¡Ay, Dios mío, qué brígido! Resulta que el Ministerio de Educación Pública (MEP) se echó para atrás con el plan de quitarle las aulas de informática a los colegios. Después de que la gente se armara toda con la movida de los carritos móviles, parece que escucharon un poquito y decidieron que mejor dejamos las cosas como estaban… por ahora, claro.
Como recordaremos, allá por octubre del año pasado, el MEP soltó la bomba de querer reemplazar los laboratorios tradicionales por unos carritos portátiles. Era la idea de ahorrar una lana, dicen, y mover las computadoras a las aulas cuando fuera necesario. Todo estaba en un documento de casi 50 páginas que trataba de licitar nuevos equipos, pero olvídate de explicarle eso a cualquier padre de familia preocupado por el futuro de sus hijos. Y vaya que hubo preocupación, chongos.
Pero la cosa se puso más turbia cuando salió a luz que, a pesar de todo este rollo de modernización, nadie había pensado bien cómo iban a afectar a los profes ni cuánto iba a costar realmente todo ese tinglado. Con tanto recorte y ajuste, parecía que se olvidaron de lo básico: ¿cómo vamos a preparar a los jóvenes si no tienen acceso a herramientas tecnológicas adecuadas?
El ministro Leonardo Sánchez, luego de recibir un montón de llamadas y correos electrónicos que seguro le pusieron las orejas rojas, salió a aclarar que los laboratorios de informática “deben aprovecharse al máximo” y que los carritos son solo una opción extra. Dijo que sirven para complementar, para esos casos especiales donde no hay labo o el colegio es demasiado grande. Un plan B, vaya.
Lo cierto es que esta decisión llega en medio de una fuerte ola de críticas contra el MEP por el desperdicio de dinerón. Ya habíamos visto cómo dejaron pasar millones de colones destinados a tecnología educativa, un verdadero despique con la plata de todos nosotros. Y ahora, con esta jugada, pareciera que quieren lavarle la cara a la ciudadanía después de meter la pata hasta el cuello.
Ahora bien, el ministro también recalcó que los laboratorios no solo sirven para aprender informática. Que ahí también se puede dar clase de matemáticas, ciencias, inglés... ¡todo! Es como si estuvieran diciendo: “Tranquilos, wey, que la tecnología no es solo para geeks”. Suena lindo, pero todavía queda mucho por hacer para integrar la tecnología de forma efectiva en todas las áreas del conocimiento.
Y hablando de tecnología, ¿qué pasará con los carritos móviles entonces? Parece que van a quedar guardados en un closet, esperando a que llegue el día en que necesitemos una solución de emergencia. Pero, sinceramente, ¿no sería mejor invertir ese dinero en mejorar los laboratorios existentes y capacitar a los profesores para que sepan usarlos correctamente? Esa sí sería una verdadera revolución educativa, diay.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Realmente estamos priorizando la educación de calidad en Costa Rica, o seguimos dando rodeos con planes que no llegan a ningún lado? ¿Creen que el MEP debería enfocarse en modernizar los laboratorios actuales en lugar de depender de soluciones temporales como los carritos móviles?
Como recordaremos, allá por octubre del año pasado, el MEP soltó la bomba de querer reemplazar los laboratorios tradicionales por unos carritos portátiles. Era la idea de ahorrar una lana, dicen, y mover las computadoras a las aulas cuando fuera necesario. Todo estaba en un documento de casi 50 páginas que trataba de licitar nuevos equipos, pero olvídate de explicarle eso a cualquier padre de familia preocupado por el futuro de sus hijos. Y vaya que hubo preocupación, chongos.
Pero la cosa se puso más turbia cuando salió a luz que, a pesar de todo este rollo de modernización, nadie había pensado bien cómo iban a afectar a los profes ni cuánto iba a costar realmente todo ese tinglado. Con tanto recorte y ajuste, parecía que se olvidaron de lo básico: ¿cómo vamos a preparar a los jóvenes si no tienen acceso a herramientas tecnológicas adecuadas?
El ministro Leonardo Sánchez, luego de recibir un montón de llamadas y correos electrónicos que seguro le pusieron las orejas rojas, salió a aclarar que los laboratorios de informática “deben aprovecharse al máximo” y que los carritos son solo una opción extra. Dijo que sirven para complementar, para esos casos especiales donde no hay labo o el colegio es demasiado grande. Un plan B, vaya.
Lo cierto es que esta decisión llega en medio de una fuerte ola de críticas contra el MEP por el desperdicio de dinerón. Ya habíamos visto cómo dejaron pasar millones de colones destinados a tecnología educativa, un verdadero despique con la plata de todos nosotros. Y ahora, con esta jugada, pareciera que quieren lavarle la cara a la ciudadanía después de meter la pata hasta el cuello.
Ahora bien, el ministro también recalcó que los laboratorios no solo sirven para aprender informática. Que ahí también se puede dar clase de matemáticas, ciencias, inglés... ¡todo! Es como si estuvieran diciendo: “Tranquilos, wey, que la tecnología no es solo para geeks”. Suena lindo, pero todavía queda mucho por hacer para integrar la tecnología de forma efectiva en todas las áreas del conocimiento.
Y hablando de tecnología, ¿qué pasará con los carritos móviles entonces? Parece que van a quedar guardados en un closet, esperando a que llegue el día en que necesitemos una solución de emergencia. Pero, sinceramente, ¿no sería mejor invertir ese dinero en mejorar los laboratorios existentes y capacitar a los profesores para que sepan usarlos correctamente? Esa sí sería una verdadera revolución educativa, diay.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Realmente estamos priorizando la educación de calidad en Costa Rica, o seguimos dando rodeos con planes que no llegan a ningún lado? ¿Creen que el MEP debería enfocarse en modernizar los laboratorios actuales en lugar de depender de soluciones temporales como los carritos móviles?
