¡Ay, Dios mío! Quién lo iba a decir, ¿verdad, mae? Wall Street cerrando el año con una cara llena de alegría, a pesar de todos esos rollos que nos dieron con Trump y la onda de la inteligencia artificial. Parecía que íbamos a irnos al traste con tantas cosas turbias, pero mira nomás, le agarraron el ritmo.
Como les cuento, la Bolsa de Nueva York abrió este miércoles, cual gato recién lavado, sin mucha prisa. Pero vamos, en general, anduvo tranquila, buscando cómo despedirse decentemente de un año que, te digo, nadie esperaba. Los índices ahí, moviéndose poquito, el Dow Jones subiendo un peladito, el Nasdaq bajando otro peladito y el S&P 500 también sumando unos centavitos. En fin, un bailecito suave pa' celebrar.
Y hablando de celebración, hay que darle crédito a la resiliencia, ¿eh? Porque vaya que recibió batazos este mercado. Las guerras comerciales, la incertidumbre económica mundial, y ahora esta locura de la inteligencia artificial amenazando con cambiarlo todo... parecía que cualquier cosa podía pasar. Pero los inversores, estos viejos zorros, siempre encuentran la forma de adaptarse y seguirle echándole ganas.
Lo curioso es cómo la inteligencia artificial, que muchos temían que fuera el fin del mundo laboral, terminó siendo parte de la solución. Empresas como Nvidia, por ejemplo, se dispararon porque sus chips son esenciales para entrenar esas inteligencias artificiales. ¡Qué carga! Al final, la tecnología puede ser tanto amiga como enemiga, dependiendo de cómo la usemos, diay.
Ahora, claro, no todo es miel sobre hojuelas. Todavía hay gente preocupada por la inflación, por las tasas de interés altas, y por si el próximo año será igual de bueno. Algunos economistas dicen que estamos caminando sobre huevos, esperando que explote la burbuja. Otros, más optimistas, creen que la economía global se mantendrá estable, aunque con algunos baches en el camino.
Pero volviendo a Wall Street, es innegable que este año ha sido un milagro. Superó todas las expectativas, desafió a los pesimistas y demostró que, a veces, las cosas pueden salir mejor de lo que uno piensa. Claro, esto no significa que debamos bajar la guardia, pero sí nos da motivos para respirar tranquilos y disfrutar un poco del momento.
Aquí en Costa Rica, esto nos afecta indirectamente, ¿saben? Muchas empresas locales tienen inversiones en Estados Unidos, o dependen de la economía estadounidense de alguna manera. Entonces, si Wall Street va bien, eso podría significar buenas noticias para nosotros también. Pero ojo, tampoco debemos ponernos ilusos; nuestra economía tiene sus propios problemas y desafíos que debemos enfrentar.
En fin, un año de emociones encontradas, de alegrías y preocupaciones. Un año donde Wall Street nos enseñó que incluso en medio del caos, siempre hay esperanza. Ahora, dime, ¿tú crees que esta bonanza durará o estamos ante una tormenta perfecta? Déjanos tus comentarios abajo y cuéntanos qué piensas tú sobre esta situación… ¡A ver qué sale!
Como les cuento, la Bolsa de Nueva York abrió este miércoles, cual gato recién lavado, sin mucha prisa. Pero vamos, en general, anduvo tranquila, buscando cómo despedirse decentemente de un año que, te digo, nadie esperaba. Los índices ahí, moviéndose poquito, el Dow Jones subiendo un peladito, el Nasdaq bajando otro peladito y el S&P 500 también sumando unos centavitos. En fin, un bailecito suave pa' celebrar.
Y hablando de celebración, hay que darle crédito a la resiliencia, ¿eh? Porque vaya que recibió batazos este mercado. Las guerras comerciales, la incertidumbre económica mundial, y ahora esta locura de la inteligencia artificial amenazando con cambiarlo todo... parecía que cualquier cosa podía pasar. Pero los inversores, estos viejos zorros, siempre encuentran la forma de adaptarse y seguirle echándole ganas.
Lo curioso es cómo la inteligencia artificial, que muchos temían que fuera el fin del mundo laboral, terminó siendo parte de la solución. Empresas como Nvidia, por ejemplo, se dispararon porque sus chips son esenciales para entrenar esas inteligencias artificiales. ¡Qué carga! Al final, la tecnología puede ser tanto amiga como enemiga, dependiendo de cómo la usemos, diay.
Ahora, claro, no todo es miel sobre hojuelas. Todavía hay gente preocupada por la inflación, por las tasas de interés altas, y por si el próximo año será igual de bueno. Algunos economistas dicen que estamos caminando sobre huevos, esperando que explote la burbuja. Otros, más optimistas, creen que la economía global se mantendrá estable, aunque con algunos baches en el camino.
Pero volviendo a Wall Street, es innegable que este año ha sido un milagro. Superó todas las expectativas, desafió a los pesimistas y demostró que, a veces, las cosas pueden salir mejor de lo que uno piensa. Claro, esto no significa que debamos bajar la guardia, pero sí nos da motivos para respirar tranquilos y disfrutar un poco del momento.
Aquí en Costa Rica, esto nos afecta indirectamente, ¿saben? Muchas empresas locales tienen inversiones en Estados Unidos, o dependen de la economía estadounidense de alguna manera. Entonces, si Wall Street va bien, eso podría significar buenas noticias para nosotros también. Pero ojo, tampoco debemos ponernos ilusos; nuestra economía tiene sus propios problemas y desafíos que debemos enfrentar.
En fin, un año de emociones encontradas, de alegrías y preocupaciones. Un año donde Wall Street nos enseñó que incluso en medio del caos, siempre hay esperanza. Ahora, dime, ¿tú crees que esta bonanza durará o estamos ante una tormenta perfecta? Déjanos tus comentarios abajo y cuéntanos qué piensas tú sobre esta situación… ¡A ver qué sale!