¡Ay, Dios mío, qué chivato esto! Grupo Tsunami le da una manito a sus locales y ahora vienen con un nuevo look que te deja con la boca abierta. Ya reinauguraron el de Escazú y parece que esto es solo el principio de una serie de cambios que van a estar haciendo por todo el país. Vamos a ver qué onda con esta movida, porque si saben cómo hacerla bien, nos pueden sacar de apuros con tanta opción de comida que hay ahorita.
Como les comentaba, el primer local en recibir este cambio estético fue el de Escazú. Se invirtieron unos buenos $120,000 para darle una vuelta completa al lugar. No es solamente pintar las paredes, eh; le cambiaron todo, desde el bar central hasta la decoración. Parece que quieren ir más allá de ofrecernos solo rollitos de sushi y pretenden convertir cada visita en un momento especial, ¿eh?
Y hablando de especial, dicen que se inspiraron en las tendencias de diseño de restaurantes de sushi que hay en Estados Unidos, pero con el toque “tico” que los hace únicos. Le pusieron madera clara, cuero camel, iluminación cálida y, por supuesto, ¡el icónico árbol de Sakura! Ese árbol siempre le da un aire oriental que me encanta, aunque a veces me pregunto si todos esos árboles no serán chinos disfrazados de japoneses, ¿verdad?
Pedro Soto, el mero mero del grupo, explica que querían contar una historia con cada detalle. Dice que el bar central ahora luciera como una vitrina de joyas, mostrando sus licores premium. Y el área lounge, pues pa' relajarse y disfrutar de la compañía, con toda calma. Uno necesita un buen brete para desconectar del estrés diario, y si eso implica comerte unos makis ricos, ¡pues perfecto!
Pero no todo es belleza y glamour, también le metieron mano a la eficiencia. Modernizaron la cocina, agilizaron los tiempos de espera y buscaron mantener la calidad que ha caracterizado a Tsunami durante años. Eso sí que es importante, porque nadie quiere pasar dos horas esperando su orden, máxime cuando tienes que trabajar al día siguiente. Ya sé, ya sé... yo soy el que siempre se queja del tiempo, pero ¡es que dan ganas!
Y claro, como todo buen renacimiento, viene acompañado de un menú renovado. Nuevos rolls con ingredientes premium, opciones más saludables –pa’ los que andan cuidándose– y una línea de cocteles que parecen obras de arte comestibles. Dijeron que le dieron énfasis a presentaciones llamativas, porque aparentemente a mucha gente le importa más cómo se ve la comida que si sabe bien. Yo creo que los dos importan, pero bueno, cada quien con sus prioridades, diay.
Esta renovación de Escazú es solo el puntapié inicial de un plan maestro que tienen para todos sus locales. Van a ir modernizándolos poco a poco durante el 2026 y 2027, cada uno con su propia personalidad, pero todos manteniendo altos estándares de diseño, servicio y experiencia. Prometen que cada sitio será único, pa’ que no haya excusa para aburrirse. Ya veremos si cumplen, porque prometer es fácil, cumplir es otro rollo, ¿verdad que sí?
Y así es como Grupo Tsunami busca seguir conquistando paladares y corazones en Costa Rica. Me parece que le están poniendo mucho empeño, y eso se agradece. Ahora, dime tú, ¿crees que con estos cambios Tsunami va a poder mantenerse competitivo frente a tanta oferta gastronómica que tenemos hoy en día, o es solo una moda pasajera? Déjanos tus comentarios abajo, ¡quiero saber qué piensas!
Como les comentaba, el primer local en recibir este cambio estético fue el de Escazú. Se invirtieron unos buenos $120,000 para darle una vuelta completa al lugar. No es solamente pintar las paredes, eh; le cambiaron todo, desde el bar central hasta la decoración. Parece que quieren ir más allá de ofrecernos solo rollitos de sushi y pretenden convertir cada visita en un momento especial, ¿eh?
Y hablando de especial, dicen que se inspiraron en las tendencias de diseño de restaurantes de sushi que hay en Estados Unidos, pero con el toque “tico” que los hace únicos. Le pusieron madera clara, cuero camel, iluminación cálida y, por supuesto, ¡el icónico árbol de Sakura! Ese árbol siempre le da un aire oriental que me encanta, aunque a veces me pregunto si todos esos árboles no serán chinos disfrazados de japoneses, ¿verdad?
Pedro Soto, el mero mero del grupo, explica que querían contar una historia con cada detalle. Dice que el bar central ahora luciera como una vitrina de joyas, mostrando sus licores premium. Y el área lounge, pues pa' relajarse y disfrutar de la compañía, con toda calma. Uno necesita un buen brete para desconectar del estrés diario, y si eso implica comerte unos makis ricos, ¡pues perfecto!
Pero no todo es belleza y glamour, también le metieron mano a la eficiencia. Modernizaron la cocina, agilizaron los tiempos de espera y buscaron mantener la calidad que ha caracterizado a Tsunami durante años. Eso sí que es importante, porque nadie quiere pasar dos horas esperando su orden, máxime cuando tienes que trabajar al día siguiente. Ya sé, ya sé... yo soy el que siempre se queja del tiempo, pero ¡es que dan ganas!
Y claro, como todo buen renacimiento, viene acompañado de un menú renovado. Nuevos rolls con ingredientes premium, opciones más saludables –pa’ los que andan cuidándose– y una línea de cocteles que parecen obras de arte comestibles. Dijeron que le dieron énfasis a presentaciones llamativas, porque aparentemente a mucha gente le importa más cómo se ve la comida que si sabe bien. Yo creo que los dos importan, pero bueno, cada quien con sus prioridades, diay.
Esta renovación de Escazú es solo el puntapié inicial de un plan maestro que tienen para todos sus locales. Van a ir modernizándolos poco a poco durante el 2026 y 2027, cada uno con su propia personalidad, pero todos manteniendo altos estándares de diseño, servicio y experiencia. Prometen que cada sitio será único, pa’ que no haya excusa para aburrirse. Ya veremos si cumplen, porque prometer es fácil, cumplir es otro rollo, ¿verdad que sí?
Y así es como Grupo Tsunami busca seguir conquistando paladares y corazones en Costa Rica. Me parece que le están poniendo mucho empeño, y eso se agradece. Ahora, dime tú, ¿crees que con estos cambios Tsunami va a poder mantenerse competitivo frente a tanta oferta gastronómica que tenemos hoy en día, o es solo una moda pasajera? Déjanos tus comentarios abajo, ¡quiero saber qué piensas!
