¡Ay, Dios mío, qué despiche nos está tocando vivir! El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) soltó la bomba hace unos días: setiembre de 2025 está entrando en los libros de historia como uno de los meses más secos que hemos visto en las últimas tres décadas. Esto no es aguaí, gente; esto pega duro.
Para ponerle contexto, la situación es así: hasta el día 25 de septiembre, la mayoría del territorio nacional está recibiendo muchísima menos lluvia de lo que normalmente esperaríamos para esta época del año. El Valle Central, donde vive medio país, el Pacífico que le da vida al turismo y hasta el Caribe, que siempre trae sus aguaceros refrescantes, se han quedado sedientos. Parece mentira, ¿verdad?
Según el experto en climatología del IMN, Daniel Poleo, la culpable directa de este panorama tan reseco es la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), esa que usualmente nos visita con sus tormentas. Resulta que este año, la ZCIT decidió tomarse unas largas vacaciones lejos de nuestras costas, dejándonos prácticamente a merced del sol. "Hasta la fecha podemos decir que se ha comportado de manera muy atípica, convirtiéndose en uno de los setiembres más secos registrados en los últimos 30 años," recalcó Poleo en conferencia de prensa.
Y no solo eso, el IMN también hizo hincapié en que gran parte de este mes se vivió bajo condiciones inusualmente secas, con acumulados de lluvia muy por debajo de lo que estamos acostumbrados. Las pilas recargándose en el río, los agricultores rezongones viendo marchitar sus cosechas... una vara bien fea, vamos.
Pero, ¡agárrense!, porque la esperanza no anda perdida del todo. Según las predicciones, la primera semana de octubre podría traer consigo un ligero alivio, con un aumento en las precipitaciones. Eso sí, aún queda mucho camino por recorrer y necesitamos que esas nubes se pongan las pilas y nos regalen unos buenos aguaceros, ¡por favor!
Ahora, la pregunta clave es: ¿qué significa esto para nosotros, los ticos? Bueno, la sequía puede afectar desde el suministro de agua potable en nuestros hogares hasta la producción agrícola, pasando por el riesgo de incendios forestales. Hablando de eso, el Servicio de Guardería Forestal ya está trabajando a toda marcha para prevenir cualquier incidente grave, pero la situación exige máxima precaución por nuestra parte. No tirar colillas encendidas, reportar cualquier foco de incendio que veamos y ahorrar agua como si no hubiera un mañana.
Este brete nos pone a reflexionar sobre cómo el cambio climático está afectando directamente nuestro país. Ya no es cosa del futuro, es la realidad que vivimos hoy. Tenemos que buscar soluciones sostenibles, mejorar la gestión de los recursos hídricos y adaptarnos a un clima cada vez más impredecible. ¡Qué carga nos toca enfrentar!
En fin, la pelota está en nuestro tejado. ¿Cómo creen que deberíamos prepararnos como sociedad para hacer frente a esta sequía prolongada y mitigar sus efectos? Compartan sus ideas en el foro, ¡queremos saber qué piensan los expertos!
Para ponerle contexto, la situación es así: hasta el día 25 de septiembre, la mayoría del territorio nacional está recibiendo muchísima menos lluvia de lo que normalmente esperaríamos para esta época del año. El Valle Central, donde vive medio país, el Pacífico que le da vida al turismo y hasta el Caribe, que siempre trae sus aguaceros refrescantes, se han quedado sedientos. Parece mentira, ¿verdad?
Según el experto en climatología del IMN, Daniel Poleo, la culpable directa de este panorama tan reseco es la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), esa que usualmente nos visita con sus tormentas. Resulta que este año, la ZCIT decidió tomarse unas largas vacaciones lejos de nuestras costas, dejándonos prácticamente a merced del sol. "Hasta la fecha podemos decir que se ha comportado de manera muy atípica, convirtiéndose en uno de los setiembres más secos registrados en los últimos 30 años," recalcó Poleo en conferencia de prensa.
Y no solo eso, el IMN también hizo hincapié en que gran parte de este mes se vivió bajo condiciones inusualmente secas, con acumulados de lluvia muy por debajo de lo que estamos acostumbrados. Las pilas recargándose en el río, los agricultores rezongones viendo marchitar sus cosechas... una vara bien fea, vamos.
Pero, ¡agárrense!, porque la esperanza no anda perdida del todo. Según las predicciones, la primera semana de octubre podría traer consigo un ligero alivio, con un aumento en las precipitaciones. Eso sí, aún queda mucho camino por recorrer y necesitamos que esas nubes se pongan las pilas y nos regalen unos buenos aguaceros, ¡por favor!
Ahora, la pregunta clave es: ¿qué significa esto para nosotros, los ticos? Bueno, la sequía puede afectar desde el suministro de agua potable en nuestros hogares hasta la producción agrícola, pasando por el riesgo de incendios forestales. Hablando de eso, el Servicio de Guardería Forestal ya está trabajando a toda marcha para prevenir cualquier incidente grave, pero la situación exige máxima precaución por nuestra parte. No tirar colillas encendidas, reportar cualquier foco de incendio que veamos y ahorrar agua como si no hubiera un mañana.
Este brete nos pone a reflexionar sobre cómo el cambio climático está afectando directamente nuestro país. Ya no es cosa del futuro, es la realidad que vivimos hoy. Tenemos que buscar soluciones sostenibles, mejorar la gestión de los recursos hídricos y adaptarnos a un clima cada vez más impredecible. ¡Qué carga nos toca enfrentar!
En fin, la pelota está en nuestro tejado. ¿Cómo creen que deberíamos prepararnos como sociedad para hacer frente a esta sequía prolongada y mitigar sus efectos? Compartan sus ideas en el foro, ¡queremos saber qué piensan los expertos!