recuerda la importancia de prestar atención a nuestro entorno. A veces, nuestros vecinos necesitan ayuda, y nosotros podemos ser quienes detecten alguna señal de alerta. Aunque parezca mentira, un saludo, una conversación casual, puede marcar la diferencia. Piensa que todos estamos pasando por algo, y un poco de apoyo puede aliviar mucho estrés. De repente, este hombre necesita hablar con alguien, o simplemente sentirse acompañado.
Así que dime, ¿qué opinas tú de esta situación? ¿Crees que debería haber más programas de apoyo para personas que pasan por crisis? ¿Será que este señor busca llamar la atención, o hay algo más profundo detrás de sus actos? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
Según los Bomberos, el operativo tuvo que desplegarse a toda marcha porque el hombre se negaba a bajar. Uno piensa, ‘¿Qué estará pensando este mae?’ Pero luego descubrimos que, ni más ni menos, los vecinos le dijeron a los equipos de rescate que esto no era novedad. ¡No, no, no! Que este señor ya había hecho sus pifias antes, varias veces hasta. Una torta, la verdad.
La bombera Carolina Fernández, con toda la calma del mundo, nos explicó que la escena era surrealista. “Nos dicen los vecinos que ya es la cuarta vez que el señor hace esto. Llegamos y ahí estaba, arriba de la torre, con esos cables peludos que dan susto. Un brete de cuidado.” Además, tuvieron que pedirle al centro de energía que cortaran la luz para evitar cualquier accidente peor, lo que ya es decir. ¡Qué descuido!
Y hablando de descuidos, la coordinación fue clave. La Cruz Roja, la Policía, el Tránsito, Fuerza y Luz… todos trabajando juntos para lograr que el señor bajara sano y salvo. En fin, una movida digna de ver, con todos estos carros, sirenas, y el tipo allá arriba, aparentando estar en otra onda. La verdad, qué pena ajena.
Una vez que lograron convencerlo para que bajara, los paramédicos de la Cruz Roja lo chequearon a fondo. Parece que el frío le había pegado un buen golpe, baja la temperatura corporal, pero estabilizado, diay. Esperemos que ahora sí le hayan agarrado la referencia y que no vuelva a meterse en estos embrollos. A veces uno se pone creativo, pero hay cosas que mejor dejarlas para los artistas.
Ahora, me pregunto si habrá algún problema psicológico detrás de estas acciones. Es evidente que algo lo está llevando a hacer estas cosas tan extremas. Deberían ofrecerle ayuda, ¿no creen? Porque así no va a acabar muy bien, y encima, poniendo en riesgo a mucha gente. Después de todo, nadie quiere que se vaya todo al traste por un capricho.
Este caso nos recuerda la importancia de prestar atención a nuestro entorno. A veces, nuestros vecinos necesitan ayuda, y nosotros podemos ser quienes detecten alguna señal de alerta. Aunque parezca mentira, un saludo, una conversación casual, puede marcar la diferencia. Piensa que todos estamos pasando por algo, y un poco de apoyo puede aliviar mucho estrés. De repente, este hombre necesita hablar con alguien, o simplemente sentirse acompañado.
Así que dime, ¿qué opinas tú de esta situación? ¿Crees que debería haber más programas de apoyo para personas que pasan por crisis? ¿Será que este señor busca llamar la atención, o hay algo más profundo detrás de sus actos? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
