¡Ay, qué pena! Sacudió a toda la comunidad de Carrillo la noticia de este fin de semana: un hombre de 46 años, identificado como José Ángel Ángulo, lamentablemente encontró la muerte tras un accidente de tránsito aparatoso. Según nos cuentan los compañeros del OIJ, todo pasó alrededor de las nueve y media de la mañana del domingo, en un sector bastante peligroso cerca de Belén.
Al parecer, don José iba manejando su moto tranquilito cuando, por razones que todavía se están investigando – si se le durmió, si hubo algún resbalón, quién sabe, ¡qué sal! – perdió el control y se salió de la ruta. Y pum, directo a una quebradita que estaba allá cerca. Un golpe duro, pa’ recibir así, díganle.
Cuando llegaron los equipos de rescate, ya era demasiado tarde. Las heridas eran muy graves y los paramédicos no pudieron hacer mucho. El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial para realizar la autopsia correspondiente, y ahora el OIJ está metido hasta el cuello tratando de esclarecer exactamente qué pasó ahí. Dicen que andaban revisando si había alguna falla mecánica en la moto, aunque aún es pronto para afirmarlo con certeza.
Este tipo de incidentes nos hacen reflexionar, ¿no creen? Carrillo, como muchos otros destinos turísticos en Guanacaste, recibe un flujo constante de visitantes y residentes. Pero a veces, la infraestructura vial no acompaña. Carreteras estrechas, curvas peligrosas, poca señalización... ¡una combinación explosiva, vamos!
Muchos lugareños han expresado su preocupación por la falta de medidas de seguridad en estas zonas. Han pedido a las autoridades que hagan algo al respecto, que inviertan en mejorar las carreteras, que aumenten la presencia policial y que eduquen a los conductores sobre la importancia de respetar las normas de tránsito. Porque, a final de cuentas, todos queremos salir vivos de nuestras movilizaciones diarias, ¿verdad?
Y hablando de prevención, es importante recordar que el uso del casco es obligatorio para todos los motociclistas, tanto nacionales como extranjeros. No vale la pena arriesgarse a una lesión grave o incluso la muerte por ahorrar unos pocos colones. Además, hay que conducir con precaución, respetar los límites de velocidad y estar siempre atento a lo que sucede alrededor.
Este caso de don José es una tragedia que pudo haberse evitado. Nos deja un vacío enorme en la comunidad y nos obliga a tomar conciencia de la importancia de la seguridad vial. Es hora de que todos pongamos de nuestra parte para hacer de nuestras carreteras lugares más seguros para todos. Esa es la pura verdad, mae.
Con este triste suceso en Carrillo, me pregunto: ¿Qué otras medidas creen ustedes que deberían tomarse para reducir los accidentes de tráfico en las zonas rurales y turísticas de Costa Rica? ¿Deberíamos aumentar las restricciones de velocidad, invertir en mejor iluminación o fortalecer la educación vial en las escuelas? ¡Compártanme sus ideas y pensamientos en los comentarios!
Al parecer, don José iba manejando su moto tranquilito cuando, por razones que todavía se están investigando – si se le durmió, si hubo algún resbalón, quién sabe, ¡qué sal! – perdió el control y se salió de la ruta. Y pum, directo a una quebradita que estaba allá cerca. Un golpe duro, pa’ recibir así, díganle.
Cuando llegaron los equipos de rescate, ya era demasiado tarde. Las heridas eran muy graves y los paramédicos no pudieron hacer mucho. El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial para realizar la autopsia correspondiente, y ahora el OIJ está metido hasta el cuello tratando de esclarecer exactamente qué pasó ahí. Dicen que andaban revisando si había alguna falla mecánica en la moto, aunque aún es pronto para afirmarlo con certeza.
Este tipo de incidentes nos hacen reflexionar, ¿no creen? Carrillo, como muchos otros destinos turísticos en Guanacaste, recibe un flujo constante de visitantes y residentes. Pero a veces, la infraestructura vial no acompaña. Carreteras estrechas, curvas peligrosas, poca señalización... ¡una combinación explosiva, vamos!
Muchos lugareños han expresado su preocupación por la falta de medidas de seguridad en estas zonas. Han pedido a las autoridades que hagan algo al respecto, que inviertan en mejorar las carreteras, que aumenten la presencia policial y que eduquen a los conductores sobre la importancia de respetar las normas de tránsito. Porque, a final de cuentas, todos queremos salir vivos de nuestras movilizaciones diarias, ¿verdad?
Y hablando de prevención, es importante recordar que el uso del casco es obligatorio para todos los motociclistas, tanto nacionales como extranjeros. No vale la pena arriesgarse a una lesión grave o incluso la muerte por ahorrar unos pocos colones. Además, hay que conducir con precaución, respetar los límites de velocidad y estar siempre atento a lo que sucede alrededor.
Este caso de don José es una tragedia que pudo haberse evitado. Nos deja un vacío enorme en la comunidad y nos obliga a tomar conciencia de la importancia de la seguridad vial. Es hora de que todos pongamos de nuestra parte para hacer de nuestras carreteras lugares más seguros para todos. Esa es la pura verdad, mae.
Con este triste suceso en Carrillo, me pregunto: ¿Qué otras medidas creen ustedes que deberían tomarse para reducir los accidentes de tráfico en las zonas rurales y turísticas de Costa Rica? ¿Deberíamos aumentar las restricciones de velocidad, invertir en mejor iluminación o fortalecer la educación vial en las escuelas? ¡Compártanme sus ideas y pensamientos en los comentarios!