¡Ay, Dios mío! El Aeropuerto Juan Santamaría amaneció con un júbilo tremendo el sábado pasado, rompiendo récords que ni en sus sueños más locos se imaginaban. Con 28.760 movimientos migratorios entre vuelos llegando y saliendo, nos dimos cuenta que esto del turismo sí que va de verdad… y a toda marcha.
Para ponerle pausa al café, eso significa que nunca antes habíamos visto tanta gente pasando por nuestras filas en un solo día. Estamos hablando de un número que supera cualquier expectativa, y que refleja un resurgir turístico que parecía salido de una película después de unos años bastante tranquilos. Esto, sumándole el retorno masivo de los ‘chicos’ que anduvieron trabajando afuera, y el movimiento regional que siempre tenemos, hizo que el ambiente estuviera que ardía.
Las autoridades de Migración tuvieron que activar un operativo extra con más mae reforzando los puntos de control. Imagínate la bronca, con tanto vuelo y tanta gente ansiosa por llegar o regresar a su hogar. Buscaron que todo fluyera lo más rápido posible, manteniendo el orden y evitando que alguien se fuera al traste por temas burocráticos. Eso sí, la presión era brutal; el aeropuerto se veía como una hormiguero con tanto paso.
Según los encargados del aeropuerto, este récord demuestra que el Juan Santamaría sigue siendo la puerta de entrada y salida principal de Costa Rica, confirmando nuestro lugar como destino soñado para muchas personas, sobre todo durante estas fiestas. Pero también nos pone en aprietos, porque esto exige que agarremos chambea en mejorar nuestra infraestructura, porque así no vamos a aguantar el ritmo si seguimos creciendo así.
Y no solo hablamos de construir más pistas o habilitar más puertas de embarque. También hay que pensar en los tiempos de espera, en la eficiencia de los servicios, y en cómo hacer sentir cómodo a cada viajero que pasa por aquí. Porque aunque estemos contentos por el auge turístico, no queremos que la experiencia termine siendo un estrés descomunal para nadie.
Esto es una señal clara de que el sector aéreo en Costa Rica no solo se recuperó de los momentos difíciles que atravesamos, sino que está alcanzando cotas inimaginables. Por eso, ahora mismo, los planificadores tienen que estar pensando en cómo adaptarnos a esta nueva realidad y asegurarnos de que podamos seguir ofreciendo un servicio de primera calidad, incluso en medio del bullicio.
Ahora bien, mientras celebramos este logro, es importante preguntarnos: ¿Estamos realmente preparados para manejar un crecimiento continuo de este tipo? ¿Será suficiente la inversión actual en el aeropuerto para satisfacer la demanda futura? Y lo más importante, ¿cómo podemos garantizar que esta expansión beneficie a todas las comunidades involucradas, sin dejar a nadie atrás?
En fin, este cierre de año con un récord histórico nos invita a reflexionar sobre el futuro de la aviación en Costa Rica, y sobre la necesidad de trabajar juntos para construir un sistema que sea capaz de crecer y adaptarse a los desafíos que vendrán. ¿Ustedes creen que estamos haciendo lo suficiente para modernizar el aeropuerto y darle respuesta a esta creciente demanda? Compartan sus opiniones en el foro, ¡me interesa saber qué piensan!
Para ponerle pausa al café, eso significa que nunca antes habíamos visto tanta gente pasando por nuestras filas en un solo día. Estamos hablando de un número que supera cualquier expectativa, y que refleja un resurgir turístico que parecía salido de una película después de unos años bastante tranquilos. Esto, sumándole el retorno masivo de los ‘chicos’ que anduvieron trabajando afuera, y el movimiento regional que siempre tenemos, hizo que el ambiente estuviera que ardía.
Las autoridades de Migración tuvieron que activar un operativo extra con más mae reforzando los puntos de control. Imagínate la bronca, con tanto vuelo y tanta gente ansiosa por llegar o regresar a su hogar. Buscaron que todo fluyera lo más rápido posible, manteniendo el orden y evitando que alguien se fuera al traste por temas burocráticos. Eso sí, la presión era brutal; el aeropuerto se veía como una hormiguero con tanto paso.
Según los encargados del aeropuerto, este récord demuestra que el Juan Santamaría sigue siendo la puerta de entrada y salida principal de Costa Rica, confirmando nuestro lugar como destino soñado para muchas personas, sobre todo durante estas fiestas. Pero también nos pone en aprietos, porque esto exige que agarremos chambea en mejorar nuestra infraestructura, porque así no vamos a aguantar el ritmo si seguimos creciendo así.
Y no solo hablamos de construir más pistas o habilitar más puertas de embarque. También hay que pensar en los tiempos de espera, en la eficiencia de los servicios, y en cómo hacer sentir cómodo a cada viajero que pasa por aquí. Porque aunque estemos contentos por el auge turístico, no queremos que la experiencia termine siendo un estrés descomunal para nadie.
Esto es una señal clara de que el sector aéreo en Costa Rica no solo se recuperó de los momentos difíciles que atravesamos, sino que está alcanzando cotas inimaginables. Por eso, ahora mismo, los planificadores tienen que estar pensando en cómo adaptarnos a esta nueva realidad y asegurarnos de que podamos seguir ofreciendo un servicio de primera calidad, incluso en medio del bullicio.
Ahora bien, mientras celebramos este logro, es importante preguntarnos: ¿Estamos realmente preparados para manejar un crecimiento continuo de este tipo? ¿Será suficiente la inversión actual en el aeropuerto para satisfacer la demanda futura? Y lo más importante, ¿cómo podemos garantizar que esta expansión beneficie a todas las comunidades involucradas, sin dejar a nadie atrás?
En fin, este cierre de año con un récord histórico nos invita a reflexionar sobre el futuro de la aviación en Costa Rica, y sobre la necesidad de trabajar juntos para construir un sistema que sea capaz de crecer y adaptarse a los desafíos que vendrán. ¿Ustedes creen que estamos haciendo lo suficiente para modernizar el aeropuerto y darle respuesta a esta creciente demanda? Compartan sus opiniones en el foro, ¡me interesa saber qué piensan!