¡Ay, Dios mío! Qué pena leer esto, raza. Otro fin de semana ensangrentado en nuestras carreteras. Un señorito, don Ortiz, de esos bien queridos en el barrio, perdió la vida atropellado en la Ruta 32, justo en La Trocha, cerca de Guápiles. Una tragedia más que nos hace reflexionar sobre qué tan seguros estamos los peatones por estos lados.
Según los compañeros del OIJ, la bronca pasó alrededor de las siete y media de la noche. Don Ortiz, al parecer, quiso cruzar la carretera, y ahí apareció un carro 4x4, color negro, manejado por un muchacho joven. Dicen que el pobre señor no vio venir al vehículo y... ¡uff!, pues eso es lo que pasó. Lo fueron a buscar con ganas, vaya. Una verdadera lástima, porque todos sabemos que La Trocha es un hervidero de gente, especialmente ahora que hay mucho movimiento hacia y desde Limón.
Lo peor de todo es que este no es el primer incidente en ese punto. Hace apenas tres semanas, ¡qué sal! chocaron a dos jovencitos en moto, dejando a una muchacha en estado crítico y al otro herido. Parece que ese sector se ha convertido en una zona roja para accidentes, y la verdad, da miedo pensar si vamos a tener que esperar hasta que alguien más salga lastimado para que las autoridades tomen cartas en el asunto. Ya van dos tragedias seguidas, ¡tremendo brete!
Los compañeros de la Cruz Roja y los bomberos llegaron rapidísimo al lugar, pero ya era demasiado tarde. No había forma de salvarle la vida a don Ortiz. Lo tuvieron que sacar prensado bajo el carro, ¡imagínate el susto que les debió dar a los socorristas! Ahora su cuerpo reposa en la morgue judicial esperando los resultados de la autopsia. Que en paz descanse, don Ortiz. Seguro era un buen mae.
Y claro, toda esta situación ha encendido las alarmas entre los vecinos de Guápiles y sus alrededores. Muchos señalan la falta de iluminación adecuada en el área y la necesidad urgente de mejorar la señalización vial. “Ya basta de lamentarnos”, dicen algunos. “Necesitamos soluciones reales, no excusas”. Ponen el dedo en la llaga: el puente peatonal está a unos pasos, sí, pero a veces la distancia parece eterna cuando uno anda apurado o con niños pequeños. Además, la visibilidad es muy poca durante la noche, y eso aumenta considerablemente el riesgo de accidentes.
Algunos incluso sugieren la instalación de semáforos o pasos de cebra elevados en puntos estratégicos de la Ruta 32. Otras voces piden mayor presencia policial y controles de velocidad más estrictos, porque muchos conductores aprovechan para ir a toda marcha. Seamos honestos, la seguridad vial en Costa Rica es un tema pendiente, y este último trágico episodio nos lo recuerda con crudeza. Tenemos que exigirle más a las autoridades y hacer nuestra parte como conductores y peatones. ¡No podemos seguir jugando con vidas humanas!
La investigación está a cargo del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes están tratando de esclarecer los hechos y determinar si hubo alguna responsabilidad por parte del conductor del vehículo. Esperemos que encuentren pronto respuestas y que se haga justicia, aunque nada podrá traer de vuelta a don Ortiz. Este caso sirve como un llamado de atención para todos nosotros: debemos ser más conscientes de nuestros actos y respetar las normas de tránsito para evitar futuras tragedias. La vida es demasiado valiosa para ponerla en peligro por irnos a jalar una torta al volante o por andar distraídos cruzando la calle.
Ahora me pregunto, raza: ¿Qué medidas creen ustedes que deberían tomarse URGENTEMENTE para garantizar la seguridad de los peatones en la Ruta 32 y otras zonas peligrosas del país? ¿Serían suficientes más puentes peatonales, semáforos, iluminación o necesitamos algo más radical para frenar esta ola de accidentes?
Según los compañeros del OIJ, la bronca pasó alrededor de las siete y media de la noche. Don Ortiz, al parecer, quiso cruzar la carretera, y ahí apareció un carro 4x4, color negro, manejado por un muchacho joven. Dicen que el pobre señor no vio venir al vehículo y... ¡uff!, pues eso es lo que pasó. Lo fueron a buscar con ganas, vaya. Una verdadera lástima, porque todos sabemos que La Trocha es un hervidero de gente, especialmente ahora que hay mucho movimiento hacia y desde Limón.
Lo peor de todo es que este no es el primer incidente en ese punto. Hace apenas tres semanas, ¡qué sal! chocaron a dos jovencitos en moto, dejando a una muchacha en estado crítico y al otro herido. Parece que ese sector se ha convertido en una zona roja para accidentes, y la verdad, da miedo pensar si vamos a tener que esperar hasta que alguien más salga lastimado para que las autoridades tomen cartas en el asunto. Ya van dos tragedias seguidas, ¡tremendo brete!
Los compañeros de la Cruz Roja y los bomberos llegaron rapidísimo al lugar, pero ya era demasiado tarde. No había forma de salvarle la vida a don Ortiz. Lo tuvieron que sacar prensado bajo el carro, ¡imagínate el susto que les debió dar a los socorristas! Ahora su cuerpo reposa en la morgue judicial esperando los resultados de la autopsia. Que en paz descanse, don Ortiz. Seguro era un buen mae.
Y claro, toda esta situación ha encendido las alarmas entre los vecinos de Guápiles y sus alrededores. Muchos señalan la falta de iluminación adecuada en el área y la necesidad urgente de mejorar la señalización vial. “Ya basta de lamentarnos”, dicen algunos. “Necesitamos soluciones reales, no excusas”. Ponen el dedo en la llaga: el puente peatonal está a unos pasos, sí, pero a veces la distancia parece eterna cuando uno anda apurado o con niños pequeños. Además, la visibilidad es muy poca durante la noche, y eso aumenta considerablemente el riesgo de accidentes.
Algunos incluso sugieren la instalación de semáforos o pasos de cebra elevados en puntos estratégicos de la Ruta 32. Otras voces piden mayor presencia policial y controles de velocidad más estrictos, porque muchos conductores aprovechan para ir a toda marcha. Seamos honestos, la seguridad vial en Costa Rica es un tema pendiente, y este último trágico episodio nos lo recuerda con crudeza. Tenemos que exigirle más a las autoridades y hacer nuestra parte como conductores y peatones. ¡No podemos seguir jugando con vidas humanas!
La investigación está a cargo del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes están tratando de esclarecer los hechos y determinar si hubo alguna responsabilidad por parte del conductor del vehículo. Esperemos que encuentren pronto respuestas y que se haga justicia, aunque nada podrá traer de vuelta a don Ortiz. Este caso sirve como un llamado de atención para todos nosotros: debemos ser más conscientes de nuestros actos y respetar las normas de tránsito para evitar futuras tragedias. La vida es demasiado valiosa para ponerla en peligro por irnos a jalar una torta al volante o por andar distraídos cruzando la calle.
Ahora me pregunto, raza: ¿Qué medidas creen ustedes que deberían tomarse URGENTEMENTE para garantizar la seguridad de los peatones en la Ruta 32 y otras zonas peligrosas del país? ¿Serían suficientes más puentes peatonales, semáforos, iluminación o necesitamos algo más radical para frenar esta ola de accidentes?