¡Ay, Dios mío, qué rollo! Resulta que Donaldo Trump anda suelto otra vez en la ONU, y eso, mis panas, no pinta nada bien. Se rumora que va a soltar un discurso que dejará a más de uno boquiabierto, y teniendo en cuenta sus gustos, prepárense para un buen desmadre diplomático. Él, fiel a su estilo, parece que quiere volver a poner todo patas arriba en el escenario mundial, y vaya que tenemos bastante encima.
Miren, ya estamos lidiando con la guerra en Ucrania, lo de Gaza que está que arde, y las tensiones con Irán no se van ni para atrás. En medio de este brete, aparece Trump con la intención de cortar fondos a organizaciones internacionales, darle la espalda a la UNESCO, e incluso amenazar con suspender al Consejo de Derechos Humanos. ¡Qué torta! Uno se queda pensando qué futuro nos espera con este tipo manejando las riendas de la política exterior estadounidense.
Según fuentes de Washington, el exmandatario planea enfatizar que Estados Unidos ya no puede seguir subsidiando al mundo entero. Dice que es hora de que otros países asuman su responsabilidad y dejen de depender tanto de la ayuda gringa. Claro, suena fácil en teoría, pero la realidad es mucho más compleja. Países como el nuestro, que siempre hemos buscado espacios en la escena internacional para defender nuestros intereses, podrían salir seriamente perjudicados con estos cambios.
Y hablando de Costa Rica, ¡ay, mi gente! Nosotros siempre hemos apostado por el multilateralismo, por encontrar soluciones conjuntas a problemas globales como el cambio climático y la pobreza. Dependemos de la cooperación internacional para avanzar en temas tan cruciales como la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Un giro proteccionista de Estados Unidos, como el que anuncia Trump, nos dejaría varados en muchos frentes. Imaginen la bronca si dejamos de recibir fondos para nuestros parques nacionales o para programas sociales... ¡sería un verdadero aprieto!
Además, la crisis en Medio Oriente promete ser el plato fuerte de la Asamblea General. Con la hambruna azotando a Gaza, el desplazamiento masivo de civiles, y la ausencia del presidente palestino Mahmoud Abbas, la situación ya es explosiva. Y con Trump defendiendo a capa y espada a Israel, las posibilidades de llegar a un acuerdo de paz parecen cada vez más remotas. ¡Qué sal! Esta vara está complicada desde todas las perspectivas.
Pero más allá de lo que diga en su discurso, lo que realmente importa es qué mensaje enviará al mundo sobre la dirección que tomará Estados Unidos en este nuevo mandato. ¿Seguirá apostando por el aislacionismo y el unilateralismo, o dará marcha atrás y buscará recuperar el liderazgo en los foros globales? Su postura respecto al cambio climático, los derechos humanos y la cooperación internacional será un termómetro para medir la fortaleza de nuestras alianzas y la voluntad de Washington de seguir siendo un actor clave en el concierto internacional.
Si les soy honesto, esto me tiene a más de uno preocupado, porque no es ningún secreto que necesitamos de la colaboración de las naciones para enfrentar los desafíos que tenemos por delante. El mundo está demasiado interconectado para pensar en soluciones individuales. Necesitamos trabajar juntos, compartir responsabilidades, y construir un futuro más justo y sostenible para todos. Pero con Trump al mando, esa perspectiva se ve cada vez más difusa.
Entonces, mis queridos lectores, díganme: ¿creen que la llegada de Trump a la ONU marca el fin del multilateralismo tal como lo conocemos, o existe la posibilidad de que se modere y cambie su discurso ante la presión de la comunidad internacional? ¿Cómo impactarán estas decisiones en Costa Rica y en nuestra capacidad para defender nuestros valores en el escenario mundial?
Miren, ya estamos lidiando con la guerra en Ucrania, lo de Gaza que está que arde, y las tensiones con Irán no se van ni para atrás. En medio de este brete, aparece Trump con la intención de cortar fondos a organizaciones internacionales, darle la espalda a la UNESCO, e incluso amenazar con suspender al Consejo de Derechos Humanos. ¡Qué torta! Uno se queda pensando qué futuro nos espera con este tipo manejando las riendas de la política exterior estadounidense.
Según fuentes de Washington, el exmandatario planea enfatizar que Estados Unidos ya no puede seguir subsidiando al mundo entero. Dice que es hora de que otros países asuman su responsabilidad y dejen de depender tanto de la ayuda gringa. Claro, suena fácil en teoría, pero la realidad es mucho más compleja. Países como el nuestro, que siempre hemos buscado espacios en la escena internacional para defender nuestros intereses, podrían salir seriamente perjudicados con estos cambios.
Y hablando de Costa Rica, ¡ay, mi gente! Nosotros siempre hemos apostado por el multilateralismo, por encontrar soluciones conjuntas a problemas globales como el cambio climático y la pobreza. Dependemos de la cooperación internacional para avanzar en temas tan cruciales como la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Un giro proteccionista de Estados Unidos, como el que anuncia Trump, nos dejaría varados en muchos frentes. Imaginen la bronca si dejamos de recibir fondos para nuestros parques nacionales o para programas sociales... ¡sería un verdadero aprieto!
Además, la crisis en Medio Oriente promete ser el plato fuerte de la Asamblea General. Con la hambruna azotando a Gaza, el desplazamiento masivo de civiles, y la ausencia del presidente palestino Mahmoud Abbas, la situación ya es explosiva. Y con Trump defendiendo a capa y espada a Israel, las posibilidades de llegar a un acuerdo de paz parecen cada vez más remotas. ¡Qué sal! Esta vara está complicada desde todas las perspectivas.
Pero más allá de lo que diga en su discurso, lo que realmente importa es qué mensaje enviará al mundo sobre la dirección que tomará Estados Unidos en este nuevo mandato. ¿Seguirá apostando por el aislacionismo y el unilateralismo, o dará marcha atrás y buscará recuperar el liderazgo en los foros globales? Su postura respecto al cambio climático, los derechos humanos y la cooperación internacional será un termómetro para medir la fortaleza de nuestras alianzas y la voluntad de Washington de seguir siendo un actor clave en el concierto internacional.
Si les soy honesto, esto me tiene a más de uno preocupado, porque no es ningún secreto que necesitamos de la colaboración de las naciones para enfrentar los desafíos que tenemos por delante. El mundo está demasiado interconectado para pensar en soluciones individuales. Necesitamos trabajar juntos, compartir responsabilidades, y construir un futuro más justo y sostenible para todos. Pero con Trump al mando, esa perspectiva se ve cada vez más difusa.
Entonces, mis queridos lectores, díganme: ¿creen que la llegada de Trump a la ONU marca el fin del multilateralismo tal como lo conocemos, o existe la posibilidad de que se modere y cambie su discurso ante la presión de la comunidad internacional? ¿Cómo impactarán estas decisiones en Costa Rica y en nuestra capacidad para defender nuestros valores en el escenario mundial?