¡Ay, Dios mío! La pura verdá, nos quedamos helaos con la noticia que llegó hoy desde Desamparados. Una nena pequeñita, apenas de diez meses, dejó de estar entre nosotros, y ni nos imaginen el dolor que deben estar sintiendo sus papás. Un final inesperado, así, de golpe, para una vida que apenas comenzaba.
Según nos cuentan, la familia, oriunda de una comunidad indígena en Panamá, llegó al país hace unos quince días buscando nuevas oportunidades. Imagínense la ilusión de llegar a un lugar nuevo, pensando en un futuro mejor... y esto sucede. La tristeza es enorme, y todos estamos mandando mucha fuerza a esos paisanos.
Lo que pasó, según el reporte oficial del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), es que la mañana de este viernes, alrededor de las cinco de la mañana, los padres de la nena se dieron cuenta de que ya no tenía signos vitales. Se armó el alboroto, avisaron a los dueños de la finca donde estaban alojados, y corrieron a llamar al 9-1-1. ¡Qué susto debió ser!
Al llegar al lugar, los judiciales confirmaron lo peor y procedieron a levantar el cuerpo de la pequeña para trasladarlo a la Morgue Judicial. Ahí le harán la autopsia para determinar exactamente qué causó esta terrible partida. Parece mentira que una cosita tan linda se vaya así, sin poder disfrutar de la vida.
Desde la Cruz Roja Costarricense han confirmado que la muerte fue causada por complicaciones médicas. No se ha especificado cuáles fueron exactamente esas complicaciones, pero lo importante ahora es brindar apoyo psicológico a la familia afectada. Imagínense el shock que deben estar viviendo... perder a su hija así, en un país que creían sería un refugio seguro.
Este caso nos recuerda, diay, lo frágil que es la vida y la importancia de tener acceso a servicios de salud adecuados. No importa de dónde vengas, todos merecemos recibir atención médica digna. La solidaridad de los vecinos y la comunidad entera ha sido palpable, ofreciendo ayuda y consuelo a los padres en estos momentos tan difíciles.
Ahora mismo, las autoridades competentes están investigando todas las circunstancias que llevaron a este desenlace fatal. Esperemos que puedan aclarar qué sucedió realmente y determinar si hubo alguna negligencia médica. Lo único que queremos es que se haga justicia, aunque nada pueda traer de vuelta a esta angelita.
Esta tragedia nos deja con muchas reflexiones y nos invita a preguntarnos: ¿Cómo podemos mejorar el sistema de atención médica para comunidades vulnerables y asegurar que todos tengan acceso a cuidados de calidad, especialmente nuestros niños? ¿Y qué medidas podríamos implementar para prevenir tragedias similares en el futuro?
Según nos cuentan, la familia, oriunda de una comunidad indígena en Panamá, llegó al país hace unos quince días buscando nuevas oportunidades. Imagínense la ilusión de llegar a un lugar nuevo, pensando en un futuro mejor... y esto sucede. La tristeza es enorme, y todos estamos mandando mucha fuerza a esos paisanos.
Lo que pasó, según el reporte oficial del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), es que la mañana de este viernes, alrededor de las cinco de la mañana, los padres de la nena se dieron cuenta de que ya no tenía signos vitales. Se armó el alboroto, avisaron a los dueños de la finca donde estaban alojados, y corrieron a llamar al 9-1-1. ¡Qué susto debió ser!
Al llegar al lugar, los judiciales confirmaron lo peor y procedieron a levantar el cuerpo de la pequeña para trasladarlo a la Morgue Judicial. Ahí le harán la autopsia para determinar exactamente qué causó esta terrible partida. Parece mentira que una cosita tan linda se vaya así, sin poder disfrutar de la vida.
Desde la Cruz Roja Costarricense han confirmado que la muerte fue causada por complicaciones médicas. No se ha especificado cuáles fueron exactamente esas complicaciones, pero lo importante ahora es brindar apoyo psicológico a la familia afectada. Imagínense el shock que deben estar viviendo... perder a su hija así, en un país que creían sería un refugio seguro.
Este caso nos recuerda, diay, lo frágil que es la vida y la importancia de tener acceso a servicios de salud adecuados. No importa de dónde vengas, todos merecemos recibir atención médica digna. La solidaridad de los vecinos y la comunidad entera ha sido palpable, ofreciendo ayuda y consuelo a los padres en estos momentos tan difíciles.
Ahora mismo, las autoridades competentes están investigando todas las circunstancias que llevaron a este desenlace fatal. Esperemos que puedan aclarar qué sucedió realmente y determinar si hubo alguna negligencia médica. Lo único que queremos es que se haga justicia, aunque nada pueda traer de vuelta a esta angelita.
Esta tragedia nos deja con muchas reflexiones y nos invita a preguntarnos: ¿Cómo podemos mejorar el sistema de atención médica para comunidades vulnerables y asegurar que todos tengan acceso a cuidados de calidad, especialmente nuestros niños? ¿Y qué medidas podríamos implementar para prevenir tragedias similares en el futuro?
