¡Ay, Dios mío! Justo acá a puertas de Navidad, nos llega esta triste nueva. Un señor de 73 años, Don Manuel Mora Picado, dejó este mundo dentro de la cárcel. Imagínate el susto que se llevaron los custodios, justo cuando estaban haciendo el conteo de cierre. Que pesar empezar las fiestas así, con tanto dolor en el corazón.
Don Manuel estaba cumpliendo una pena ahí en el centro penitenciario para adultos mayores, eso sí, ya casi en la recta final de sus días. Según nos cuentan, todo pasó alrededor de las cinco y media de la tarde, cuando los oficiales de la Penitenciaría se dieron cuenta de que ya no daba señales de vida. Esto siempre da qué pensar, ¿verdad?
Inmediatamente corrieron la voz y llamaron a la Cruz Roja, pensando que todavía había tiempo. Pero llegaron hasta el lugar y, pues, ya era demasiado tarde. El paramédico evaluó la situación y confirmó el fallecimiento a las 5:55 p.m. Qué salado, justamente hoy, día de celebración para tanta gente. Uno nunca sabe cuándo le tocará el turno, diay.
Ahora, claro, entró el Ministerio de Justicia y Paz, y pusieron a andar toda la maquinaria. Avisaron al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pa’ que empiecen a investigar qué pasó realmente. Ya saben cómo es esto, quieren saber si fue un ataque al corazón, una complicación médica, o… bueno, cualquiera sería mala onda, pero imagínate lo que sería si fuera otra cosa peor. Siempre hay que estar alerta, ¿no?
Las autoridades han recalcado que van a mantenernos informados, así que tendremos que esperar a ver qué arroja la investigación. Prometieron que nos dirán algo tan pronto como tengan los resultados preliminares. Esperemos que lleguen pronto a la verdad, porque la familia de Don Manuel necesita respuestas, y rápido.
Este tipo de situaciones te hacen reflexionar sobre el sistema penitenciario, ¿no creen? Yo me pregunto, ¿realmente estamos dando el apoyo adecuado a los internos, especialmente a aquellos que ya están llegando a la edad donde necesitan más cuidado? Hay que darle vueltas a esto, porque no puede ser que un hombre termine sus días de esta forma, justo en un lugar que debería protegerlo.
Y hablando de eso, recordemos otras noticias que nos dejaron boquiabiertos esta semana. Primero, un grupo de motociclistas atacaron a un chofer en la General Cañas, ¡qué torta! Luego, otro chofer tuvo que manejar sobre una tarima porque se le ponchó la llanta, y para rematar, un carro cayó en un barranco en la Ruta 32. ¡Parece que nada sale bien últimamente! Uno empieza a pensar si hay alguna explicación lógica para tantos percances, o si simplemente nos hemos vuelto unos despistados.
En fin, este año termina con un sabor amargo en la boca. Esperamos que el nuevo año traiga consigo mejores noticias y que podamos dejar atrás estas tragedias. ¿Ustedes creen que deberíamos exigir más controles y medidas de seguridad en las cárceles, o que el problema radica en una falta de recursos humanos y materiales? ¿Qué les parece que podemos hacer para evitar que historias como la de Don Manuel se repitan en el futuro?
Don Manuel estaba cumpliendo una pena ahí en el centro penitenciario para adultos mayores, eso sí, ya casi en la recta final de sus días. Según nos cuentan, todo pasó alrededor de las cinco y media de la tarde, cuando los oficiales de la Penitenciaría se dieron cuenta de que ya no daba señales de vida. Esto siempre da qué pensar, ¿verdad?
Inmediatamente corrieron la voz y llamaron a la Cruz Roja, pensando que todavía había tiempo. Pero llegaron hasta el lugar y, pues, ya era demasiado tarde. El paramédico evaluó la situación y confirmó el fallecimiento a las 5:55 p.m. Qué salado, justamente hoy, día de celebración para tanta gente. Uno nunca sabe cuándo le tocará el turno, diay.
Ahora, claro, entró el Ministerio de Justicia y Paz, y pusieron a andar toda la maquinaria. Avisaron al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pa’ que empiecen a investigar qué pasó realmente. Ya saben cómo es esto, quieren saber si fue un ataque al corazón, una complicación médica, o… bueno, cualquiera sería mala onda, pero imagínate lo que sería si fuera otra cosa peor. Siempre hay que estar alerta, ¿no?
Las autoridades han recalcado que van a mantenernos informados, así que tendremos que esperar a ver qué arroja la investigación. Prometieron que nos dirán algo tan pronto como tengan los resultados preliminares. Esperemos que lleguen pronto a la verdad, porque la familia de Don Manuel necesita respuestas, y rápido.
Este tipo de situaciones te hacen reflexionar sobre el sistema penitenciario, ¿no creen? Yo me pregunto, ¿realmente estamos dando el apoyo adecuado a los internos, especialmente a aquellos que ya están llegando a la edad donde necesitan más cuidado? Hay que darle vueltas a esto, porque no puede ser que un hombre termine sus días de esta forma, justo en un lugar que debería protegerlo.
Y hablando de eso, recordemos otras noticias que nos dejaron boquiabiertos esta semana. Primero, un grupo de motociclistas atacaron a un chofer en la General Cañas, ¡qué torta! Luego, otro chofer tuvo que manejar sobre una tarima porque se le ponchó la llanta, y para rematar, un carro cayó en un barranco en la Ruta 32. ¡Parece que nada sale bien últimamente! Uno empieza a pensar si hay alguna explicación lógica para tantos percances, o si simplemente nos hemos vuelto unos despistados.
En fin, este año termina con un sabor amargo en la boca. Esperamos que el nuevo año traiga consigo mejores noticias y que podamos dejar atrás estas tragedias. ¿Ustedes creen que deberíamos exigir más controles y medidas de seguridad en las cárceles, o que el problema radica en una falta de recursos humanos y materiales? ¿Qué les parece que podemos hacer para evitar que historias como la de Don Manuel se repitan en el futuro?